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Neus Sabaté, física y profesora ICREA de investigación en el IMB-CSIC: “Las baterías de papel biodegradables se convertirán en una necesidad”

Esta investigadora del Instituto de Microelectrónica de Barcelona acaba de ganar el Premio Física, Innovación y Tecnología de la Real Sociedad Española de Física por su trayectoria científica y tecnológica. Gracias a sus baterías ecológicas de papel también ha conseguido una beca del Consejo de Investigación Europeo y una subvención de la Fundación Gates.

Sabaté recibió el premio de la Real Sociedad Española de Física “por su trayectoria científica y tecnológica de excelencia, destacando la visión pionera y la gran creatividad en el campo de las baterías biodegradables”. / Shooting

El momento eureka de Neus Sabaté (Tarragona, 1975) llegó cuando se realizó un test de embarazo en 2012 y descubrió que estos dispositivos contienen una pila de botón. Pensar en el problema ecológico que conlleva si no se gestiona bien su reciclaje acabó determinando un nuevo enfoque en su carrera científica.

Ocho años después, Sabaté cuenta con una ‘Consolidator Grant’ del Consejo de Investigación Europeo (ERC, por sus siglas en inglés) de dos millones de euros, una beca de la Fundación Bill & Melinda Gates, una nominación al premio Women Innovators 2020, dos premios de la Asociación de Electrónica Orgánica y el Premio Física, Innovación y Tecnología de la Real Sociedad Española de Física.

Las baterías biodegradables de papel no solo son toda una innovación en su principal aplicación, los test de diagnóstico de bajo coste para enfermedades d como la malaria, el dengue, la tuberculosis o la fibrosis quística; sino que cada vez son más exigidos por la propia ciudadanía, que vive los efectos de la crisis climática y toma conciencia de la gestión de sus residuos.

¿Qué ha supuesto el Premio Física, Innovación y Tecnología?

Lo considero un éxito más a nivel personal porque me hace especial ilusión la categoría en la que me la han dado: Innovación y Tecnología, una cosa por la que yo hace tiempo había apostado. A nivel personal y curricular estoy encantada, es un reconocimiento muy agradable por el trabajo de transferir la ciencia aplicada al mercado.

El jurado indicó que representas “una inspiración para las jóvenes investigadoras en un área donde la presencia de la mujer es aún minoritaria”. ¿Cómo te tomas esto? ¿Un halago, una responsabilidad?

“La figura de la mujer directiva, la gran empresaria, nunca se mencionaba e iba junto a una especie de soledad del emprendedor. Las que emprendemos y tenemos deseos de formar una familia no tenemos por qué renunciar a nada”

Las dos cosas. Lo que veo que puede inspirar más a las mujeres es que, cuando presento mis ideas en una charla, cuento que fue un test de embarazo lo que me inspiró a llegar a hacer una aplicación muy práctica que solucionaba un tema ecológico. Ahí las chicas ven que yo he sido madre y dicen “científica, emprendedora, madre… ¿cómo puedes con todo?”. En esto subyace la idea de que hay que escoger entre vida personal o una vida profesional muy plena y competitiva, pero yo no tengo que renunciar a nada.  

Antes, la figura de la mujer directiva, la gran empresaria, nunca se mencionaba e iba junto a una especie de soledad del emprendedor. Ahora los hombres reconocen lo que es ser padres y la diferencia entre vida personal y profesional, hablan de conciliación. Las mujeres que emprendemos y tenemos deseos de formar una familia no tenemos por qué renunciar a nada.

Eres un ejemplo de lucha contra el estereotipo: si una mujer elige emprender y llevar una familia, tiene que ser una superheroína o escoger…

Lo que hace falta es tener un buen equipo detrás: una pareja con la que decides fundar una familia y unos buenos socios para montar una sociedad limitada. Unos buenos socios no solo en su contenido, que sean buenos trabajadores, sino que a nivel personal se entiendan muy bien.

Una startup tiene altos y bajos, decisiones difíciles, y es cuando se ve si hay feeling, si van todos a una o no. Llevar una familia es lo mismo, tener una buena socia como es mi caso, que te apoye y te ayude a crecer. Rodéate de personas que estén para apoyarte en el camino y el mensaje importante: no hay que renunciar a nada.

A día de hoy, ¿te sientes más emprendedora que científica?

Me siento muy emprendedora. Con la crisis económica de 2013-2014 llegó un momento en el que mi puesto de trabajo como científica peligraba porque no se ofrecían plazas públicas y me vuelco completamente en el emprendimiento y transferencia de tecnología de laboratorio.

Aquí descubro que es un mundo apasionante, con mucho entusiasmo e ideas para llegar e impactar en la sociedad. Descubro que hay multitud de métodos útiles que usa el mundo del emprendimiento, como expresar ideas en pocas frases, transmitir con imágenes, convencer a un posible inversor de la necesidad de esa aplicación, calcular costes, hacer planes de desarrollo…

Pero luego continuaste investigando…

“Cuando recibí la beca de dos millones de euros del ERC, vi que todo lo de la fase emprendedora puede aplicarse y enriquecer la investigación”

Después volví a la investigación con la beca de dos millones de euros del European Research Council. Ese dinero era un lujo y vi que todo lo de la fase emprendedora puede aplicarse perfectamente y enriquecer la manera de enfocar los dispositivos de laboratorio.

Ahora he decidido volver [al emprendimiento], he disfrutado durante cinco años de una investigación muy interesante desarrollando dispositivos de diagnóstico, y lo que estoy haciendo es incentivar a gente de mi equipo a impregnarse de ese espíritu de transferencia en sociedad. No solamente ser directora de tesis y de grupo.

La brillante idea que está detrás de todos estos reconocimientos, baterías biodegradables en papel que no requerirán reciclaje, nació durante un test de embarazo. ¿Cómo ocurrió este acontecimiento?

Aquí hay un poco de ‘que la inspiración te pille trabajando’. En 2012 ya llevábamos unos 10 años desarrollando pilas de combustible y baterías de muy pequeño formato para dispositivos portátiles. Lo hacíamos con tecnologías de muy alta duración, muy fiables, usando silicio, vidrio, oro, platino… materiales destinados para hacer baterías nuevas pero de uso convencional, por ejemplo en móviles y portátiles. Estas baterías deben durar muchísimo, tienen que soportar grandes ciclos de carga y descarga.

Publicábamos, era exitoso en el mundo científico, y luego teníamos ese puntillo de preguntarnos: ¿esto va a llegar de alguna manera al mundo real? Dudábamos un poco porque veíamos que las grandes empresas como Samsung o LG diseñaban baterías mucho mejores que las nuestras y cada día lo hacían mejor. ¿Qué teníamos que hacer, seguir publicando y teniendo impacto científico o pasar al mundo real? Es en este entorno de búsqueda y de duda en el que me hago un test de embarazo, lo llevamos al laboratorio, lo abrimos y vemos que está hecho con una pila de botón.

Y eso tiene consecuencias ambientales…

Ahí fue cuando todo nuestro conocimiento científico se aúna y nos damos cuenta de que esto es un problema ecológico. No puede ir una pila de botón en un dispositivo que se va a tirar a la basura. Gracias a ese conocimiento acumulado le pudimos dar la vuelta, y pensamos que lo ideal sería hacer una batería que estuviese con esos materiales, que no fuera tóxica y no contaminante. A partir de ahí salió la línea de baterías de un solo uso, sostenibles. Lo adecuado para dispositivos como estos, que son de muy corta duración y también de un solo uso, no era adaptar el producto a la batería que ya estaba fabricada, porque en el mercado solo hay unos cuantos modelos de pilas y esos son los que son; sino hacerlo al revés, adaptar la batería al producto.

¿Es costoso desarrollar esta tecnología? 

Sí y no. No sirve para todos los productos y aplicaciones, no es una cosa de uso mayoritario porque estamos hablando de una batería que se adapta al producto. Lo hacemos con unos costes finales de fabricación muy económicos, muy benignos y muy poco contaminantes. Lo que sí que hay es un proceso, que sí que es costoso, en el que el cliente tiene que redactar su producto para que nosotros podamos poner la batería en él.

Por ejemplo, en un test de embarazo…

Sí. El fabricante del test de embarazo tiene que quitar esa pila de botón y rediseñar el módulo electrónico completamente para que funcione con esta otra batería. Esos son costes que muchas empresas no han querido asumir. Ya estamos trabajando con sectores y clientes que te preguntan: “¿Esto está ya en el mercado?”. Pues no, porque estamos desarrollando productos que llevan nuestra batería diseñada y ajustada perfectamente para ellos.

Pero a estos clientes  también les llegará el momento de adaptarse a las propias regulaciones ecológicas haciendo componentes cada vez más sostenibles. En cierto modo, el tiempo juega a vuestro favor.

“Hay un cambio del consumidor a nivel social, que está viviendo el cambio climático. Es ahora cuando vuelven las empresas a interesarse por nuestras baterías”

Eso es totalmente cierto. De hecho, hace tres años, cuando nos acercábamos a las empresas, decían que esto de la ecología les importa un bledo hasta que no le obligue la regulación, cosa que todavía no ha pasado porque si hoy cambiase la regulación, mañana me hago millonaria [risas]. La verdad es que la regulación va más lenta y a las empresas esto no les motiva.

Pero, por suerte, hay un cambio del consumidor a nivel social: estamos viendo que los plásticos polucionan los mares, las ciudades están contaminadas, el ciudadano de a pie está viviendo el cambio climático. Es ahora cuando vuelven esos clientes que hace tres años no les interesaba la batería porque ven que su clientela va por delante del marco regulatorio. O sea que sí, es cuestión de tiempo para que esto se convierta en una necesidad en lugar de una obligatoriedad.

¿Cómo estás viviendo estos meses de pandemia? ¿Ha afectado a tu trabajo e investigación?

La pandemia, a nivel de funcionamiento del día a día, evidentemente es un problema porque el no poder acceder al estudio hace que se retrasen los proyectos. Pero como cosa curiosa ha habido una parte positiva, y es que para los reactivos de los test portátiles moleculares que llevamos con la Fundación Gates, las empresas que tenían que proporcionarlos decían antes que “esto es difícil, en un par de años los tendremos” y hacía que nuestro proyecto se retrasase porque la parte de los reactivos no llegaba.

