En el 2009, el informe del CONEA reveló una universidad ecuatoriana orientada por una creciente mercantilización de la educación superior, así como atravesada por una gran crisis de la calidad. El CONEA clasificó a todas las universidades y escuelas politécnicas en 5 categorías (A,B,C,D,E) de acuerdo a su nivel de desempeño respecto a determinados parámetros de calidad e identificó a un conjunto de 26 universidades cuyo desempeño reveló ser claramente deficiente, ubicándole en la categoría «E», y recomendando asimismo su suspensión inmediata.
Dentro de las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior -LOES- aprobadas en el 2018, se eliminó la categorización de las universidades y se dio paso a la evaluación con fines de acreditación. Las UEP que cumplan con los estándares, según la metodología establecida en el modelo de evaluación serán acreditadas; las instituciones que no acrediten, como consecuencia de no haber alcanzado los estándares de calidad determinados en el modelo, seguirán trabajando y deberán implementar un plan de mejoramiento de hasta tres años, que contará con el acompañamiento del CACES. Estas IES tienen que hacer un plan de mejoramiento, que será muy cercanamente monitoreado por el CACES, para que superen las debilidades encontradas en la actual evaluación.
La categorización de las universidades ecuatorianas desapareció a partir de este lunes 26 de octubre de 2020 cuando el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES) anunció públicamente los resultados del Proceso de Evaluación Externa de Universidades y Escuelas Politécnicas con fines de acreditación 2019. En el Ecuador, la acreditación es una validación de vigencia quinquenal realizada por el CACES.
Las universidades Luis Vargas Torres, de Esmeraldas; la Universidad Técnica de Babahoyo y la Universidad de Especialidades Turísticas, de Quito no recibieron la acreditación tras la evaluación realizada por el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Caces). Estas tres universidades no cerrarán sus puertas y sus estudiantes no serán perjudicados por la no acreditación.
Las IES no acreditadas deberán implementar un plan de mejoramiento de hasta tres años, que contará con el acompañamiento del CACES.
El CACES inició el 16 de septiembre de 2019 el Proceso de Evaluación Externa de Universidades y Escuelas Politécnicas que finalizó este 26 de octubre. El objetivo de la evaluación externa con fines de acreditación es garantizar a la sociedad ecuatoriana que las universidades y escuelas politécnicas del país cumplan con el principio de calidad, establecido entre la docencia, la investigación y la vinculación con la sociedad.
Acreditarse significa hacerse merecedor del crédito, es decir, ganarse o ratificar la confianza a través de las evidencias de tener calidad y creer en ella. En otros países tal crédito le permite a la Universidad, entre otros aspectos, agilizar la apertura de nuevos programas académicos, acceder a mejores fuentes de ingresos, respaldar a los grupos de investigación para que puedan desarrollar sus actividades y formar nuevas generaciones de profesionales e investigadores y ofrecer servicios de alta especificidad técnica, tecnológica y científica.
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