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Un paraíso penosamente enlodado

Por: Dr. César Montaño Galarza

Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

Sería muy triste constatar que en el país nos estamos acostumbrando a lo irregular y vil como normas de vida y de conducta. Queda esta sensación cuando vemos que los temas centrales de la agenda mediática están rebasados con noticias sobre corrupción, de conductas inmorales y hasta delictivas cometidas por personajes públicos; todo esto magnificado por ríos de información manipulada que fluye dañina en redes sociales. Estamos a tiempo de cambiar el rumbo, pero para ello se requiere grandes consensos y una agenda que guíe nuestro destino común.

La lucha actual contra la corrupción es importante pero aún queda corta, es que la podredumbre ha llegado hasta el tuétano de la sociedad, en lo público y privado; la baja calidad moral de miles de actores públicos y otros ha sido desnudada por la angurria y la sapada al aprovecharse dolosamente de carnés de discapacidad; cuando más esperamos certezas, gente desaprensiva utiliza con mala fe innumerables espacios de la comunicación, generando angustia y desorientación en la ciudadanía.

Cunde una cruel desesperanza. ¿Será que todavía hay quien confía en el país y su gente, al punto de ofrecerle propuestas serias para transformarlo positivamente?

Los presupuestos para un rescate ético nacional son renunciar a la viveza criolla, al famoso dicho: “hecha la ley, hecha la trampa”; a ese monstruo falaz llamado “populismo”; a sacarle el jugo al cuarto de hora de fama.

El cambio verdadero solamente se logrará con mejor educación y cultura, instituciones sólidas, leyes para el largo plazo y justicia efectiva, pero, sobre todo, eligiendo autoridades con los pies en la tierra, conscientes de que el poder no es para aprovecharse de él, sino para servir a los demás.

Es nuestra responsabilidad rescatar este pequeño paraíso penosamente enlodado por quienes no lo merecen, para nuestros hijos y los que lleguen después, para terminar con el desencanto que va haciéndose espacio en muchos corazones.

La Universidad en medio de la pandemia

Por: Dr.  César Montaño Galarza
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

En marzo las universidades dieron un giro brusco forzadas por la pandemia, no todas estuvieron preparadas para mutar de una organización y de un modo ortodoxo de funcionar presencialmente, al modo no presencial con uso de tecnologías; ahora tratan de adaptarse para continuar, pero no todas lo lograrán; ejemplo, en Eurasia del siglo XIV, tras la peste negra cerca de 20% de universidades cerraron.

Lo financiero es preocupante. Por la grave crisis económica la universidad pública sufre una caída notoria de matrícula y alta deserción estudiantil, empero, debe destinar ingentes recursos para implementar condiciones tecnológicas idóneas. Hablo de la universidad verdadera que investiga, publica y cumple con la sociedad gracias a una comunidad comprometida en formar ciudadanos críticos, integrales y humanistas, no me refiero a organizaciones que lucran con la educación virtual.

En lo presencial, un solo profesor prepara el curso, los materiales y dicta clase; en lo virtual en cambio, se requiere al profesor autor para diseñar el curso y preparar el material, al profesor tutor quien se encarga de las clases, a un equipo especializado para la digitalización -diseño instruccional y de contenidos-, y el acompañamiento con tecnologías; lo que hacía una persona, ahora requiere un equipo académico, técnico y hasta administrativo ad-hoc. Rubro esencial es la capacitación para usar plataformas y herramientas tecnológicas y, sobre todo, para aprehender criterios pedagógicos nuevos, cuyo centro sea el estudiante antes que el docente magistral. Se agregan los problemas de equipamiento y conectividad.

Para superar esta dura realidad se requiere fuerte apoyo económico estatal, pues la educación virtual no es más barata que la presencial, pero es un recurso temporal válido, previo a volver al campus cuando las condiciones lo permitan; así la universidad habrá podido cumplir su función y estará más fortalecida para contribuir al país.

Hacia una nueva política fiscal

Por: Dr.César Montaño Galarza
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

Un problema endémico del país es el económico; esto ya lo sabíamos antes de la pandemia, evento que expone muchas verdades en torno al manejo de la cosa pública y sus prioridades, al tiempo que agrava las finanzas públicas de manera alarmante.

De nuevo los más pobres están al filo del precipicio, también buena parte del sector productivo generador de fuentes de empleo por naturaleza. Las prioridades aquí y en el resto del globo son irrefutables, tienen que ver con la vida, el ser humano, la economía como espacio de inventiva, producción de bienes y servicios, y trabajo dignificador.