Pero ha llegado la covid, esas empresas dejan lo que estaban haciendo y empiezan a hacer reactivos para el coronavirus. Ahora tenemos reactivos con los que trabajar y con los que avanzar muchísimo para desarrollar nuestros dispositivos. A nivel del desarrollo de los test, ahora contamos con estos productos, y no solo de una empresa sino de tres, que nos envían los reactivos probados. Es curioso pero es un aspecto positivo, quizá el único.

Además de para enfermedades infecciosas, la aplicación más urgente de esta tecnología apunta hacia los test de diagnóstico de la covid-19. ¿Cómo se está desarrollando esta aplicación?

Nosotros inicialmente no íbamos a covid sino a test de enfermedades infecciosas. Se ve en pandemia que lo más rápido, sensible y eficiente es hacer PCR. Claro, la PCR es un sistema para detectar el ARN del virus y esto se hace en el laboratorio. Una de las cosas que hay que hacer para que esto funcione es calentar la muestra del virus para que su ácido nucleico se amplifique y se pueda medir. La PCR lo que hace es eso: multiplicar y replicar ese ARN para que lo podamos detectar.

Eso requiere un calentamiento a unos 60-80 grados. Nosotros hemos visto que podemos usar la batería en papel para hacer ese calentamiento portátil, muy barato y de manera muy sostenible. Esto es lo que ha llamado la atención a la Fundación Bill y Melinda Gates hace medio año, antes de la pandemia, que vieron que esto podía ser muy beneficioso para el desarrollo de test moleculares en el tercer mundo. Nos contrataron para que desarrollásemos esta tecnología de un solo uso para detectar enfermedades como la tuberculosis, la malaria y el sida.

“Hay países europeos en los que después de un proyecto como el mío, su gobierno dice ‘toma, dos millones más, veo que vas muy bien’. En España eso no existe”

Por otro lado, la industria plantea hacer test rápidos, con saliva o sangre, y en un momento podríamos tener un resultado. Esto actualmente no existe, pero hay muchas empresas desarrollando este tipo de conceptos.

El apoyo a su carrera científica ha venido, mayoritariamente, del extranjero. ¿España no ofrecía oportunidades?

España prácticamente no tiene programas a los que poder optar. Hay países europeos en los que después de tener un proyecto como el mío de dos millones de euros, su gobierno dice “toma, dos millones más para cinco años, porque veo que vas muy bien”. En España esto no existe, evidentemente. Hay una infrafinanciación crónica en el mundo de la ciencia, al tiempo que creo que los científicos somos gente muy resiliente, muy motivada. Me recuerda un poco al personal sanitario: siguen ahí, al pie del cañón, salvando vidas, con una vida muy precaria.

Pero no es por falta de talento…

Lamentablemente, no hay casi políticos que hayan sido científicos o quizá, y creo que es incluso más grave, hay una falta importante de creencia en el propio talento del país. Esto me preocupa: una clase política que creyera que España tiene talento lo apoyaría y lo financiaría. Cuando no lo hace, yo diría que no hay un reconocimiento al talento. ¿Somos menos inteligentes que otros europeos o qué?

A mí Europa me da dos millones de euros, confía en mí y tiro para adelante. ¿Por qué no me lo da mi gobierno? Creo que esa es una cuestión filosófica que debería plantearse: somos menos talentosos, nuestro gobierno no confía o solo queremos ser un país de turismo y pandereta. Si este es el plan, que se diga y ya planearemos todos. Parte de la generación con la que yo estudié está trabajando en el extranjero y es un tema crónico. Si hubiera un poco más de confianza en el talento, empresas como la mía crecerían como las setas.

Alguna vez has mencionado que te licenciaste en Física con una “nota mediocre”, pero en tu caso es evidente que el desempeño académico no tiene que ver con el éxito científico, ¿no?

¡Es cierto! Me hace mucha gracia porque yo era muy buena estudiante en Bachillerato, de sobresaliente. Llego a Física por un interés filosófico: me gustaba tanto aprender, era tan curiosa en general, que creía que lo que me iba a solucionar las dudas existenciales y del universo es esa carrera, aunque también me interesaba la biología y todo. La  carrera era muy árida, te soltaban el rollo y luego llegaba el examen y ya está. Allí lo hice regulín, de notable. Y se me dijo cuando acabé la carrera que yo no valía para investigar porque no soy la excelencia, no me da la nota, solo eres notable.

¿Qué pasó entonces?

“Gracias al departamento de electrónica, que es la gente más aplicada y humilde de la facultad, es donde descubro que mi talento es de ingeniería”

Lo que pasa es que soy muy tozuda. Gracias al departamento de electrónica, que son la gente más aplicada y humilde de la facultad (de esos que no estudiaban agujeros negros ni teorías de cuerdas, sino cosas electrónicas), es donde me integro con una beca de prácticas y descubro que quizá lo mío es más ingenieril, que mi talento –si tengo alguno– es de ingeniería. Yo era una ingeniera camuflada de física, y me hace mucha ilusión que esta misma sociedad, la Real Sociedad Española de Física, sea la que me reconozca. Es perfecto, en la parte que me toca, que es ciencia y tecnología, donde yo me siento mejor. El premio es poético y me llena de satisfacción. A largo plazo ha habido un perfect match de mi background inicial y mi carrera.

También puedes ser un buen ejemplo para estudiantes que estén pasando ahora mismo por lo que tú expe

Es curioso porque ahora me defino a mí misma como una inventora. No sé en qué momento de la carrera uno puede sacar a relucir que, a lo mejor, los diagramas de Feynman le costaban más, pero inventar y conectar conocimientos me cuesta menos. También es verdad que Física te da un conocimiento básico de la ciencia, de sentido común, que nunca te abandona.

La manera que tengo yo de plantear los problemas me da una capacidad de abordarlos de una forma más fundamental, que ve qué ciencia hay detrás de los mecanismos. Siempre he agradecido haber elegido esa carrera y escoger luego mi camino. Esto me gusta explicarlo a los estudiantes cuando doy charlas, que apostar por algo no es elegir solo un camino. Hay que ser dúctil, buscar tu talento, tus habilidades y saber comunicarlas.

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César Muñoz-Fontela, virólogo: “Se necesitan varias vacunas contra la covid-19 y las carencias de unas completarán las de otras”

Desde su laboratorio en Alemania, donde estudia virus como el del ébola, el virólogo gallego coordina uno de los grupos de la OMS para desarrollar modelos animales hacia una futura vacuna o terapia contra el SARS-CoV-2. Según Muñoz-Fontela, habrá una vacuna durante el primer semestre del 2021 y la vacunación deberá ser global para ser efectiva.

El investigador César Muñoz-Fontela. / Foto cedida por el científico

César Muñoz-Fontela (Ferrol, 1975) lleva desde el pasado mes de febrero trabajando para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el grupo de Modelos Animales, dentro del equipo Research & Development Blueprint, para avanzar en el desarrollo de vacunas, terapias y fármacos contra la covid-19.

En total, el investigador gallego, que dirige un laboratorio en el Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical en Hamburgo (Alemania), coordina un equipo de más de 200 científicos de todo el mundo que comparten datos y avances para aplicar protocolos y modelos que funcionen sin duplicar esfuerzos. Una revisión de todos los logros realizados hasta ahora se ha publicado recientemente en la revista Nature.

“Lo que pasa con la infección por SARS-CoV-2 es lo que pasa con muchos virus que son nuevos y para los cuales la población humana no tiene anticuerpos”

Pero mucho antes de que estallara la pandemia, Muñoz-Fontela trabajó con la investigadora del CSIC Carmen Rivas sobre los virus que causan cáncer como el herpesvirus. Fueron sus comienzos con la virología y la inmunología. Después pasó por Nueva York para realizar el postdoctorado con el microbiólogo del Hospital Mount Sinai Adolfo García-Sastre y fue en ese momento cuando empezó a trabajar con virus RNA como el de la gripe, intentando entender la relación entre la respuesta inmunitaria y la infección, y cómo los virus usan el sistema inmunitario en su propio beneficio.

Poco a poco se fue introduciendo en el mundo de los virus altamente patogénicos. Al final de su estancia en EE UU empezó a trabajar con proteínas de ébola y cuando tuvo la oportunidad de buscar su propio laboratorio quiso trabajar con el virus real. Así, desde 2011 estudia la respuesta inmunitaria a las fiebres hemorrágicas, concretamente en filovirus, como el ébola.

Además de realizar experimentos de laboratorio en Hamburgo, Muñoz-Fontela los combina con mucho trabajo in situ en África. Es así como se ha visto involucrado en la respuesta a epidemias de diferentes virus hemorrágicos como el ébola en Guinea o la fiebre hemorrágica de Lassa en Nigeria.

¿En qué estado de la investigación están respecto al ébola?

En el laboratorio P4 [de alta seguridad biológica] trabajamos con ratones y estos son resistentes al ébola, es decir el virus replica, pero no causa enfermedad. Esto de por sí ya es interesante. Así que intentamos generar modelos de ratón que fueran susceptibles, pero conservando la capacidad de iniciar una respuesta inmune. Hemos desarrollado diferentes modelos a lo largo del tiempo y casi todos basados en trasplantes y quimeras de trasplantes de médula ósea. Gracias a eso nos centramos en diferentes aspectos de la respuesta inmunitaria, sobre todo la transición entre la respuesta inmunitara innata y la específica (la relación entre células dentríficas y células T).

¿Y qué intentan responder?

Desde el punto de vista inmunológico a la pregunta del millón: por qué este virus es tan sumamente patogénico cuando hay otros virus muy parecidos que no lo son, incluso dentro de la misma familia, como el de Reston, que no es patogénico y es prácticamente el mismo virus.

La inmunología es uno de los temas más controvertidos en el caso de la covid-19. ¿Desde su laboratorio trabajan para intentar resolver este aspecto del nuevo coronavirus?

