La educación online desde la visión estudiantil

La realidad de la educación actual ha obligado a la aplicación de diferentes herramientas para poder superar algunos contratiempos que los escenarios online nos han presentado. La mirada educativa se ha enfocado a la resolución de conflictos emocionales por todos los cambios que la pandemia actual ha traído y más aún a los estudiantes de diferentes niveles educativos.

Los docentes, junto con autoridades y padres de familia, han tratado de adaptar las herramientas comunicativas virtuales, como las nuevas aulas de clase que sirvan de apoyo tanto cognitivamente como conductual a los estudiantes.

La visión docente se ha visto transformada a ser una guía de contenidos permanente, la cual apoye al estudiante a su autodescubrimiento y al desarrollo de un perfil autodidacta. Pero la base de esta teoría es responder a las necesidades educativas que el docente pueda identificar. La mayoría de estas necesidades se ven implícitas en la participación educativa en los escasos 40 minutos de formación que se tiene cada semana, sumando a esto las actividades que se planifican como construcción de conocimiento, cuyo objetivo es sustentar de forma teórica los contenidos que el ministerio de educación ha puesto como opciones priorizadas para la formación de cada estudiante.

La cuestión parte entonces, en la visión estudiantil sobre la educación online. Si un docente puede identificar las necesidades educativas de su grupo de estudiantes, de forma individual y colectiva, obtendrá de mejor manera, un acercamiento que le permita actuar sobre el campo que se trabaja y por tanto, desarrollar una mejora en la experimentación y exposición de contenidos. Es entonces, que basado en todo lo mencionado, se ha realizado una investigación por medio de una encuesta sobre las opiniones estudiantiles con relación a la educación online a 57 estudiantes correspondientes al 10mo año y 1ro de bachillerato respectivamente, en una de las Unidades Educativas pertenecientes a Azuay – Cuenca, durante el periodo lectivo 2020-2021.

En la investigación y análisis realizado se pudo conocer algunas de las opiniones que los estudiantes tienen sobre el manejo de la educación online, calificándola en su mayoría como  “muy buena”, detallando que es un formato de enseñanza “incómodo” o incluso “aburridas” estas opiniones varían, según la visión de cada estudiante. Hay que tener en cuenta que cada opinión es posiblemente basada en el formato y estilo de aprendizaje que el estudiante mantenga.

Dentro de algunos puntos negativos que se pudo observar, fue en su mayoría “las fallas en la red” pero es necesario analizar dos puntos importantes que fueron analizados el primero donde se menciona: “Pues no sé cómo explicar la sensación estar frente a un teléfono es algo que te distrae, en cambio presencial ya no es lo mismo” este es, después de la mala conexión uno de los factores constantes en el aprendizaje, el estudiante no logra una concentración igual a una clase presencial, ya que las herramientas virtuales son en verdad objetos de distracción, esto sumado al problema comunicativo que presenta la falta de una presencialidad y los factores adjuntos al mismo, como puede ser el ruido constante del ambiente comunitario u hogareño. Esta respuesta podemos respaldarla con la pregunta “Usted prefiere clases presenciales o virtuales”, donde el 61,4 % estuvo de acuerdo con la primera opción.

El segundo punto a acotar fue una opinión expresada como “El extenso estrés” esto es una realidad, algunos docentes para poder avanzar en contenidos, y verificar si los estudiantes comprenden los mismos, tienden a enviar deberes en cantidad, siendo estos acumulados para todas las materias en un corto periodo de tiempo, lo que provoca estrés al estudiante, donde algunos casos externos a esta institución se ha dado la desvinculación del sistema educativo. La afirmación analizada puede estar conectada también al hecho de que el 64,9% de los estudiantes encuestados comparten su dispositivo (celular, computadora o Tablet) con otro miembro del hogar, lo que presenta una interferencia a la hora de las clases síncronas y las actividades asíncronas, ya sea de investigación o multimedia de apoyo a la construcción de conocimientos.

Referente a la siguiente pregunta, donde los estudiantes pudieron ofrecer algunas sugerencias para la mejora de estas clases, algunas ideas como “Grabar las clases y enviarlas al grupo de trabajo” por parte del docente, parece imprescindible para lograr algunos cambios y soluciones a la falta de conectividad que algún estudiante pueda sufrir. “Más tiempo para las clases” es otra de las opciones sobresalientes de esta pregunta, como bien mencionamos anteriormente, los 40 minutos no son suficientes para lograr la comprensión buscada en el proceso enseñanza aprendizaje, por lo cual, nos da una limitación permanente en el cumplimiento de las DCD. Por último, otra de las respuestas frecuentes fue “Crear ambientes más interactivos”, siendo esto responsabilidad del docente para la edición de un espacio virtual más “agradable”, que configure los conceptos con las nuevas formas de aprender, como contenidos lúdicos, pizarras interactivas, contenido multimedia y diversas plataformas con mira constructivista.

En conclusión, una educación online no debe ser vista como un muro que no permita el avance formativo de los sujetos de aprendizaje, sino todo lo contrario, este espacio debe ser tomado como una herramienta base para la construcción de conocimientos. La era digital está presente para apoyar a las nuevas generaciones y formar perfiles creativos y auto formativos, con la capacidad de comprensión y autorreflexión sobre temas modernos, que permita al estudiante formarse de tal manera que un futuro sea capaz de resolver problemas variados que le presente el medio.

La edición y adaptación de plataformas y educación en línea debe ser un trabajo colaborativo entre el docente y el estudiante, es decir, mantener una comunicación constante, donde las necesidades educativas sean atendidas directamente, tomando en cuenta la opinión generada por los agentes educativos, de forma que el docente pueda reflexionar sobre las actividades que genera y como estas, ayudan al estudiante en su proceso de formación desde distintas ramas y perspectivas.  Al ser un proceso y un cambio reciente debemos verlo como una posibilidad de mejora dentro de nuestro perfil profesional futuro o presente.