Todo cambió. Con inteligencia y prudencia, la política fiscal debe adecuarse a la nueva realidad.

El maligno covid-19 con sus espigas en forma de corona infecta las células humanas al punto de poder causarle la muerte, su coletazo puede resultar brutal para el planeta, no se diga para nuestra frágil situación social y económica.

Cuando lo único cierto es la incertidumbre, resulta imprescindible el consenso de las fuerzas políticas anteponiendo el interés nacional; y, arrimar el hombro todos, en el hogar y la familia, en el campo profesional, hasta en las instituciones más grandes e importantes, pasando por pequeños y medianos negocios y emprendimientos.

Estamos presionados a diseñar soluciones inclusivas y posibles para superar esta dura prueba.

El Estado tiene mucho por hacer en estas circunstancias; por ejemplo, en materia de renegociación de la deuda, focalización de subsidios, evasión tributaria y contribuciones de sujetos y grupos económicos poderosos -muchos de los cuales lucraron desmedidamente del propio Estado-, recuperación de dineros de la corrupción; debe ganar en eficiencia, cuidar la libertad y los derechos a través de una política fiscal contracíclica, generadora de seguridad, que racionalice el gasto, garantice el trabajo, priorice salud, educación e investigación científica, y fortalezca el agro; que incentive y no ahogue.

19 de abril de 2020

El virus de la verdad

Por: Dr. César Montaño Galarza
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

El coronavirus nos enfrenta a una verdad tan contundente como una montaña: los seres humanos somos frágiles y vulnerables, tal cual es un castillo de arena ante las olas del mar.

Nos conmina también a fijarnos en lo prioritario, en cosas verdaderamente esenciales como tener salud, hogar, familia, trabajo, pertenecer a una comunidad organizada y solidaria, contar con información veraz, autoridades comprometidas e instituciones sólidas.

La gravedad del cambio climático, ni la religión más poderosa han logrado sintonizar tanto nuestro sentir como sucede con la emergencia sanitaria actual. Esta nueva y amenazante gripe hace aflorar unas cuantas verdades más.

Como sucede con la peste del insomnio, en Cien años de soledad o, la pérdida súbita de la visión, en Ensayo sobre la ceguera, el covid-19 devela la verdadera naturaleza humana, los instintos y las ilusiones más íntimas que nos animan a seguir. Ahora sabemos más sobre el lado penoso de la globalización, acerca del sentido que debe tener la política pública y sus prioridades, de la existencia de héroes anónimos capaces de arriesgar hasta su vida por el resto, como los profesionales y trabajadores de la salud y la seguridad.

Diremos, además, que esta pandemia estresa a los gobiernos, y exhibe, eso sí, “sin photoshop”, al liderazgo político, la situación de los sistemas de salud, la capacidad para aprender de otras experiencias, los niveles de colaboración social.

Opiniones y análisis que nos llegan de todas partes hacen colegir que alrededor del coronavirus existen más dudas que certezas, y esta es otra verdad contundente, pues ignoramos cuándo lo venceremos y cómo exactamente retomaremos la vida “normal”.

También es cierto que luego de este impacto, tan brutal como un rayo, debemos abrigar la esperanza de despertar a una nueva época en la cual busquemos la convivencia basada en valores universales, enfocada en cuestiones de fondo, antes que en asuntos e ilusiones insustanciales.

Los estudiantes que el mundo requiere

Por: Dr. César Montaño Galarza
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

A estas alturas de 2019 vale hacer un esfuerzo para desintoxicarnos de noticias y eventos causados por la mala política que prima en la región sudamericana. Reflexiono sobre lo que significa ser estudiante en un período del mundo en el cual la lógica globalizadora del capital, con todo lo cuestionable que le es inherente, se ha impuesto; cuando reina la incertidumbre y tecnologías disruptivas nos mueven el piso; en circunstancias donde el poder -a menudo amoral y desenfrenado-, poco acierta en su misión primordial de servir al ciudadano para construir sociedades óptimas para todos. El estudiante del Ecuador de hoy no es el de hace apenas diez o veinte años; imaginemos cómo debería ser.

Todo estudiante debe tener educación cimentada en valores y principios universales, cualidades infaltables para guiar la interacción y convivencia con los demás, pero también con lo que nos rodea; en ciencias diversas para conservar el rumbo ante la mentira y desinformación, para asumir nuevos retos y enfrentar problemas actuales. Esto se complementaría con lecturas sublimes creadas por el intelecto, para conocer, razonar, pensar críticamente, imaginar, innovar y crear; Ética, Filosofía, Historia, Letras, Arte, entre otras, no pueden faltar en la educación.