“No se ha conseguido todavía encontrar un modelo animal de enfermedad severa que replique lo que pasa en los pacientes que tienen esta enfermedad respiratoria aguda”

Indirectamente, sí. Una persona del laboratorio está trabajando en modelos animales para poder estudiarlo desarrollando concretamente un modelo de ratón nuevo. Lo que pasa con la infección por SARS-CoV-2 es lo que pasa con muchos virus que son nuevos y para los cuales la población humana no tiene anticuerpos. Hay gente que por alguna razón controla bien la infección y en otras personas la respuesta inmunitaria es tan excesiva que se produce una inflamación descontrolada que termina produciendo la mayoría de los síntomas de la gravedad. Hay un desregulación completa de las células adaptativas y una activación masiva de las células T. Es muy parecido a otros virus emergentes que causan una situación similar.

Coordina desde febrero el equipo de la OMS que está desarrollando modelos animales en busca de un tratamiento y una vacuna contra la covid. ¿Con qué idea surgió el grupo?

El objetivo principal fue desarrollar modelos animales que pudieran acelerar la fase preclínica de terapias y de las candidatas a vacunas que existían en ese momento y las que se han ido generando durante el proceso. Es una plataforma donde muchos científicos con mucha experiencia exponen los resultados en conjunto.

En el trabajo, publicado en Nature, han presentado muchos avances en esta línea sobre los modelos animales desde el inicio de la pandemia. ¿Por ahora qué modelos presentan mejores resultados?

Todos los modelos con los que se trabaja tienen un poco sus pros y sus contras. Los que más se están utilizando son primates no humanos (sobre todo macacos Rhesus y otros simios), hurones, hámster –que se está usando cada vez más– y diferentes modelo de ratón. Esto es lo que se está utilizando más para terapias y vacunas. Una cosa en común que tienen todos ellos es que no se ha conseguido todavía encontrar un modelo de enfermedad severa que replique lo que pasa en los pacientes que tienen esta enfermedad respiratoria aguda que caracteriza la covid. En esta primera fase, desde febrero hasta ahora, se ha visto que en todos estos modelos el virus puede replicar en lugares parecidos a los humanos. Los hamsters y hurones, además, pueden transmitir el virus y reproducen la enfermedad humana moderada o no muy grave. En la siguiente fase se tratará de encontrar un modelo para estudiar los factores que hacen que en algunas personas haya una transición a la forma más grave de esa enfermedad respiratoria aguda.

Y en ese sentido, ¿qué van a observar?

Algunos investigadores están tratando de ver si hay un efecto demográfico, qué pasa con los animales si son un poco más viejos, si son diabéticos, o tienen problemas cardiovasculares… Esto se está intentando hacer en esta segunda fase.

“Sin modelos animales no se pueden hacer vacunas. A mí no se me ocurre otra forma de hacerlo”

Cualquier investigación hacia una posible vacuna tiene que pasar por este paso previo, que son los ensayos con animales. ¿Qué importancia tienen a la hora de dar con un tratamiento o vacuna eficaz?

Es un paso muy importante. Como mínimo una vacuna necesitará mostrar generalmente en diferentes modelos de roedores que la vacuna no tiene toxicidad per se, que es inmunogénica y que causa una respuesta inmune generando anticuerpos neutralizantes a niveles comparables a diferentes modelos. Cuando se tiene una vacuna caracterizada sin toxicidad y con buena inmunidad, el siguiente paso es encontrar un modelo al que se inyecta la vacuna y se infecta experimentalmente. Ahí se comprueba si la vacuna protege. En general estos estudios preclínicos se usan modelos letales en los que se puede ver que tu vacuna impide que los animales mueran por el patógeno. En el caso de la covid es un poco más complicado porque la infección es moderada en animales. Pero se puede ver que en primates no humanos las placas torácicas muestran una resolución de la neumonía. Cada vez hay más herramientas para mirar diferentes aspectos. Con todo esto se genera un dossier que luego se lleva a la agencia reguladora y que permita ir a Fase 1 o no.

Sin embargo, es un proceso a veces olvidado incluso por los medios de comunicación…

Estoy de acuerdo… Igual no está tanto en los medios porque es un tema supongo que conflictivo que no interesa demasiado mencionar. Pero sin modelos animales no se pueden hacer vacunas. A mí no se me ocurre otra forma de hacerlo.

¿De qué manera se acortarían los tiempos para conseguir una vacuna si ahora mismo se consiguiera un modelo animal que reaccionara bien a ella?

Más que acortar tiempos, si hubiera un modelo animal que por ejemplo reprodujese la enfermedad severa respiratoria se podría cribar algunos de las casi 200 candidatas a vacunas –25 de ellas en ensayos clínicos– y ver cuáles tienen más eficacia, es decir cuál rescata más al animal de esa enfermedad. Si tuviéramos ese modelo animal habría vacunas que pudieran mostrar diferencias de cómo de efectivas son en esa situación. No creo que sirviera para acortar tiempos porque creo que ya va a una velocidad sin precedentes, pero permitiría hacer una mejor comparativa entre las diferentes candidatas.

“La vacuna no solo tiene que ser efectiva, tiene que ser perfecta para poder distribuirse a países que no tienen posibilidad de tener una buena conservación de la cadena de frío”

Teniendo en cuenta que los animales reaccionan de diferente manera a cada una de las vacunas, se espera que las personas también lo hagan. No habrá una vacuna universal que sea efectiva en todo, ¿verdad?

Es una pregunta interesante porque realmente aunque hubiera mañana una vacuna que fuera tremendamente efectiva se van a necesitar billones de dosis. Luego, no solo tiene que ser efectiva, tiene que ser perfecta para poder distribuirse a países que no tienen posibilidad de tener una buena conservación de la cadena de frío. Tiene que poder producirse en un sistema muy rápido. Por ejemplo, una vacuna que se produzca en huevos como la de la gripe o la fiebre amarilla es prácticamente imposible que se consigan hacer billones de dosis así. Yo pienso que se van a tener que necesitar varias vacunas y las carencias de unas complementarán las de otras.

¿Qué ocurre en el caso de las terapias? ¿Qué avances se han producido con modelos animales?

Si se busca un antiviral cuya diana sea la polimerasa del virus solo hace falta un modelo aunque el virus replique. Por ejemplo, en muchos ratones la infección produce encefalitis, que no es algo que se ve en humanos. Esto da un poco igual porque si se consigue reducir la encefalitis en ratones es porque se tiene un efecto sobre la replicación viral. En este caso, un antiviral se puede usar en cualquiera de los modelos que hay. Pero si se está buscando un tratamiento para generar anticuerpos contra el virus hay que hilar más fino. Aquí hay que ver cuál es la relación de esos anticuerpos con la respuesta inmunitaria y para ello se necesita un modelo que tenga reactivos para verlo.

“En general creo que con las terapias los modelos animales ofrecen muchas más posibilidades que con las vacunas”

Este ha sido uno de los objetivos de la revisión publicada en Nature, que los equipos que están desarrollando terapias y vacunas puedan ver en función de su producto cuál es el modelo animal que pueden usar o que puede ser más interesante para ellos. Pero en general creo que con las terapias hay muchas más posibilidades que con las vacunas.

¿Se muestra optimista al respecto?

Sí lo soy porque sí creo que va a haber una o varias vacunas en la primera mitad del año que viene. Lo que me preocupa un poco más es cómo esas vacunas se van a administrar a la población mundial y qué tipos de acuerdos va a haber, bilaterales entre países y compañías, o entre organizaciones supranacionales como la OMS, la alianza GAVI para vacunas e inmunización o la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI). No estoy tan preocupado por la parte científica porque creo que sí se va a conseguir, sino por la parte política que viene después. Habría que hacer un esfuerzo para convencer a la clase política de que vacunar a la gente de sus propios países puede que no sea tan efectivo como contribuir a la vacunación global. Al final eso es lo que va a conseguir que no haya transmisión. Si tu país está seguro pero no puede interactuar con los otros países o recibir viajeros al final vas a tener el mismo problema todo el rato.

¿Cómo se logra tener una vacuna en tiempo récord sin dejar de atender la investigación sobre enfermedades, como el ébola, más mortíferas que la covid?

Es complicado. Nosotros tenemos una epidemia de ébola en Congo ahora mismo. No está en las noticias, pero allí está. Para los investigadores que trabajamos en enfermedades infecciosas en general es más fácil ayudar en lo que podamos en tema de la pandemia de covid –todos los virólogos del mundo están haciendo algo relacionado con eso– y seguir en parte con la investigación básica. Yo ahora solo lo puedo hacer a nivel de laboratorio porque no puedo viajar a África. No puedo contribuir a frenar la epidemia que hay en Congo. Pero me preocupa más la parte de la ciencia que no está tan enfocada en las enfermedades infecciosas porque no sé cómo va a sufrir por el tema de que el dinero se centre en la covid y no tanto en otras áreas también importantes.

Al final, en plena pandemia, se lidia con varias enfermedades y varios problemas a la vez, y la gente sigue muriendo por otras causas que no son covid…

Sí, eso es un punto muy importante que la gente no entiende. Si en España las UCI están copadas con pacientes de covid evidentemente hay otras personas con enfermedades crónicas u otras que necesitan quirófano que van a sufrirlo. Te puedes imaginar lo que pasa en países de África o Sudamérica que no tienen los medios que tiene España. En estos países mucha gente se va a morir de malaria, de sarampión y de otras enfermedades que son tratables en otra situación. Esto lo vivimos nosotros en Guinea cuando estuvimos allí por la epidemia de ébola. La mortalidad por sarampión o malaria aumentó mucho debido a esto. Es un problema importante.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Fernando Abilleira, director de Diseño de Misión y Navegación de Mars 2020: “Las misiones a Marte no solo representan a la NASA o a EE UU, sino a toda la humanidad”

El próximo 18 de febrero el vehículo Perseverance aterrizará en el planeta rojo con el objetivo de buscar trazas de vida microbiana. Por primera vez se guardarán las muestras más interesantes para intentar traerlas a nuestro planeta no antes de 2031, un nuevo paso antes del gran reto de enviar un terrícola a Marte, el sueño de este ingeniero español del Jet Propulsion Laboratory.
 

