Dale, dale…!!

Por: Fernando Naranjo Villacis | fnaranjo@gye.satnet.net

Guayaquil, la provincia, el país y los compatriotas que habitan en la aldea planetaria, eufóricos corean: “Dale, dale, Barcelona…” cientos de miles de fanáticos celebran un campeonato que era esquivo desde 1997. Ahora ostenta su decimocuarto título nacional que lo iniciara en 1960, con figuras de grata recordación como: Vicente Lecaro; Luciano Macías; Enrique Cantos; Mario Zambrano; Pablo Ansaldo; entre otros.

El fenómeno de gran repercusión social, producido por el fervor de todo un pueblo que ha sabido mantener inalterable su lealtad a pesar de los pesares. El ídolo del astillero, respondió con dignidad deportiva a su hinchada, ahora henchida de honor y gloria al recibir la más alta presea del fútbol ecuatoriano.

Niños, jóvenes, adultos, ancianos, todos, sin distingo de rango social, económico o regional, todos, identificados con el “amarillo como el sol” que ahora ilumina más y da mayor calor a la urbe Huancavilca, sede del equipo torero.

Legítimo orgullo deportivo al constituirse en el único equipo que ha logrado 14 campeonatos. He llegado a pensar que este número podría ser cabalístico, pues lo consigue luego de 14 años; jugando en el segundo día del décimosegundo mes, que suman 14 y prácticamente a las 14 horas se proclama oficialmente el feliz resultado que hace realidad tan acariciado sueño

El regocijo de los guayaquileños, fue intenso, pues existía un escenario festivo para tal celebración; desde el viernes con la emblemática presencia artística de Julio Iglesias en el teatro Feria de Durán. El sábado, la gran Teletón por la Vida, organizada por la M.I. Municipalidad y su Alcalde Jaime Nebot Saadi; el Teatro Centro de Arte con sus mejores galas recibió a aplaudidos artistas internacionales como: José Feliciano; Alejandro Jaén; Julio Zavala; Adal Ramonés; Grupo Gaitanes; Alberto Plaza. Entre los nacionales destacaron: Silvana; Mirella Cesa; Boddega; Danilo Rosero; Michelle Cordero; Daniel Betancourth. Exitosa resultó la tradicional jornada de humana solidaridad.

Bien por el merecido triunfo torero, que contribuye a fortalecer el regocijo colectivo, contagiado con la alegría de la fanaticada que ahora luce más animada, feliz, optimista, festiva, dinàmica. Es bien sabido que: “No solo de pan vive el hombre”, estos momentos victoriosos son como alimento emocional, para hacerlos propios e inspirativos y añadir a cada una de las jornadas ya sean estas de trabajo o estudio, agrega significativo valor a la vida pues eleva la autoestima, fortalece la satisfacción personal, el orgullo de nuestros seres queridos y la sana alegría de queridas amistades.

Felizmente, todo lo referido sucede en diciembre, como sabroso aperitivo de las festividades de navidad y despedida del 2012. Nos quedan intensas emociones e inquietantes expectativas para el escenario deportivo, artístico y político del 2013.

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