El estudiante debe contar con los mejores docentes, además con instrumentos suficientes para pensar y ubicar la verdad de las cosas; tendría así lo más valioso de la experiencia humana, el aula y la pizarra, pero también tecnologías de punta para investigar, interactuar, conectar con la realidad y comunidades diversas.

La educación no cae del cielo, es el Estado sobre todo, el que debe dar al estudiante la importancia que merece alineando políticas, planes, proyectos y recursos económicos con los grandes propósitos y demandas de una sociedad de nuevo cuño, esto es, informada, dinámica, consciente de la época, humanista, solidaria, con identidad e inclusiva, con sentido claro.

Para hacer grande al Ecuador

Por: Dr. César Montaño Galarza –
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

Los recientes episodios de protesta y violencia experimentados casi de manera simultánea en países como Bolivia, Chile, Ecuador y España seguramente podrán explicarse en cada caso según motivos detonantes específicos, propios de cada realidad; pero, si escudriñamos con alguna profundidad esas coyunturas conflictivas, será posible encontrar elementos comunes que demandan la reacción comprometida de ciudadanos, dirigentes políticos y autoridades de turno. Nuestro país no es la excepción en este sentido.

Todo indica que algunos elementos se repiten en cada uno de los casos referidos, por ejemplo: falta de un proyecto nacional soportado en grandes acuerdos en los cuales participen todos los sectores de la sociedad, lo que podría decantar en nuevos momentos constituyentes para construir constituciones que encarnen una misión colectiva, un proyecto político para el presente y el futuro; ausencia de compromiso y sensibilidad de las élites políticas y económicas con necesidades apremiantes de la sociedad, muchas de ellas postergadas por décadas para amplios sectores que sobreviven en medio de la vorágine capitalista, depredadora de recursos naturales y excluyente por definición; alejamiento generalizado de la sociedad de prácticas identificadas con la verdad, los valores y grandes principios que han permitido en distintas latitudes y épocas consolidar democracias comprometidas con los derechos, la igualdad y la equidad, así como con la transparencia.

Puede ser que las raíces de los problemas que ahora soportamos estén en el sistema educativo, ese que tiene que ser liberador, humanitario, creativo y ético.

Los ciudadanos de a pie, los que hacen política, también aquellos que hacen lo inimaginable por sobrevivir y sacar adelante a sus familias, los profesionales, quienes emprenden y hacen empresa, todos sin excepción tenemos que reaccionar para hacer grande al Ecuador, superando los conflictos con diálogo, compromiso y educación.

10 de noviembre de 2019

Subsidios y redistribución de la riqueza

Por: Dr. César Montaño Galarza
Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar

El subsidio es una ayuda económica extraordinaria concedida por el Estado para solventar necesidades sociales de consumo de ciertos bienes, productos o servicios. El uso de subsidios per se no es malo, siempre y cuando se oriente temporalmente a los sectores más necesitados. Los subsidios pueden ser ineficientes e inequitativos, y representar un peso alto y creciente para el erario. Ecuador ahora mismo intenta revisar la aplicación de subsidios a combustibles y redefinir su enfoque.

Por más de 40 años venimos aplicando subsidios a combustibles fósiles, esto representa más de $ 100 mil millones, sin embargo, aún no hemos logrado erradicar la pobreza. Algo no funciona bien en este campo, por lo que urge revisar la política de subsidios y contribuir así a superar el déficit fiscal.

Los impuestos son la fuente principal del financiamiento estatal y de los subsidios, también sirven para redistribuir la riqueza. ¿Los subsidios a combustibles cumplen propósitos redistributivos mejorando la vida de los más pobres, precisamente de los que pagan pocos impuestos? Si quienes aprovechan los subsidios a combustibles son, sobre todo, los más favorecidos, contrabandistas de combustibles y ciertas empresas o industrias, ellos están recuperando buena parte de los impuestos que pagaron, por ende, los subsidios no cumplen el papel primordial de beneficiar a quienes menos tienen.

En el marco de los diálogos que se desarrollan entre el Gobierno Nacional y representantes de muchos sectores sociales y productivos, es imperioso definir mecanismos orientados a lograr la focalización de los subsidios a los combustibles, con esto, por una parte, los impuestos que los financian cumplirán fines redistributivos de riqueza, y por otra, los subsidios llegarán a quienes más lo necesiten. El ahorro logrado con estas medidas de racionalización podría abonar a la recuperación de las finanzas públicas, y reforzar la inversión en el área social.