Muchas de las actividades de Mars 2020 se han hecho en remoto por la pandemia, aunque siempre se contaba con un personal mínimo en control de misión. / Foto cedida por el entrevistado

Cuando era un niño, los padres de Fernando Abilleira (Madrid, 1977) le llevaron al Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Robledo de Chavela (Madrid), la única instalación de la NASA en España. Tras aquella visita, no ha dejado de soñar y trabajar para la exploración espacial. Se graduó en el Colegio San Antonio María Claret de Madrid en 1995 y en 2001 recibió el título de ingeniero aeroespacial en el Parks College de la Universidad de San Luis, en Misuri (EE UU).

A principios de 2004 comenzó a trabajar en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena (California, EE UU) como analista de trayectoria e ingeniero de Diseño de Misión para la Oficina del Programa de Exploración Espacial de Marte. Su carrera ha estado siempre ligada al planeta rojo: ha dado soporte técnico a misiones como Mars Science Orbiter, Mars Sample Return; ha formado parte del proyecto Mars Science Laboratory, que logró aterrizar el rover Curiosity en agosto de 2012; y ha sido director de Diseño de Misión y Navegación de InSight, que alcanzó Marte en noviembre de 2018.

Abilleira es actualmente el director de Diseño de Misión y Navegación y el subdirector de Operaciones de Vuelo de Mars 2020, que despegó el pasado 30 de julio. Esta misión tiene como objetivo aterrizar el rover Perseverance en Marte para estudiar entornos y restos de vida microbiana, ensayar tecnologías de generación de oxígeno y almacenar muestras del planeta con la idea de poderlas enviar a la Tierra en el futuro.

¿Por qué hay interés en visitar Marte de nuevo? ¿Qué aporta Mars 2020 respecto a InSight o Curiosity?

Gracias a los datos recogidos por las misiones que llevan explorando el planeta rojo desde los años 60 sabemos que, hace unos 3.000 millones de años, Marte era un planeta similar a la Tierra. El agua fluía en su superficie. Existían ríos, lagos e incluso océanos. Hoy sabemos que allí se dieron las condiciones necesarias para la vida, aunque no tenemos ninguna evidencia hasta ahora de que se desarrollara. Perseverance buscará indicios de vida microbiana pasada en ese planeta y será la primera misión que almacene las muestras más relevantes para su posible retorno en otra misión más adelante.

Aparte de esto, varios de sus instrumentos tendrán un impacto muy significativo en la preparación de las próximas misiones tripuladas: MOXIE generará oxígeno a partir del dióxido de carbono obtenido de la atmosfera marciana, el sistema de navegación relativa al terreno será una tecnología fundamental para reducir el riesgo en el aterrizaje, y siete cámaras tomaran imágenes durante el descenso del rover, lo que será también de gran interés.

¿Cuáles son esas condiciones para la vida y de qué manera las cumple Marte?

Sabemos que en la Tierra, donde existe agua y una fuente de energía como el Sol, existe la vida. Los rovers Spirit y Opportunity encontraron minerales como la hematita que solo existen en presencia de agua. Curiosity encontró una variedad de moléculas orgánicas –lo que conocemos como los bloques fundamentales de la vida– en rocas que tienen más de 3.000 millones de años. Esto no indica necesariamente que hubiera vida en un pasado lejano, pero como mínimo sí que señala que había moléculas necesarias para vida microbiótica.

“Sabemos que hace 3.000 millones de años Marte era similar a la Tierra, con ríos, lagos y océanos”

¿Por qué es importante almacenar algunas de las muestras que tome Perseverance?

Para poder confirmar vida más allá de la Tierra se necesitan pruebas irrefutables, por lo que las muestras más relevantes se almacenan para su posible regreso a la Tierra en una misión futura. En laboratorios terrestres de vanguardia se podrá hacer su evaluación de forma más detallada.

¿Cómo se guardarán estas muestras y cuánto tiempo pueden estar disponibles?

El sistema de almacenamiento de muestras es muy complejo ya que cuenta con múltiples funciones para recoger, procesar y sellar las muestras de forma hermética. Estas deben sobrevivir el suficiente tiempo para que una misión las pueda recoger y traer de vuelta a la Tierra. Los primeros estudios preliminares apuntan a una misión que recogería estas muestras no antes del 2026, y su retorno a la Tierra no sería antes del 2031.

Aunque este retorno de muestras de Marte a la Tierra es un planteamiento teórico, ¿hay capacidad tecnológica para hacerlo?

El programa que traería las muestras de vuelta, tal y como está estructurado en la actualidad, es una coalición entre NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) que necesitaría en realidad de varias misiones: una que colocaría un orbitador en órbita marciana y otra que mandaría un aterrizador con un pequeño rover para recoger las muestras. El ‘aterrizador’ contaría con un pequeño cohete que se utilizaría para mandar las muestras al orbitador, que recogería esas muestras y las traería de vuelta a la Tierra.

Ambas agencias están trabajando en desarrollar la tecnología necesaria para poder llevar a cabo este proyecto. Si tenemos éxito, además de traer muestras de la superficie de Marte a la Tierra por primera vez, lograríamos varias primicias en la historia de la exploración espacial como lanzar un cohete desde la superficie de otro planeta o el acoplamiento de dos vehículos en la órbita de otro planeta.

La zona de aterrizaje de Perseverance en Marte es el cráter Jezero. ¿Por qué se ha elegido este lugar? ¿Cómo se realizará la maniobra?

En el proceso de selección del lugar de aterrizaje colaboraron miembros de Mars 2020 y científicos de todo el mundo, que examinaron más de 60 candidatos. Este proceso llevó más de cinco años. El cráter Jezero fue elegido a finales del 2018 por sus características únicas para la investigación que hará Perseverance.

El sistema de aterrizaje de este rover está basado en el de Curiosity pero lleva una tecnología innovadora conocida como Navegación Relativa al Terreno (TRN) que hará posible el aterrizaje con seguridad. Este nuevo sistema le permitirá ajustar de forma autónoma el lugar de aterrizaje evitando posibles áreas peligrosas como acantilados, campos de rocas o dunas.

¿Qué es Ingenuity y por qué es importante en esta misión?

“Los estudios preliminares para traer muestras de Marte a la Tierra apuntan a una misión que las recogería no antes de 2026 y su retorno a nuestro planeta no sería antes del 2031”

Ingenuity es un pequeño helicóptero autónomo de tan solo 1,8 kg diseñado para demostrar que el vuelo contralado con motor en Marte es posible. Es una prueba experimental, no lleva ningún instrumento aunque cuenta con un altímetro láser y dos cámaras.

Este helicóptero podrá volar hasta una altura de cinco metros y a una distancia de 50 metros desde el punto de despegue. Un vuelo con éxito se considerará un tremendo logro y cada vuelo adicional será un bonus para los objetivos de esta misión.

¿Se plantea el uso de este tipo de tecnologías de vuelo en futuras misiones?

Actualmente, los orbitadores alrededor de Marte nos ofrecen una perspectiva global y aérea mientras que los rovers y ‘aterrizadores’ proporcionan información desde la superficie. Un helicóptero agregaría una tercera perspectiva que solo se puede obtener desde el aire. Además, futuros helicópteros podrían explorar cuevas, montañas, cráteres e incluso dunas que son actualmente inalcanzables.

La misión Dragonfly de la NASA, planeada para ser lanzada hacia Titán –una de las lunas de Saturno– en 2026, también volará en la atmosfera de otro planeta. Dragonfly llevará un vehículo de casi 450 kg.

Más de la mitad de las misiones a Marte han fracasado. ¿Qué podría ocurrir en esta?

Explorar otros mundos es muy complicado y los errores no se perdonan. Cualquier pequeña equivocación puede llevar al traste años de trabajo. Los problemas que se encuentren en el vehículo una vez que deja la Tierra pueden ser muy difíciles de resolver. Además, las grandes distancias hacen que las comunicaciones con la Tierra se ralenticen, por lo que los vehículos tienen que tener un alto grado autonomía.

Abilleira, desde la sala de control de misión del Jet Propulsion Lab de NASA. / Foto cedida por el entrevistado

¿Cómo se ha enfrentado su equipo a la actual pandemia?

Las nuevas tecnologías han hecho posible que el trabajo de forma remota sea muy eficiente. Desde el primer momento, la NASA puso la salud del personal como la máxima prioridad. El uso de las videoconferencias de forma diaria ha sido clave.

La forma de trabajar en Mars 2020 Perseverance es muy distinta a como fue en pasados proyectos debido a la pandemia. Muchas actividades que hacíamos en persona las estamos realizando de forma remota aunque siempre contamos con un personal mínimo en la sala de control de la misión. En algunas actividades críticas otros miembros también dan soporte in situ, manteniendo siempre las pautas establecidas de seguridad.

¿En qué consiste su trabajo como director de Diseño de Misión y Navegación?

El equipo de Diseño de Misión y Navegación es el encargado de diseñar las ventanas de lanzamiento, las trayectorias interplanetarias y de descenso a la llegada a Marte, las maniobras durante la fase de crucero, la navegación para entrar en el punto atmosférico optimo y la planificación de las actividades que se tendrán que ejecutar en el vehículo desde el lanzamiento hasta su aterrizaje.

“La forma de trabajar en Mars 2020 es muy distinta por la pandemia. Muchas actividades las realizamos de forma remota aunque siempre contamos con un personal mínimo en control de misión”

Tanto en InSight como Mars 2020 ha sido subdirector de Operaciones de Vuelo. ¿Cómo se toma esta responsabilidad?

Perseverance será mi tercer aterrizaje en Marte después de Curiosity (2012) e InSight (2018). Cada experiencia ha sido única y difícil de describir porque las circunstancias eran distintas, pero la emoción y alegría cuando recibimos confirmación del aterrizaje con éxito en el planeta rojo fue increíble. Estas misiones no solo representan a la NASA o a EEUU, sino a toda la humanidad.

Su sueño es formar parte del equipo que envíe astronautas al planeta rojo. ¿Estamos cerca de ese objetivo?

