Por: Gonzalo Ortiz Crespo
Estamos en un gozne de la historia, un momento de cambio radical. Y es el pueblo ecuatoriano el que inexorablemente va a hacer ese cambio, va a girar ese gozne en las próximas elecciones.
Ese cambio no implica desconocer los derechos conseguidos por los ciudadanos en décadas de lucha. El Ecuador ha avanzado, pero aún le falta conquistar libertades, democracia, progreso para todos.
Y, además, enfrentar y superar la espantosa crisis económica provocada por una década de dispendio, irresponsabilidad y corrupción.
Ese cambio solo lo podremos hacer unidos, con patriotismo y sin confrontaciones. Para ello es indispensable tener al frente del país a una persona con mirada estratégica, espíritu democrático y honradez probada. Esa persona es Paco Moncayo, un hombre equilibrado y abierto, que sabe construir consensos, ejercer liderazgo y obtener los objetivos que se propone.
Junto con Paco Moncayo, la Izquierda Democrática y los partidos y movimientos políticos agrupados en el Acuerdo por el Cambio, hemos presentado una propuesta de transformación y democracia, de renovación y alegría, de progreso y esperanza, de integración y pluriculturalidad.
Todos debemos colaborar para lograr el cambio que anhela el país. Quedarnos al margen cuando la patria exige sacrificios sería empujarla a la prolongación absurda de esta década de supresión de las libertades, entre ellas las de expresión, prensa y asociación, donde se ha tratado de silenciar a quienes denunciábamos sus abusos, sus equivocaciones, su corrupción.
Ese convencimiento me llevó a aceptar el reto que la Izquierda Democrática me planteó de encabezar su lista de asambleístas provinciales por Pichincha en la circunscripción del centro-norte de Quito.
Me acompañan, como principales, la abogada Natalia Delgado, el abogado Miguel Laguna y la dirigente de los comerciantes autónomos Gladys Tonato, y como alternos, los jóvenes profesionales Diego Almeida y Virginia Andrade y los dirigentes barriales Gabriel Cataña y Soledad Quishpe.
Planteamos a los votantes escoger esta opción para deshacer en la Asamblea Nacional la maraña de leyes que ha creado un Estado centralista, autoritario, espía, interventor, obeso y opaco. Y a crear, en cambio, un Ecuador con transparencia y democracia económica, social y política.
Me honro en representar la diversidad del Ecuador de hoy; en representar a la sociedad civil que sobrevive y que no pudo ser pulverizada por la maquinaria correísta; en representar a una coalición que, consciente de sus diferencias, ha decidido superarlas para crear, entre todos, un país en que reine la confianza, la paz, la tolerancia, la verdad y la solidaridad…Y en el que se acaben la bronca, el insulto, la improvisación, la mentira y el caos económico.
Me avala mi larga carrera en el periodismo y la enseñanza universitaria. He ocupado todos los puestos que puede ejercer un periodista, desde reportero hasta director. Igual en la educación superior, donde he sido profesor, subdecano y decano. Soy uno de los pocos ecuatorianos ––y ciertamente el único candidato––, que es miembro correspondiente de las dos academias nacionales más prestigiosas: la de la Lengua y la de la Historia, a las que fui elegido por los méritos que sus integrantes vieron en mi trayectoria.
He publicado 14 libros como autor, dos docenas como coautor y tres como traductor.
Dos veces me desempeñé en cargos públicos: los cuatro años del Gobierno del Dr. Rodrigo Borja (1988-1992), como Secretario General de la Administración y, previo a eso, Secretario Nacional de Comunicación; y los dos períodos en que, por voto popular desde 2002, fui concejal de Quito (2002-2008) y, al final, vicealcalde de la ciudad (enero a agosto de 2009).
Por eso, me presento ante ti y solicito tu voto, y que difundas este pedido entre tus familiares y amigos.
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