FUENTE: EL TELÉGRAFO
03 de noviembre de 2019

La Literatura y el Derecho

Por: Dr. César Montaño Galarza/ Rector de la UASB

Hace pocos días la Universidad Andina Simón Bolívar rindió un merecido homenaje al Dr. Ernesto Albán Gómez, concediéndole el título de doctor honoris causa, y presentando el libro: Las dimensiones culturales del Derecho, editado por Ramiro Ávila S. Del homenajeado se destacaron sus aportes como hombre de cultura, docente, escritor y jurista innovador.

Por esto, la ocasión sirvió también para efectuar un fructífero diálogo sobre manifestaciones culturales con potencial para edificar una concepción renovada de la ciencia jurídica.

Y es que ha sido tradicional la comprensión unilateral del Derecho con moldes formalistas y dogmáticos, poco o nada comprometido con la justicia. El Derecho, aunque es disciplina social, solo aprecia una dimensión estática de la vida y la sociedad, por lo que requiere aportes de otros valiosos campos del saber como la Política, la Sociología, la Economía, la Filosofía y, obviamente, la Literatura como expresión cultural.

La literatura ofrece un universo imposible de empaquetar en el acotado campo de la normatividad, más bien, lo jurídico está frecuentemente comprendido en la literatura, obra del intelecto que brinda elementos sensibles, propios de la ética, los valores y principios, sea que se trate de una exposición realista o, de una proyectada en el campo de lo ficticio. La literatura puede presentar los hechos más inverosímiles, baladíes u originales, con una visión humanizada, compleja y contradictoria, propia de la condición humana.

Por su parte, el Derecho también es una forma de expresión literaria, por lo general, fría y anquilosada, mientras que la literatura plantea con frecuencia construcciones amplias, dinámicas y naturales de la vida. La realidad de la existencia toma forma en los párrafos de una buena pieza de escritura, puede llegar al alma y abrir puertas a otras posibilidades de apreciar el mundo. El Derecho y el operador jurídico pueden ser más humanos gracias al influjo de las letras.

 

César Montaño es ratificado como nuevo rector de la UASB

El Consejo Superior de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) reunido en Quito el 14 de diciembre de 2015 resolvió por unanimidad declarar que la designación del rector de la Sede Ecuador del doctor César Montaño Galarza “es legítima, es legal y está en plena vigencia. Por lo tanto, debe asumir sus funciones el 15 de enero de 2016.” Sigue leyendo

César Montaño Galarza es el nuevo Rector de la UASB

Este viernes 6 de noviembre del 2015, en Sucre-Bolivia, el Consejo Superior de la Universidad Andina Simón Bolívar designó a César Montaño Galarza como nuevo Rector de la Sede Ecuador, en remplazo del doctor Enrique Ayala Mora que hoy concluyó su gestión exitosa que la inició en 1997.

Con seis votos a favor, el docente y director del Área de Derecho de la Universidad Andina Simón Bolívar, César Montaño Galarza fue designado Rector de la UASB Sede Ecuador, que en el presente año obtuvo por segunda ocasión la acreditación internacional de “ Universidad de Calidad y Excelencia”. Este reciente reconocimiento la sitúa como una de las instituciones educativas referentes de la región.

La Universidad Andina Simón Bolívar es un centro de estudios de alto nivel con más de 23 años en el Ecuador. Desde su creación, en el marco de la Comunidad Andina (CAN), esta institución se ha dedicado a la formación de profesionales en diversas áreas del conocimiento.

La sede central está en Sucre, Bolivia, con una sede local en Quito y La Paz, y oficinas en Bogotá y Lima.

Montaño Galarza, su nuevo Rector, consiguió el viernes 30 de octubre un apoyo mayoritario de la comunidad universitaria compuesta por estudiantes, docentes, autoridades y trabajadores de la UASB, lo que a la postre resultó muy influyente en la decisión que este viernes 6 de noviembre tomaron en Bolivia los miembros del Consejo Superior de la institución.

César Montaño Galarza es abogado, y doctor en Jurisprudencia por la Universidad Nacional de Loja. Especialista Superior en Tributación, Magíster en Derecho Económico, con mención en Relaciones Económicas Internacionales, y Doctor en Derecho, por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador.

Hasta antes de su elección como Rector de la UASB se desempeñaba como director del programa de Derecho de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Su extenso Currículum Vitae destaca que tiene varios años de trayectoria como docente universitario de pregrado y posgrado, y es autor de numerosos artículos académicos y libros publicados en Argentina, Bélgica, Bolivia, Colombia, Ecuador, España, Italia, México, Perú y Venezuela.

En enero de 2016 asumirá el rectorado de la Universidad Andina Simón Bolívar.

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