Hace un par de años, el presidente de Estados Unidos dio la directiva a NASA para mandar la primera mujer y el siguiente hombre a la Luna en 2024, e incrementó el presupuesto de la agencia para poder empezar el programa Artemisa, que nos permitirá a la humanidad volver a la Luna. Esta vez, el objetivo no es solo ir, sino quedarnos. Es la primera vez desde el programa Apolo de los años 60 y 70 que NASA tiene fondos en su presupuesto para volver a la Luna.

El programa Artemisa es un paso fundamental para una misión tripulada a Marte. Hoy estamos más cerca de esta meta que hace 10 años.

Su tesis fin de carrera y su perseverancia le ayudaron a entrar en la NASA. ¿Algún consejo para alguien que quiera trabajar en una agencia espacial?

“Estamos más cerca de una misión tripulada a Marte que hace diez años”

Tuve la gran fortuna de recibir unas becas por méritos académicos para venir a estudiar a EE UU. De niño siempre soñaba con el espacio. Recuerdo que algunas personas me decían que enfocarme a la exploración del universo era una utopía y que si me dedicaba a la ingeniería era muy posible que acabara trabajando en algo que tuviera poco que ver con el espacio. La pasión, la ilusión, el esfuerzo y la dedicación son claves para poder alcanzar los sueños.

¿Cuál es el siguiente desafío al que le gustaría enfrentarse cuando finalice esta misión?

Después de que aterrice Perseverance, me gustaría concentrarme en la campaña para traer las muestras que recoja el rover hasta la Tierra algún día en el futuro. Más a largo plazo, colaborar en mandar la primera misión tripulada al planeta rojo.

Fuente: Agencia SINC
Derechos: Creative Commons

Entrevista a Héctor Loyaga, autor de la obra “Análisis comparativo de la política pública en la Universidad Ecuatoriana 2004-2017”

Por Erick Jara

Si los estudiantes se acercan a conocer la historia, las tendencias políticas, la gestión de esas políticas, y la manera como se aplican y evalúan, estaríamos hablando de una evolución crítica auténtica y de mejora de la calidad educativa” (Dr. Héctor Loyaga).

Dr. Héctor Loyaga

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina publicó el libro “Análisis comparativo de la política pública en la Universidad Ecuatoriana 2004-2017” del Dr. Héctor Loyaga. Un estudio que analiza en dos periodos diferentes (2004-2007 y 2008-2017) la realidad cultural, económica, social, política y educativa del Ecuador desde una visión crítica. Con el objeto de ofrecer a nuestros lectores los interesantes asuntos tratados en este libro, que recomendamos su lectura, hemos contactado con el autor, que es Licenciado y Magister en Ciencias Filosófico Teológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; Doctor en Educación y Tecnologías por la Universidad de Extremadura (España) y actualmente docente en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

¿Cuál es el principal eje que se aborda en este libro?

Es un intento por construir un país en democracia, a partir del reconocimiento del Estado de Derecho Constitucional y la inclusión de la diversidad cultural existente. Una búsqueda por la mejora constante en la calidad educativa, en sus distintos niveles y ámbitos sociales. Este libro implica una lectura crítica de esos dos nudos, que aborda una lectura comparativa y conclusiva en el período 2004-2017, marcado por políticas sociales y económicas, con enfoques y tendencias diversas, por la toma de decisiones de los gobiernos de turno.

¿Cómo ha sido la evolución la educación universitaria en ese periodo?

Esa evolución se presenta en dos períodos muy típicos impulsados por las Políticas de los gobiernos y sus tendencias ideológicas. Entre 1998-2006, se observó de manera clara, la orientación política e ideológica que se expresaba en las políticas educativas, un aumento de las instituciones privadas, la valoración social que se hace a la educación privada frente a la educación pública; la legislación de la Educación Superior está marcada por un ideal “neoliberal-capitalista de mercado”, lo cual en el Ecuador, desde la dolarización ha sido de alguna manera positivo. Con la Constitución y sus políticas, la LOES 2000, sentaron las bases de un nuevo horizonte de lo que se plasmaría en la Constitución del 2008 y la LOES 2010. Sin embargo todo se quedó en su gran mayoría en el papel, los organismos de Educación Superior, legislaron para la educación privada, por eso es que la educación pública quedó en manos de grupos políticos que se encargaron del desprestigio de la Universidad ecuatoriana (mi opinión). Todo esto se analiza como un precedente de lo que vendría con las propuestas de la Constituyente del 2007. Y lo que se diseñaría en la LOES 2010.

Durante el período 2007-2017, a partir de la Constituyente, se recogen orientaciones que se deben aplicar en las Políticas Públicas, una de ellas es la Educación. El Mandato 14 da inicio a esa depuración de las IES en el Ecuador, proceso que termina con sendos informes por parte del CONEA y CONESUP. Y a partir de allí se diseñan aquellas políticas educativas que recuperan la Educación Pública en el país. La Constitución 2008, en sus artículos 343-357, proclama las diferentes Políticas que tienen que ver con el Sistema de Educación Superior en el Ecuador. Con un enfoque social, de derechos, recuperación del papel del estado de derecho, la recuperación de la Institucionalidad del país, la recuperación de la educación Pública, gratuita hasta el tercer Nivel, y de calidad; todo esto marcó la legislación educativa, expresada en la LOES 2010 y sus Reglamentos, el Reglamento de Régimen Académico, Reglamento a la LOES, diversos Reglamentos que regulan la gestión e implementación de las actividades educativas de las IES en el Ecuador. Finalmente, se ha visto que en ese período se ha producido mucha legislación, se ha regulado mejor a las IES y se ha revolucionado la educación Pública de calidad y gratuita, lo que estamos viendo actualmente que está en retroceso, nos queda por seguir luchando para recuperar nuestra educación gratuita y de calidad, sin olvidar la inclusión y equidad en los grupos vulnerables del país.

¿Qué aportes brinda el libro para la construcción de una universidad coherente en siglo XXI?

Un análisis teóricos, epistemológicos y comparativos de la realidad Educativa en el Ecuador, que pretende reflejar la realidad social, política, económica, cultural y educativa del Ecuador en estos períodos. Se plantean algunos antecedentes de abordaje teórico y epistemológico, alrededor del contexto nacional y latinoamericano; un análisis de las incidencias y aplicaciones de las políticas públicas de educación que hicieron realidad los mandatos de las Constituciones 1998 y 2008, como también las LOES 2000 y 2010. La Constitución de 1998 como una orientación teórica más que práctica, en relación a la aplicación de esas políticas públicas de educación; sin embargo se marcó un horizonte con la LOES 2000, designando organismos directores, reguladores y evaluadores de la educación superior.

La Constitución del 2008, con un marcado horizonte social y de recuperación de derechos, se constituyó en el marco legislativo clave para el diseño de las nuevas políticas, orientadas a la construcción del “Buen Vivir”. Se analiza la situación, regulación y gestión de la educación superior en el Ecuador, a través del análisis de cada uno de los organismos que gestionan y regulan el Sistema de las IES (Instituciones de Educación Superior). Se hace un análisis concienzudo sobre la carrera y escalafón del docente-investigador, sus incidencias y aportes al mejoramiento y su gestión. Se reflexiona sobre algunos indicadores de calidad de las instituciones de educación superior del país (calidad, gratuidad, docencia, investigación, formación, etc.). La propuesta de un diseño metodológico hermenéutico-crítico, aplicado a la educación y sobre todo a las buenas prácticas educativas. La elección de Instituciones tanto públicas como privadas para el objeto de estudio, teniendo como muestras a estudiantes, docentes, autoridades académicas y organismos de Educación Superior. El análisis comparativo de estas muestras, en los dos períodos y con diversos ítems de investigación. La discusión y conclusiones de los resultados de las encuestas y entrevistas a las poblaciones mencionadas, con aportes muy significativos extraídos de las respuestas del estudio de campo. Y finalmente, el haber realizado un análisis bibliográfico bastante amplio, lo cual ayudó a poder leer y releer la situación, evolución y aplicación de dichas políticas educativas.

¿Es importante que los estudiantes universitarios conozcan las políticas públicas de educación superior?

Por su puesto, este estudio presenta las políticas más significativas de la educación superior. Sin embargo existen muchas otras más que se dejaron de lado. Serán objeto de estudio en el siguiente libro. Si los estudiantes se acercan a conocer la historia, las tendencias políticas, la gestión de esas políticas, y la manera como se aplican y evalúan, estaríamos hablando de una evolución crítica auténtica y de mejora de la calidad educativa. Porque quien conoce su historia no está condenado a repetirla, sino a mejorarla. Creo que no solo deben conocerlas, sino que conociéndolas puedan exigirlas como derechos contemplados en la Carta Magna y como mandato Constitucional.

¿Cómo influyen las políticas públicas en la práctica docente?

Una de las políticas que estuvieron en principio propuestas (se analizan el siguiente libro) fue la de la asunción de Nuevas TICs en la Educación superior del Ecuador, que actualmente es clave para el desarrollo docente y la gestión de mejores y significativos aprendizajes en la perspectiva de la “innovación educativa”. Las Políticas Públicas influyen de manera directa e indirecta: De manera directa, tiene que ver con la política de escalafón del docente Investigador, esa política no ha evolucionado, al contrario ha retrocedido, en el gobierno anterior se trabajó mucho en este sentido, aunque los docentes estaban agobiados por tanta formación, evaluación e investigación, pero fue una etapa positiva; se mejoraron los salarios, mejores incentivos en la formación docente, en sus méritos, etc. Indirectamente, si el docente no conoce, las políticas educativas, plasmadas en la Constitución, en la LOES, sus Reglamentos, Estatutos y regulaciones constantes, realizadas por los organismos rectores de control, evaluación y  legislación, entonces, será muy difícil, aportar de manera integral, crítica y eficiente al proceso de mejora de la calidad educativa del País.

¿Cuál es la importancia de entender el impacto de la Constitución del 2008 en la reforma educativa ecuatoriana?

La relevancia de la Constitución 2008 consiste en que es garantista de los derechos ciudadanos y el intento de devolver a las Instituciones Públicas su credibilidad, calidad y profesionalidad. Además, la Constitución del 2008, otorga derechos a la naturaleza, dentro de la construcción del Buen Vivir.  El reconocimiento de un país, pluricultural, diverso y soberano. En lo referente a la Educación en sus artículos 343-357, se establecen todas las Políticas de Educación Superior, mismas que se diseñan e implementan en un marco legislativo abundante y una gestión eficiente por parte de los organismos rectores de la Educación Superior. La categorización de las IES en el Ecuador es un gran resultado de los mandatos de la Constitución 2008. La accesibilidad de sectores de estudiantes tradicionalmente relegados, a la educación superior gratuita y garantizada por el Estado.

