Por: Carlos Castro Riera
Está por expedirse el Reglamento de Carrera y Escalafón del Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior. Este Reglamento necesita ser discutido a profundidad por todos los profesores, investigadores, estudiantes y personal administrativo de las universidades.
No se puede en una sola reunión presidida por un funcionario del gobierno y con un grupo minúsculo de autoridades y docentes, como se hizo en la Universidad de Cuenca el 31 de Agosto, pretender que el proyecto ya está “socializado” y expedirlo con urgencia -en época de vacaciones universitarias- a última hora, cuando se tuvo todo el tiempo para prepararlo y debatirlo como merece un reglamento de esta trascendencia.
El proyecto de Reglamento es inconstitucional por ser atentatorio a los derechos de los profesores, al establecer en su disposición transitoria tercera que una o varias Comisiones Especiales, presididas por el Rector o su delegado, recategorizarán a los profesores titulares, de manera que cientos de docentes de la Universidad de Cuenca, serán disminuidos de categoría, invalidando derechos adquiridos en el marco jurídico constitucional vigente a la época de la titularización. En esas condiciones se encuentra la inmensa mayoría de catedráticos universitarios con más de 10, 15, 20 o 30 años de servicio.
Todos estamos de acuerdo en que hay que mejorar continuamente la calidad de la educación e investigación universitaria, pero aquello no puede hacerse atropellando derechos adquiridos con tanto sacrificio, constituyéndose una verdadera violación y regresividad de los derechos desconocer la calidad de profesor titular principal adquirida en el marco legal y constitucional vigente a la época.
Por otra parte, este es un proyecto de Reglamento elaborado sin considerar la realidad universitaria ecuatoriana, sino en realidades extranjeras del primer mundo, donde esos Estados si han invertido en educación como se debe desde hace muchísimos años. Se pretende con el actual proyecto de Reglamento dar saltos gigantescos con plazos incompatibles, que no tendrán eficacia en la realidad y solo quedará en imagen, publicidad, golpes de efecto politiquero, pero que en el fondo solo traerá defraudación.
La propia Universidad de Cuenca, como institución, será degradada, porque a la par con el proyecto de reglamento de carrera docente, ya se expidió hace pocos días el Reglamento de tipología de las universidades, donde nos reduciríamos, luego del plazo establecido, a Universidad de Educación Continua, quedando como una quimera la Universidad de Docencia con Investigación o siquiera Universidad de Docencia. Es decir, una Universidad Regional de las mejores del país, quedaría reducida a la mínima expresión.
El proyecto de Reglamento que comentamos es tan iluso que ni siquiera es bueno como base para una discusión seria, por lo que debería ser archivado y darse paso a la elaboración de un reglamento con plena participación de las universidades, no con remedos de socialización que en el fondo encubre la imposición. Este no es un proyecto normativo perfectible. Hay que hacer otro.
Estamos de acuerdo con los cambios para mejorar, pero hay que establecer correctamente la hoja de ruta, los plazos y sobre todo una concepción de la docencia que nos libere de la dependencia cultural. Reducir los problemas de la universidad ecuatoriana al número de doctores (PhDs), es fetichismo intelectualoide. Eso si infantilismo y hasta vanidoso.
Tomado de El Mercurio
Cuenca, 5 de septiembre, 2012