Ecuador en función de sus lineamientos de política internacional promovidos por el Gobierno de la Revolución Ciudadana y como parte de los objetivos señalados en el Plan Nacional del Buen Vivir, considera que la CELAC es el marco idóneo donde los países de América Latina y El Caribe, a través del diálogo, la concertación política y la cooperación solidaria puedan avanzar hacia una verdadera integración regional.
Para Ecuador, la CELAC es el instrumento mediante el cual se expresa la voz unificada de la región, libre de las ataduras de las potencias hegemónicas como Estados Unidos y su aliada regional Canadá.
La CELAC es el interlocutor legítimo de la región para promover y proyectar la unidad frente a los temas globales, para promover el multilateralismo, el respeto a la pluralidad y la búsqueda de la transformación y democratización de la sociedad internacional, por medio de una adecuada inserción y proyección de nuestros países en el ámbito mundial.
Con la Presidencia Pro Témpore en manos del Ecuador, el país asumió un liderazgo que procuró consolidar a la región como una zona de paz, libre de pobreza, buen vivir, progreso, desarrollo y prosperidad.
En la II Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno en La Habana, en enero de 2014, el Presidente del Ecuador, Rafael Correa, señaló que la CELAC debería sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual ha sido un instrumento de dominación del Gobierno estadounidense.
La CELAC, dijo el Presidente Correa, constituye una gran esperanza. La región necesita “algo nuevo, nuestro, mejor que la OEA, y eso es la CELAC, cuya presidencia pro témpore asumirá Ecuador en 2015”, y agregó: “La Patria Grande, como llamamos a nuestra América Latina unida, ya no es solo un sueño de nuestros Libertadores, sino la mejor y tal vez única manera de obtener nuestra segunda y definitiva independencia. Con la integración debemos buscar potenciar nuestras capacidades y defendernos del neocolonialismo y del injusto orden mundial.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe –CELAC- es una gran oportunidad y esperanza para tener nuestros propios espacios de procesamiento de conflictos regionales, y mantener la OEA -Organización de Estados Americanos- (esa organización que tiene su sede en Washington capital del país que mantiene ese bloqueo criminal a Cuba, que rompe todo el derecho Interamericano, que atenta contra todos los derechos humanos; aunque parezca parte del paisaje) mantener la OEA, para que como CELAC los países latinoamericanos en bloque podamos a su vez procesar nuestro conflicto con América del Norte. El mundo del futuro será un mundo de bloques.
La integración también nos sirve para cambiar la injusta división internacional del trabajo, exigiendo compensaciones por la provisión de bienes ambientales y, además, unidos, pasar a ser generadores de conocimiento, por ejemplo, coordinando nuestras agendas de investigación. La mejor forma de liberarnos del imperio del capital es la integración, para alcanzar cosas tan sencillas, como salarios mínimos regionales, que impidan la absurda competencia entre nuestros países en favor del capital transnacional, hasta como bloque incidir en el cambio de este injusto e inmoral orden mundial».
Ecuador presidió la CELAC en el 2015. Su propuesta incluyó los siguientes ejes: la planificación de la integración; la nueva arquitectura financiera regional; la regulación del capital transnacional y, de manera fundamental, la garantía de los derechos humanos.
Rafael Correa reafirmó por su parte, lo que manifestó en el año 2009 al recibir la Presidencia Pro Témpore de UNASUR. Dijo: Tal vez los europeos tendrán que explicar a sus hijos porqué se unieron, pero nosotros tendremos que explicarles a los nuestros porqué nos demoramos tanto.
Al asumir la Presidencia Pro Témpore, Ecuador propuso una agenda de trabajo que contenía cuatro ejes:
“El primer eje, es la reducción de la pobreza extrema. Uno de los objetivos, señaló, tendría que ser que a mediano plazo, cinco o 10 años máximo, podamos reducir la pobreza extrema por lo menos al 5%”. Recordó que en una reunión anterior se aprobó declarar a los países de CELAC como región de paz, y eso se ha cumplido.
El segundo eje, dijo, es la Nueva Arquitectura Financiera Internacional. Ya tenemos el Sistema de Compensación de Pagos (Sucre), en el Alba, así como el Banco del Sur entre siete países de Suramérica, será un instrumento fundamental para el desarrollo de la integración financiar proyectos de integración regional, estamos convencidos de que apenas empiece su funcionamiento otros países se integraran. Esto debería expandirse hasta toda América Latina. Ojalá podamos crear el Fondo Monetario del Sur.
El tercer eje de trabajo, se anunció, será el desarrollo de la Ciencia y Tecnología. Debe ser una de las claves, tanto en lo interno como en la relación con otros países. No podemos sostener el desarrollo si estamos en la retaguardia de la Ciencia y Tecnología. Muchos ejemplos se están dando en Ecuador y América Latina. Tenemos que definir cómo vamos a avanzar en ciencia tecnología, innovación y talento humano. Tenemos que estar en la cúspide, en la vanguardia del desarrollo tecnológico mundial y lo tenemos que hacer como región.
El cuarto eje, precisó, se fundamenta en el desarrollo de la infraestructura vial, productivo, energético. Para que en muy corto tiempo nuestra región, efectivamente crezca, se desarrolle e impulse justicia social y que pueda verse y dialogar internacionalmente en condiciones de dignidad con los otros bloques mundiales.
El Canciller Ricardo Patiño destacó, además, la necesidad de impulsar otros temas como el cambio climático, “Tenemos que comprometernos y comprometer al mundo para la reducción y mitigación de los efectos del cambio climático
Al concluir la Presidencia Pro Témpore, Ecuador ha reforzado el compromiso de fortalecer la CELAC como un mecanismo de diálogo, concertación política y cooperación.
Ha vigorizado el apoyo a la paz, el combate contra la pobreza, ha procurado impulsar la seguridad internacional, el multilateralismo, la transformación y democratización del Sistema de Naciones Unidas, el acortamiento de la brecha científica y tecnológica y lucha contra el cambio climático.
Consolidó a la CELAC como vocera única de la región en los foros, organismos y organizaciones internacionales.
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