¿Por qué fue necesaria la “recuperación de la dimensión pública de la Educación Superior?

Recordemos que hasta el 2007, la educación superior estaba en manos de la empresa privada, con un enfoque neoliberal capitalista; por lo tanto, se había devaluado en su gestión y calidad a la educación pública, en otras palabras se había “elitizado” la educación superior, las instituciones de prestigio eran privadas, mientras que la educación pública estaba muy venida a menos, politizada, sin rumbo. En esta situación, la Asamblea Constituyente, decretó el Mandato 14, para dar inicio a un proceso de “depuración”, por medio de la evaluación que realizó el CONEA, con el fin de conocer la realidad de la universidad pública ecuatoriana. A partir de este mandato, se hizo posible con los informes realizados por el CONEA y CONESUP, tomar decisiones para mejorar y reorientar el sistema de educación superior y las IES. Por otro lado, la demanda de estudiantes en todo el país, por una educación gratuita y de calidad era urgente, sobre todo de los sectores más olvidados de la sociedad. De allí que tuvieron mucho sentido las políticas de becas, de cuotas, de ayudas económicas, por parte del estado, para el acceso a jóvenes que anteriormente no podían acceder a una educación pública y de calidad. La formación de los docentes es otra de las políticas que corroboraron para este cometido. Fue necesario recuperar la educación pública para atender a la demanda de los diferentes sectores del país en la educación superior, fue necesario la recuperación de lo público, su credibilidad y calidad educativa.

¿Cómo han resultado las políticas para acceder a la docencia universitaria en la actualidad?

De alguna manera las Políticas diseñadas e implementadas por el gobierno de Alianza País, fueron revolucionarias desde todo punto de vista, el afán por mejorar la accesibilidad, la calidad, devolviendo la credibilidad y eficiencia de la educación pública, fue el desafío de formar docentes, a través de posgrados, especializaciones; se demandó la formación de investigadores con Ph.D, se hizo grandes inversiones en este cometido, para poder acoger en la docencia universitaria pública, profesores bien formados, capaces de llevar adelante un proceso de calidad y de credibilidad en el sistema de educación superior público.  El acceso a la docencia universitaria ha sido bien trabajado en el Reglamento de Carrera Docente y Escalafón, también en la LOES y otros Reglamentos.

Desde la gestión de políticas públicas de educación hasta su implementación, ¿ha sido favorecedor para docentes, directivos y estudiantes?

Pienso que sí, el conocimiento, el diseño, la implementación y evaluación de las Políticas Públicas de Educación Superior, ha sido el secreto y el camino para evolucionar en educación pública de calidad y gratuidad. Esto favoreció a los docentes, aunque se exigió más en su formación continua y permanente, pero eso era el camino para hacer de estas políticas, Políticas de Estado, que nadie las condicione como estamos viendo y experimentando hoy a todo nivel; docentes que están siendo despedidos, directivos que están atados de pies y manos, porque el gobierno recorta presupuestos, y estamos volviendo al período anterior donde el Ministro de economía del gobierno de turno tenía la última palabra en la gestión económica de las IES. Me atrevo a señalar que las políticas de  educación superior favorecieron para la gestión y mejoramiento de la calidad educativa en sus tres niveles. Los estudiantes estaban muy comprometidos con sus carreras, sus investigaciones y profesionalización. Los docentes, por supuesto, salimos favorecidos en todo sentido, los directivos también, porque se capacitaron mejor en talento humano para ofrecer con mayor calidad y calidez un servicio a sus clientes (docentes y estudiantes).

Al estudiar la realidad de educación superior en Ecuador a través de las opiniones y criterios de los actores educativos sobre lo que existía y ha cambiado ¿Qué evidencias le han causado mayor reflexión como docente investigador?

Las evidencias que me han desafiado a seguir reflexionando sobre la educación superior son: el presupuesto contemplado en la Constitución y la LOES para las universidades públicas, se dice, son intocables, sin embargo, por encima de este mandato se ha recortado presupuestos, se han liquidado a docentes, aunque durante estos tres años, no ha habido en las IES públicas concursos de méritos y oposición. El reglamento de Escalafón y Carrera Docente lo contempla, tampoco se ha cumplido esto. La accesibilidad de los estudiantes de menos recursos ha disminuido enormemente, el presupuesto de educación suprior que en el anterior gobierno hasta el 2015, era del 6% anual de acuerdo al PIB si no me equivoco, actualmente estamos por debajo del 2% de inversión de acuerdo a nuestro PIB. En fin, hay temas que nos desafían a seguir analizando, mejorando y demandando de los gobiernos que cumplan con la legislación, con la constitución 2008.

El estudio visualiza algunas líneas de investigación que usted recomienda desarrollar en estudios posteriores ¿qué resultados se espera obtener con esta acción investigativa?

Muy bien, los resultados que espero, me atrevo a decir que son una formación profesional y continua que los docentes dará continuidad a estas políticas; las exigencias de los exámenes de ingreso a la Universidad como un discernimiento para sus futuras carreras, aunque no acabo de conciliarme con el diseño de esas pruebas, que sin muy globales y de poca incidencia nacional; que los docentes y estudiantes, directivos revisen un poco la historia de la educación, en sus contextos y realidades, y a partir de allí evolucionen en sus paradigmas educativos y formas de aprendizaje; hacer conciencia en los estudiantes y docentes sobre la importancia de las políticas públicas, para promover un proceso de calidad y mejora en las IES del Ecuador; que después de leer este sencillo texto, me hagan una retroalimentación crítica, para mejorar y corregir algunas cosas que no sean precisas, les agradeceré. Espero que otros docentes continúen investigando estas políticas, su diseño, implementación evaluación y mejora de las mismas.

¿En la universidad ecuatoriana se fomenta el espíritu crítico y la formación en valores?

El sistema es mucho más perspicaz, las mentes de los docentes, de los estudiantes, pero sobre todo de las autoridades, aún están respondiendo a paradigmas neoliberales, reproductores de una educación tradicional (bancaria), nada crítica, nada revolucionaria y poco práctica. Por su puesto que para esto, es necesario trabajar juntos con nuevos paradigmas educativos, donde los estudiantes sean los sujetos de los aprendizajes con la guía y orientación de los docentes, con el estímulo y acompañamiento de las autoridades académicas. En cuanto a los Valores Éticos sobre todo, necesitaríamos formar a los docentes en una Ética Laica Docente bien cimentada en esos valores humanistas y prácticos, aplicados en el día a día de los aprendizajes y tareas académicas. Que leamos, y releamos nuestra historia, nuestros contextos, los fenómenos sociales, políticos y culturales. Leamos a muchos autores, ellos son nuestros maestros continuos.

Después de su estudio finalizado en el 2017, ¿qué cambios se han dado posteriores a la investigación y en tiempos de pandemia?

Si, observo muchos cambios, pero como el “cangrejo”, todo para atrás, algunas políticas se mantienen, los exámenes de fin de carrera, para ingresar a la Universidad, etc. Sin embargo, la formación continua de docentes, parece que la situación del Covid-19, ha trastocado muchas cosas en el proceso educativo de las IES públicas, porque las IES privadas se adaptaron de manera urgente a nivel tecnológico y con la capacitación docente en el dominio de plataformas y clases Online. A nivel de la universidad pública se está dejando sin docentes a muchas carreras o si los tienen los contratan de manera precaria y sin garantías de derechos contemplados en el Reglamento de Escalafón, lo cual redunda en la calidad educativa.

¿Cuál es su valoración sobre el trabajo desempeñado por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina?

Excelente. Hablé con José Manuel y al siguiente día ya estuvimos manos a la obra, en una semana, se hizo todo, no conozco mucho de la Editorial, pero resalto la gestión eficiente de la misma, para la difusión del conocimiento. Estoy muy agradecido a la Editorial y que continúe acogiendo y dando la oportunidad de publicar mucho conocimiento, que tanta falta le hace a nuestra educación ecuatoriana.

Inmaculada Cervera, coordinadora de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencial de SEMERGEN: “Los médicos de familia queremos sobrevivir a la segunda ola. No sé qué vamos a hacer si caemos»

Al comienzo de la pandemia, los profesionales sanitarios trabajaron de forma intuitiva. Aunque ahora ya disponen de PCR y serología en atención primaria, quedan muchas lecciones por aprender. La especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Departamento de La Fe en Valencia subraya que es necesario transformar la primera línea asistencial del país, no solo para esta crisis. 

Cervera realizó una ponencia en el primer Congreso Nacional COVID-19 con el nombre «Oportunidades de mejora para la Atención Primaria». / Fotografía cedida por la entrevistada.

Durante el primer Congreso Nacional COVID-19Inmaculada Cervera, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Departamento de Salud de La Fe de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública (Comunidad Valenciana) y coordinadora de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)habló de las oportunidades de mejora para la atención primaria.

“La pandemia ha llegado de forma tan grave a España porque hubo recortes previos en atención primaria y no en hospitales”

Cervera destacó que, antes de la pandemia, el sistema ya se enfrentaba a una población cada vez más envejecida, a la falta de financiación, a la escasez de pediatras y médicos o al envejecimiento progresivo de los profesionales sanitarios.

Para mejorar la atención primaria para esta crisis sanitaria y lograr una transformación del sistema sanitario a medio plazo, la especialista plantea propuestas en tres niveles de gestión sanitaria: estatal y autonómico, en el departamento sanitario y centro de salud, y en la consulta y los profesionales sanitarios.

Entre los logros, la coordinadora destaca la asistencia médica a distancia porque agiliza la atención a los pacientes. Aparte de esto, pide otorgar más independencia a los ambulatorios y facilitar la comunicación entre hospitales y centros de salud.

La atención primaria antes del estado de alarma arrastraba problemas de la falta de médicos y pediatras y de financiación. ¿Esa era la base que había antes de la pandemia?

