Así lo manifestó en junio de 2009, el Dr. Moisés Tacle (rector de la ESPOL) durante el Taller organizado por SENPLADES, cuando se discutía el proyecto de la nueva Ley de Educación Superior.
Al hablar acerca de los Desafíos del Sistema de Educación Superior, el Dr. Moisés Tacle dijo:
A nivel mundial hay consenso que un país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno sostenible, si posee instituciones de educación superior e investigación adecuada que fomenten a una masa crítica de personas calificadas en diversos géneros.
Si somos objetivos, debemos reconocer que en el Ecuador nuestras Universidades y Escuelas Politécnicas siguen siendo instituciones de docencia, con énfasis en el tercer nivel; en consecuencia solo de manera excepcional formamos e incorporamos el talento humano avanzado, esto es, los doctores de cuarto nivel, indispensables para hacer investigación creadora de conocimientos y piedra angular para formar Magísters de Ciencias e Ingenierías.
Solo con talento humano avanzado ecuatoriano, con investigaciones científico-tecnológicas, centradas en los problemas del Ecuador, y con políticas educativas que estimulen la calidad, la excelencia académica, nuestro país podrá transitar hacia el desarrollo endógeno sostenible. Mantener las actuales estructuras del sistema educativo, y en especial del subsistema universitario, es condenar al Ecuador al atraso, la dependencia tecnológica, las inequidades. Es por duro que parezca, hacer remedo de Educación cuyos frutos ya los conocemos.
El cambio que se requiere en la educación ecuatoriana es profundo, radical, integral, los parches cambiarán las apariencias, pero mantendrá, la esencia de una educación en contravía del desarrollo. El cambio que anhelamos será el resultado de variados y muy complejos factores, uno de ellos, solo uno de entre muchos, es la nueva Ley de Educación Superior.
En lo conceptual la ley debería crear las condiciones para que las universidades y escuelas politécnicas, pasen de ser instituciones de docencia a universidades de investigación. Ello implica, pasar de tener docentes a profesores investigadores, de estudiantes receptores a estudiantes con autonomía en el aprendizaje, de la casi exclusividad en el tercer nivel, a ofertar con estándares internacionales maestrías y doctorados, de ejercicios prácticos de investigación, a verdaderos proyectos creadores de conocimientos significativos para el desarrollo de nuestra nación, de relaciones efímeras y episódicas con el sector privado y el sector público, a robustas alianzas estratégicas entre la Academia, la empresa y el Estado. De reducidos presupuestos que se agotan en gastos corrientes, a ingresos suficientes, de fuentes diversas, para mantener e incorporar doctores, adquirir laboratorios, investigar, trabajar en los temas fundamentales de la sociedad del conocimiento y del desarrollo integral del Ecuador que son complementarios. Y del enclaustramiento a lograr ser parte de los proyectos educativos internacionales que nos ubican en aldea planetaria y en la frontera global del conocimiento.
En lo normativo, la nueva Ley debe responder al marco constitucional que fija nuevas relaciones con el sistema educativo nacional, con la Función Ejecutiva, con el desarrollo del Ecuador, y con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, Innovación y Saberes Ancestrales, con el sistema de aseguramiento de la calidad en la educación superior.
El futuro hay que construirlo entre todos los actores claves del desarrollo del Ecuador y fundamentalmente, considerando los nuevos conceptos que sobre Educación Superior han alcanzado consenso a nivel mundial, entre ellos, el acceso a los estudios superiores debería estar basado en los méritos, en que las instituciones de educación superior deben ser consideradas componentes de un sistema continuo al que deben también contribuir y que deben fomentar como proclamó la Declaración Mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI.
Bienvenidos amigos todos a la ESPOL, que nuestra Alma Mater sea el espacio de la más profunda reflexión de quienes están interesados en que la educación, y en especial que la Educación Superior sea el factor desencadenante del desarrollo del país.