La niña de la cabaña

Por: Dr. Freddy Mora Murillo, Criminalista
Cuenca (Ecuador)

En esta novela he encontrado después de haberla leído, cómo se funden el amor, lo místico, el dolor. Cómo un padre amoroso desciende hasta los confines del infierno para rescatar a su hija del dolor,  es así como se presenta esta novela. Para poderla  rescatar del dolor del maltrato de una persona que es su madre tiene que apoyarse con varios amigos rebeldes, pero encuentra a su hija. Su hija que  es capaz de hablar con niños muertos para apoyarse en la solución a ese maltrato, y no precisamente por ella ¡sino por los niños que están muriendo hoy!  ¡Los niños que morirán mañana víctimas  del maltrato! Y le hace una promesa a la niña que sale del lago, a los niños del bosque donde ella se encuentra y juega,  acompañada de su muñeca que muerde cuando la atacan. Es así como se presenta la novela.

Dentro de esta novela, para conquistar una tenencia busca un abogado: Stockhausen. Éste abogado lucha y encuentra que en el proceso Judicial se violan los derechos, en el proceso judicial existen informes periciales falsos, malintencionados, solo con el ánimo de beneficiar a la otra parte ¿y por qué se pretende beneficiar a la otra parte? La novela lo expone: por asuntos sociales, de estereotipos culturales, porque creemos que los hijos siempre estarán bien con su madre.

“La niña de la cabaña” fue maltratada por su propia madre. Es allí cuando Stockhausen ejerciendo el derecho de la contradicción gana el juicio y viaja en su motocicleta “Daytona-Scorpion” para llevarle la sentencia y la  novela describe la gran felicidad en la unión de Dante que ha descendido a lo más cruel para encontrar la felicidad con su hija.

Pero recordemos que en la novela también “La niña de la cabaña” les dice a sus amigos que luchará por los derechos de los niños. Yo creo que esta novela es el principio de unirnos todos por hacer una propuesta de Estado o legislativa, para cambiar lo que vivimos día a día y vemos en las noticias: muertes y sufrimientos  de niños y niñas y no lo digo por las madres, sino por los progenitores, familiares  o cualquier persona que atenta contra ellos, y la novela precisamente nos puede convocar a esa unión. Yo pienso que el abogado Stockhausen estará siempre, ¡siempre! Al pendiente cuando la niña de la cabaña lo necesite, y es más, creo que Stockhausen unido con la sociedad, los operadores de justicia y los comprometidos con los derechos de los niños y niñas podríamos defender a los que aún están vivos, porque los muertos están en el lago esperando.

Hay tres puntos de vista en cada historia, tu historia, mi historia y la verdadera historia. “La niña de la cabaña” es una novela de ficción pero cuánta verdad hay en ella.