Los recursos eran muy ajustados, estábamos realizando la actividad con mucho esfuerzo, pero con normalidad. Los crónicos estaban bien controlados en general, la atención primaria era accesible y había listas de espera con demoras… Pero se estaba consiguiendo una calidad asistencial a base de un esfuerzo y renuncia a otras cosas, como ajustar los tiempos de estudio, de formación y de investigación. Toda la actividad que hacíamos era asistencial. Los pacientes son lo primero, pero la atención comunitaria, de educación a la población, estaba ya tocada.

¿Cómo ha afectado la covid-19 al sistema?

La pandemia ha llegado de forma tan grave a España porque hubo recortes previos en atención primaria y no en hospitales, donde el presupuesto sanitario ha ido aumentando a lo largo de los años. Es verdad que en 2011, 2012 y 2013 los recortes fueron superfluos, pero se mejoró la calidad asistencial. Durante la crisis todos estuvimos ajustando.

¿Cómo de determinante ha sido la falta de recursos?

Creo que se debe también, en parte, a una gestión errática. El protocolo del Ministerio de Sanidad nos impedía hacer una PCR a finales de febrero a pacientes con síntomas de coronavirus si no habían viajado a China o Italia. Hay países con menos recursos sanitarios que han sabido gestionar la crisis mejor que España. Lo que hace que haya una gestión diferencial es cómo se gestionan esos recursos limitados para que se pueda dar más calidad asistencial y mejorar la salud de la población. No veo una relación causa-efecto entre los recursos escasos con lo que vivimos, es decir, falta de calidad asistencial, de previsión y de protocolos. Eso es gestión clínica.

Para construir una mejor atención primaria, es necesario el esquema de la doble agenda y triple meta. ¿Qué es exactamente?

“El poder de acceso a la agenda nos ha dado a los médicos capacidad para discernir los casos más graves”

La doble agenda quiere decir que, ante una crisis, la tendencia es intentar arreglar el problema como se pueda, teniendo Equipos de Protección Personal (EPI) y PCR, atendiendo a los pacientes con seguridad, haciendo circuitos limpios, etc. Pero eso ha puesto de manifiesto los problemas que teníamos en atención primaria: la brecha digital, la falta de recursos, la falta de eficiencia de algunos procesos, el déficit de médicos, entre otros. Además, en lugar de educar a la población para que sea gestora de su propia enfermedad, se ha hecho más dependiente. La doble agenda sería trabajar en la crisis actual y solucionarla, pero sin perder de vista el cambio de estructura y estrategias para mejorar este nivel asistencial.

¿Y cómo se podría mejorar?

Planteo líneas de actuación en diferentes niveles asistenciales: macrogestión, de autoridades estatales y autonómicas; mesogestión, del área o departamento sanitario y centro de salud; y microgestión, de la propia consulta y de los profesionales sanitarios.

La triple meta, por otro lado, es muy sencilla: los recursos son limitados, pero se hacen cosas para mejorar la salud pública global, tener un impacto en la sociedad y convertirse en una actividad de calidad. Sería más cercano a la medicina comunitaria, la salud pública y la educación poblacional, que tenga un impacto en la sociedad y que sea asumible a nivel económico.

Para usted, la experiencia de la cita telefónica es positiva porque permite el cribado de pacientes que necesitan asistencia en el centro de salud. Pero para otros esto retrasa la exploración al paciente y hace que llegue a urgencias más deteriorado. ¿Qué experiencia pesa más?

Hay compañeros que practican una medicina rural, y el contacto ahí debe ser más estrecho. En mi caso, que atiendo en una ciudad, hasta ahora el acceso a la atención primaria ha sido inmediato: pedían cita y entraban por la puerta en el mismo día, con agendas que se prolongaban hasta las 30 visitas sin ningún tipo de filtro. El tener el poder del acceso a la agenda nos ha dado capacidad para discernir lo grave de lo importante a la hora de atender a los pacientes.

“La medicina a distancia se quedará, la parte afectiva la recuperaremos cuando haya menos riesgo”

Creo que la situación anterior se estaba convirtiendo en una medicina “de uso y clínex”. Eso hacía que cuestiones banales nos quitaran mucho tiempo de consulta. No se podía hacer nada porque no la controlaba nadie. Era una atención de mala calidad que provocaba que estuviéramos muy pendientes de cosas pequeñas que nos impedía atender bien a los crónicos, complejos, a los domiciliarios, a los pacientes ocultos que no vienen al ambulatorio, etc. Nos quedaba una parte de la población sin atender porque el abuso de la demanda inmediata estaba ocupando las consultas.

Pero el contacto con el paciente, hasta ahora, era una seña de identidad de la atención primaria, ¿verdad?

Es verdad que muchos pacientes mayores y complejos nos ven como un aliado en la enfermedad. Conocemos toda su trayectoria y sus antecedentes. Se ha notado esa carencia en la parte del acompañamiento, incluso afectivo. Pero, ¿cuántos brotes ha habido en centros de salud en agosto? Ninguno. Mientras la gente se contagiaba en los restaurantes, discotecas y reuniones familiares, hemos conseguido que no hubiera rebrotes en los centros de salud. Hemos sido de los pocos que han actuado conociendo la gravedad, hemos tomado las medidas adecuadas para los mayores y nosotros, y hemos conseguido sobrevivir a los rebrotes. Queremos sobrevivir a la segunda ola porque, si caemos nosotros, no sé qué vamos a hacer.

Nos da mucha desesperanza cuando oímos críticas sobre que “los centros de salud están cerrados y la gente está haciendo colas en la calle”. La cola, primero, tiene que hacerse con distancia de seguridad en la calle, donde corre el aire, porque dentro te puedes contagiar. Una vez que el paciente entra al centro, está el tiempo imprescindible porque se están haciendo PCR, viendo a los respiratorios que están mal, y haciendo serologías a los infectados.

Dentro de lo malo de la pandemia, parece que ha habido pequeños éxitos, ¿no es así?

Hemos conseguido que no haya cúmulos en espera, que la gente entre con suficiente distancia entre ellos, y que pasen el mínimo tiempo posible en la sala de espera. En mi caso, utilizo herramientas TIC que antes no usábamos. La gente lo agradece, especialmente los jóvenes que trabajan y que no pueden venir al médico para recoger un volante, una baja o una analítica. Esta parte de la medicina se va a quedar. La afectiva tendremos que recuperarla cuando haya menos riesgo.

“Algo habremos hecho mal para perder en dos meses la ventaja ganada durante el confinamiento absoluto”

El Foro de Atención Primaria advirtió del colapso en muchas comunidades autónomas y denotó la necesidad de incrementar la plantilla y los equipos específicos para realizar PCR. ¿Comparte este comentario?

No todas las comunidades autónomas tienen la misma incidencia acumulada del virus. La segunda quincena de agosto en la Comunidad Valenciana fue terrible porque teníamos a un tercio de la plantilla de vacaciones. Algo habremos hecho mal para que la ventaja ganada en el confinamiento absoluto la hayamos perdido en dos meses. La segunda ola nos ha pillado con los profesionales que trabajaron hasta junio agotados. Ya en julio y agosto comenzamos a coger vacaciones que nos repartimos sin sustitutos.

¿En qué ha cambiado la situación tras las vacaciones?

Hemos descansado, pero a la vuelta hemos estado cubriendo las vacaciones, las bajas y los pacientes de coronavirus. Durante la primera ola de la pandemia no es que no viéramos a esos pacientes, pero no podíamos pedirles PCR y no se hacía estudio de contactos. Estábamos trabajando de forma intuitiva: con síntomas, que no hubiera signos de gravedad, haciendo acompañamiento a los pacientes y si empeoraban les mandábamos al hospital. Todos los asintomáticos, presintomáticos y contactos los estamos controlando ahora porque tenemos PCR y serología en atención primaria.

Ahora que sí tenemos estas herramientas de detección y trazabilidad, ¿es posible que se cometan en invierno los mismos errores que en marzo?

Estamos en manos de los mismos que nos dirigieron en marzo. Me gustaría decir que no, pero en la apertura de los colegios, por ejemplo, se han fijado los protocolos en la última semana y de puertas para dentro, sin pensar en cómo estará la situación epidemiológica de su zona. No es lo mismo un cole en una zona de incidencia acumulada de 25 cada 100.000 que en uno de 800. Es una locura meter a muchos niños en un colegio cuando la incidencia es muy alta.

“Si se mantiene la distancia de seguridad y las mascarillas, creo que este año no habrá problemas de gripe”

No puede ser casualidad que seamos uno de los países con más incidencia acumulada, más rebrotes, más muertos y más sanitarios afectados. Algo falla. Se han abierto lugares de ocio sin control efectivo de seguridad; se han mandado mensajes contradictorios a la población y no ha habido medidas punitivas a quienes se saltan el confinamiento y el aislamiento. El confinamiento no ha sido efectivo en vacaciones, la gente se quería ir a la playa sí o sí, incluso con PCR positiva.

¿En qué más ha podido errar nuestro país?

El control de fronteras terrestres y marítimas, que en España no se ha hecho con toda la cautela que se debía. El protocolo no era más que una toma de temperatura y ver si tenían mala cara. Un caso de esas personas puede contagiar a muchos aquí. Todo eso suma que el protocolo frente a los rebrotes tampoco ha sido claro.

¿Les preocupa que empeore la calidad asistencial en la campaña de la gripe de este año?

Creo que hay más temor en los pediatras, porque algunos niños no llevan mascarilla y la fiebre es un signo que alerta mucho. Los mayores están muy confinados y llevan mascarilla. En marzo ya vi que no tuvimos más patologías respiratorias e infecciosas aparte de coronavirus. Creo que la gente se va a vacunar de la gripe más que otros años y en países que ahora están en invierno, como Argentina y Australia, no han experimentado un aumento de gripe. Es más, casi no ha habido gripe. Es una enfermedad de transmisión aérea, y si mantienes la distancia y la mascarilla, la gripe no es algo que preocupará mucho. Creo que este año no va a haber problema.

¿Será posible discernir entre pacientes covid y pacientes de otras patologías respiratorias?

