En 1918 los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una huelga universitaria en reclamo de profundas reformas universitarias, que se convirtió rápidamente en un amplio movimiento en todo el país y en América Latina, con cierto impacto también en España y Estados Unidos.
En aquel momento la Federación Universitaria de Córdoba hizo público el Manifiesto Liminar que luego se convertiría en el documento básico de la Reforma Universitaria.
El movimiento de Reforma Universitaria se extendió por toda América Latina y se volvió un verdadero movimiento continental y mundial. En el marco del movimiento de Reforma Universitaria en América Latina, en 1921 se realiza en México, el Primer Congreso Internacional de Estudiantes que va a crear la Organización Internacional de Estudiantes.
La Reforma Universitaria tiene también conexiones históricas con otros movimientos estudiantiles y juveniles, aunque sus antecedentes están muchas veces ubicados en la reforma de Córdoba de 1918:
• Las revueltas estudiantiles en Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970
• El Mayo francés de 1968 son vivos ejemplos de la lucha juvenil universitaria.
El llamado “Movimiento de Córdova” fe el primer cotejo importante entre una sociedad que comenzaba a experimentar cambios en su composición social interna y una universidad enquistada en esquemas obsoletos.
Córdova reorientó la misión social de la universidad latinoamericana y estableció el concepto de autonomía en el gobierno de la universidad, autonomía que no puede aceptar inferencia por los gobiernos en el aspecto económico y presupuestario. Además, aportó con el concepto y práctica del cogobierno y permitió el paso de una educación de élites a una educación de masas, a través de la ampliación de la cobertura de la educación superior a las clases medias, permitiendo la expansión de un modelo de educación superior pública, gratuita. Córdova, sin embargo, no modificó el énfasis profesionalista, con postergación de la ciencia y la investigación; tampoco cambió la estructura académica, construida sobre una simple federación de facultades o escuelas profesionales semiautónomas y alta jerarquización docente; ni tampoco modificó la organización tubular de la enseñanza de pocas profesiones, con escasas posibilidades de transferencia de un currículo a otro, que suelen ser sumamente rígidos y provocan la dupliación innecesaria del personal docente, equipos, bibliotecas, etc.
Aún después de la Reforma de Córdova, nuestra herencia académica son las letras, mientras la tradición académica de los países que hoy coforman el “centro desarrollado” se sustenta en las ciencias y en la innovación. Lo expuesto se confirma al comparar, por una parte, la frase de Miguel de Unamuno “!Que inventen ellos” y por otra, la expresión expuesta en el informe de Vannevar Bush al presidente Franklin Delano Roosevelt “ … una nación que dependa de otros para el conocimiento científico básico nuevo será lenta en su progreso industrial y débl en su posición competitiva
mundial”.
La universidad de la razón científica, del descubrimeinto y la investigación,ha sido para nosotros más un ideal que una realidad, principalmente porque han sido los obiernos de turno los cuales nunca han entendido que la investigación es labor fundamental de la universidad,y que para ello se necesitan recursos económicos, que no constiuyen un gasto suno una inversión.
El nuevo tipo de profesonal requiere ser, más que nada, un creador innato y un infatigable investigador, que junto a su elevada capaciad de adaptación al cambio, haya desarrollado un profundo compromiso ético con la sociedad que lo ha formado.
Esperamos que el Encuetro Internacional de dirigentes estudiantiles universitarios que se desarrolla en Quito, sirva para apuntalar la revolución de la educación superior que se lleva a cabo en el Ecuador.
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