El dolor del Ecuador le duele al mundo

Por: Luis Enrique Coloma

Territorialmente somos pequeños, igual en densidad poblacional; gozamos de un clima paradisíaco en cuatro regiones naturales y una gente que, a más de solidaria, es lo mejor de lo mejor. Años atrás éramos casi desconocidos, al punto que en el extranjero no sabían siquiera en qué lugar del mapa estábamos ubicados. Lo sé por experiencia: cuando residí fuera de nuestro territorio, una de las misiones que me impuse fue la de dar a conocer en qué lugar nos encontrábamos y que, además, Ecuador es un sueño en la Mitad del Mundo.

Desde hace más de un lustro ya nos identifican geográfica y políticamente, como uno de los mejores sitios para el turismo a nivel mundial. Hay que aclarar que si antes nuestro país captaba la atención internacional, era porque aquí surgían primicias noticiosas repetidas: los levantamientos del pueblo para sacar del poder a los sátrapas que nos desgobernaban.

Poco a poco fuimos ascendiendo en el contexto internacional, hasta llegar a foros importantísimos, lo que nos ubicó entre los países más importantes de América Latina, en contraposición a lo que anhelan los agoreros de siempre, que no han hecho nada ni harán absolutamente nada en bien de la nación, salvo acciones funestas, como llevar sus capitales a paraísos fiscales. No hay que olvidar eso.

Pero la naturaleza nos golpeó, y nos golpeó muy duramente. Esto, a nivel planetario ha levantado una ola de solidaridad nunca antes vista. Jamás como ahora los países se han solidarizado con nosotros.

En ocasiones anteriores y ante hechos similares acaecidos en otros países, se ha demostrado la gran solidaridad internacional, pero en esta ocasión la ayuda ha rebasado todo lo imaginado. Es que no se trata del Ecuador de antes, del Estado casi desconocido, se trata del otro país, del amplificado, acogedor, prometedor, solidario y dotado de un espíritu inmenso de superación luego de cualquier adversidad.

Lo manifestado por las naciones del Orbe, a la enorme mayoría de ecuatorianos nos llena de sano orgullo y satisfacción; y no digo a todos, porque se han dejado escuchar voces disonantes de los anti patria de siempre. Pero lo verdaderamente importante en estos duros momentos, es saber que el dolor que le aflige al Ecuador, le duele al mundo entero.

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