Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Colono, oriundo de Paute, Provincia del Azuay. Conocido como don Jacinto. Llamaba la atención de los lugareños de Huambi porque era un colono de estatura mediana, delgado, de ojos azules y cabello rubio, que usaba un sombrero grande, azul como sus ojos. Uno de sus hijos: Gonzalo Vélez González guarda su fotografía, con orgullo, en su “Quinta Cristal”. Llegó con su esposa Cristina González y sus hijos en busca de una nueva vida, a la Parroquia de Huambi del Cantón Sucúa, cuyo nombre proviene directamente de un pez que existe en las aguas del río Upano y Tutanangoza, sitio de una hermosa vista paisajística donde se divisa, de un lado de la vía, el río Upano, y por el otro lado, el río Tutanangoza. Localizado en la parroquia Huambi, en el Km. 5 de la vía Sucúa-Cuenca en el “estrecho de Huambinimi”, conocido así por la franja angosta que se forma en el sector del Mirador, siendo los nativos shuar quienes bautizaron ese lugar con el citado nombre.
En esta hermosa tierra, predomina una planta denominada «suku», (planta de ortiga) llamada así por los aborígenes del lugar que al correr el tiempo el nombre nativo fue formalizándose en los moradores y como homenaje a ella, deciden que su pueblo se llame «Sucúa», aumentando únicamente la letra «a». Los primeros colonos en llegar a este lugar fueron: Jacinto Vélez Orellana, Fidel Cevallos, Xavier Maldonado y José Chabla.
Walter Bavinsky, de origen chileno y padres alemanes, instala algunas industrias como: La curtiembre de pieles, desmotadora de algodón y fábrica de aceites. Al pasar los años acuden más colonos, entre ellos: Antonio Acevedo, Baudillo Estrella, Teresa Rivadeneira, Luis Sangurima, Andrés Molina, Juan Gómez, Abdón Zabala, Juan Sangurima, Arcesio González Vélez, Serafín Solís, Joaquín Orellana, Jerónimo González, Daniel Flores, Dolores Velín, Efrén Zúñiga, estos valientes hombres y mujeres querían ver a su pueblo crecer y progresar. Huambi fue elevado a la categoría de parroquia el 17 de julio de 1941. La primera Junta Parroquial estuvo dirigida por Reinaldo Reinoso y otros que le ayudaron a administrar la parroquia.
A sus descendientes, “los Vélez” se les puede reconocer fácilmente, ya que todos han heredado su fisonomía y forma de actuar en la sociedad. La gente, les dice: “usted es Vélez”, no importando el lugar en dónde se les encuentre. Aunque sus descendientes han perdido su apellido, un hijo de su bisnieta Cristina: Sebastián Milian, se parece a él.
Esta semblanza, de Jacinto Vélez Orellana, fue escrita en homenaje a un ciudadano de bien, educado por su familia en valores, un señor que ha quedado en la memoria colectiva, por su esfuerzo y trabajo, para el desarrollo de la Parroquia Huambi del Cantón Sucúa, en una época en la cual no había universidades en la región ni en la Provincia de Morona Santiago.