Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Los sentimientos son emociones conceptualizadas que determinan el estado de ánimo. Cuando éstos son sanos, es posible alcanzar la felicidad y conseguir que la dinámica cerebral fluya con normalidad. En el caso contrario, se experimenta un desequilibrio emocional que puede derivar en el surgimiento de trastornos tales como la depresión.
Se entiende que en la humanidad todos debemos ser buenos, pero, no es así. Los buenos sentimientos tienen que ver con la familia y el ejemplo, especialmente de los padres, dando consejos para actuar correctamente en la sociedad, con sentimientos que permitan su desarrollo, a través de actos constructivos y positivos. La lucha por entender el bien y el mal es probablemente el legado más antiguo que acarreamos como especie.
El amor filial, entonces, es un sentimiento noble, porque amamos a nuestros padres y respetamos a nuestros hermanos y demás miembros de nuestra familia. El amor a los demás, también es un sentimiento paradigmático, porque tratamos a la gente con afecto y cariño y nos preocupamos, especialmente, de los niños y los ancianos.
El respeto a la naturaleza es otro sentimiento positivo, ya que preservamos a nuestro entorno natural, por lo cual debemos sembrar árboles, tener jardines y respetar el espacio de los animales. Debemos preservar la biodiversidad de nuestra naturaleza.
La solidaridad es otro sentimiento importante porque señala el camino para vincularnos a la comunidad y lograr el desarrollo de la misma, ya que todos vivimos en sociedad y debemos actuar con esta cualidad.
El trabajo es la condición primaria de la especie humana, ya que gracias al trabajo hemos logrado la inteligencia que nos permite actuar en forma positiva. En el trabajo, complementariamente, debemos ser colaborativos, es decir, trabajar en equipo y valorar el esfuerzo de todos, haciendo que las personas se sientan importantes.
El sentimiento de no hacer daño a nadie tiene que ver con la honestidad, no perjudicando a otras personas y respetando su integridad y no apropiarnos de lo ajeno.
Por último, en nuestra institución de educación superior, debemos actuar en forma positiva y constructiva, reconociendo los méritos y cualidades de las personas, respetando sus formas de pensar, la equidad de género y las diferencias existentes, valorando la producción intelectual de la docencia que se refleja en la capacidad intelectual para escribir libros académicos y artículos científicos.
*El Doctor Luis Rivadeneira Játiva es Docente Principal de la Universidad Tecnológica Equinoccial, escritor e investigador, articulista del Diario El Norte y miembro del Consejo Editorial de EcuadorUniversitario.Com. Tiene la Condecoración Equinoccial 2013.