Mientras que no nos pongan límite en cuanto a hacer PCR, por falta de reactivos, por ejemplo, no. Ahora mismo a cualquier persona con sospechas de síntomas de coronavirus le hacemos la PCR, incluso a una diarrea estival. La prioridad es descartar que tenga síntomas de coronavirus.

Fuente: SINC
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Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología: “Las reinfecciones van a darnos muchas pistas a todos los que intentamos generar vacunas”

Los tres casos de posibles reinfectados por SARS-CoV-2 en Hong Kong, Países Bajos y Bélgica reabren el debate sobre la inmunidad. La experta en coronavirus pone en perspectiva estos casos, que “siguen siendo pocos”, pero advierte de que las personas que hayan pasado la enfermedad no deben bajar la guardia.

Sonia Zúñiga forma parte del laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, donde investiga una de las vacunas en desarrollo en España. / Inés Poveda Comunicación CSIC

Si por algo se ha caracterizado tradicionalmente el mes de agosto en la redacción de los medios de comunicación es por la sequía de temas que obligaban a los periodistas a buscar noticias debajo de las piedras.

La pandemia ha acabado con este tópico gremial. Este lunes, un medio local de Hong Kong anunciaba lo que hasta ahora no se había documentado: el primer caso de reinfección por SARS-CoV-2. Un hombre hongkonés de 33 años fue dado de alta tras curarse del virus en abril, pero en agosto volvió a dar positivo después de regresar de España. Tuvo síntomas leves la primera vez y ninguno la segunda.

El estudio ha sido aceptado por la revista científica Clinical Infectious Diseases y está pendiente de publicación. Solo un día después, investigadores holandeses y belgas informaban de dos nuevas reinfecciones en sus países.

En Países Bajos, un anciano con un sistema inmunitario deteriorado habría contraído el coronavirus por segunda vez, mientras que en Bélgica una paciente que había superado el coronavirus habría recaído tres meses después del primer contagio. Según parece, y a falta de que los hallazgos se publiquen en revistas científicas, en los tres casos las nuevas infecciones provendrían de virus de cepas diferentes respecto a los contagios iniciales.

A la viróloga Sonia Zúñiga estas noticias le han pillado pasando unos días de vacaciones aunque, según cuenta a SINC, sigue “revisando proyectos” y atendiendo a los medios de comunicación, como no ha parado de hacer en toda la pandemia. Esta investigadora del laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC forma parte de uno de los equipos españoles que está tratando de desarrollar una vacuna contra el SARS-CoV-2, por lo que las reinfecciones y cómo responde el sistema inmune le resultan fundamentales para seguir avanzando.

¿Le han sorprendido estos hallazgos o era cuestión de tiempo que se identificara alguna reinfección?

Me han sorprendido, aunque siguen siendo pocos casos, incluso contando con estos dos recién reportados. Con los millones de infecciones que hay y la cantidad de personas que han sufrido una enfermedad moderada o severa, estos pocos casos no parecen muchos. Sacaría la lectura positiva de que, en general, en el tiempo que ha pasado, parece que las personas que han sufrido la enfermedad están protegidas.

“Me han sorprendido las reinfecciones aunque siguen siendo pocos casos. La lectura positiva es que en el tiempo que ha pasado, parece que las personas que han sufrido la enfermedad están protegidas”

El caso que salió la semana pasada de los tripulantes del barco —quienes habían estado contagiados y presentaban anticuerpos estaban protegidos— va en la misma línea. En cuanto al caso de Hong Kong, lo que me llama mucho la atención es cómo era la respuesta inmunitaria de esta persona tras la primera infección. Va a dar muchas pistas a todos los que estamos intentando generar vacunas para saber cómo tienen que ser las respuestas protectoras. La respuesta inmunitaria que tuviera este señor no le ha protegido de la reinfección —si es cierto lo que dicen los autores—, pero sí le ha protegido de tener una sintomatología, porque aparentemente es asintomático. En el caso holandés, parece que la persona presentaba problemas inmunitarios.

Centrándonos en el caso de Hong Kong, el hecho de que la segunda vez fuera asintomático, ¿significaría que el sistema inmune rebajó la gravedad de la infección?

Sí, es la posibilidad más realista, aunque no tenemos los datos. Estamos suponiendo que en la primera infección tuvo una respuesta inmunitaria general como la que presenta el resto de pacientes, es decir, con anticuerpos neutralizantes. Sería interesante saber en qué niveles estarían en el momento en el que se volvió a reinfectar. También habría desarrollado una respuesta celular de memoria de modo que, al reinfectarse, no hubiera una sintomatología grave.

Otro punto interesante es, en la primera infección, cuánto tiempo pasó hasta que el paciente dejó de tener síntomas y registró una PCR negativa. Eso podría dar una idea de cuánto ha tardado en eliminar el virus, si es que ha sido la respuesta inmune preexistente la que lo ha eliminado más rápido.

Nos decía uno de los investigadores que aunque el paciente fuera asintomático sí tenía capacidad de contagio y era alta. Eso sí sería una mala noticia, ¿no es cierto?

Eso significa que tenía bastante virus pero ellos mismos dicen, según la nota de prensa, que están analizando si hay virus infectivo. El hecho de detectar el ARN del virus no implica que sea infectivo. Para saber realmente cuánto hay, se tiene que aislar el virus. Supongo que el trabajo lo publicarán con esos datos porque son muy importantes.

Por lo que nos ha dicho uno de los autores, el cultivo sigue en marcha en estos momentos y artículo ya está aceptado por la revista.

Pues es un dato muy importante que deberían incluir porque lo interesante de este caso es que si conocemos todos los datos va a proporcionar una panorámica muy buena. Llevamos diciéndolo mucho tiempo, especialmente en aquellos individuos en los que la respuesta inmunitaria generada en la primera infección no ha sido muy fuerte y decae con el tiempo. ¿La persona se puede volver a infectar? Si se infecta, ¿qué va a pasar?

Otra pregunta que surge es cuánto tiempo estaremos protegidos si hemos pasado la enfermedad…

“Las vacunas tienen que generar una respuesta inmunitaria mejor que la del virus. Si la respuesta provocada por el virus no impide la reinfección, o bien hay que vacunar más a menudo o bien hay que mejorar la vacuna para evitar esa infección”

Por eso sería muy interesante saber el tipo de respuesta inmunitaria que ese paciente generó de la primera infección. Lo que se sabe de estudios que ya están publicados es que, en general, los pacientes que han pasado una enfermedad moderada o grave generan más anticuerpos neutralizantes, de los que protegen, que los individuos que la han pasado de forma leve o asintomática. Esos anticuerpos van decayendo con el tiempo y lo hacen más rápido cuanto menor ha sido la enfermedad.

La pregunta que todavía queda por contestar y de la que no tenemos datos, es sobre la otra vía de la respuesta inmunitaria, la celular. ¿Se ha generado? Y si se ha generado, ¿protege o no? Estos casos podrían dar pistas.

La investigadora en su laboratorio / CNB-CSIC

Si la inmunidad fuese de corta duración, según los autores este coronavirus va a persistir en la población como los virus del resfriado. ¿Está de acuerdo?

Podría ser una posibilidad. Esto es importante para muchos laboratorios del mundo implicados en generar vacunas que tienen que provocar una respuesta inmunitaria mejor que la del virus. Si la respuesta del virus no impide que uno se reinfecte, sino que evita que tenga una enfermedad severa, o bien hay que vacunar más a menudo o bien hay que mejorar la vacuna para que al final evite la infección. Es decir, alargar esa respuesta, bien sea de anticuerpos, de respuesta celular o de ambas.

¿Cómo afectan estas reinfecciones a la inmunidad de rebaño? ¿Ya no es posible?

Seguiría siendo posible. Ya se sabe que la inmunidad por anticuerpos decae con el tiempo. [Que hubiera muchas reinfecciones] afectaría a la inmunidad de grupo porque para conseguirla se necesitaría un mayor número de personas que estuvieran de alguna manera inmunizadas. Pero, insisto, la inmunidad no se logra solo por anticuerpos. También hay inmunidad celular. De momento no sabemos cómo se desarrolla ni qué papel protector puede tener. Es decir, en la inmunidad de rebaño no tiene por qué intervenir solo la respuesta de los anticuerpos, también puede ser inmunidad debida a la respuesta celular.

Sobre el análisis genético que comentaban los autores de Hong Kong que habían hecho, ¿las cepas de este coronavirus que se mueven por Europa y por Asia son muy distintas?

No son muy distintas pero sí tienen algunos cambios. Hay miles de secuencias ya liberadas de todas partes del mundo y de todas las etapas de la epidemia y no es que haya muchísimos cambios, pero sí algunos. Por ejemplo, las cepas que circulaban al principio por Asia tenían una serie de alteraciones que pueden producir modificaciones en la proteína del virus, pero son cambios genéticos que se pueden mapear. Las cepas que han circulado por Europa o por Estados Unidos en muchos casos no tienen esos cambios. Al secuenciar los 30.0000 nucleótidos del genoma seguro que aparecen algunos que dan pistas sobre si el virus viene de un sitio o de otro.

Es lo mismo que con el estudio que se hizo en España que demostró que había habido 15 introducciones distintas del virus desde distintos lugares, ¿por qué? Porque los virus eran diferentes y se parecían a los que venían de un sitio o de otro. Conocer la secuencia entera del virus permite trazar la pista de por dónde ha venido.

“En la inmunidad de rebaño no tiene por qué intervenir solo la respuesta de los anticuerpos, también puede ser inmunidad debida a la respuesta celular”

Según los investigadores, cuando se desarrolle la vacuna es recomendable que las personas que se han contagiado se la pongan y no dejen de usar mascarilla ni el resto de elementos de prevención. ¿No deben bajar la guardia?

Esto es algo que la comunidad científica lleva diciendo mucho tiempo. Ojo con pensar que uno ya está protegido porque haya pasado la enfermedad y se tengan anticuerpos. Es muy probable que si alguien se vuelve a infectar no vuelva a pasar la enfermedad, pero podría transmitir el virus a otras personas como asintomático. Las medidas de seguridad, mascarilla, distancia social y lavado de manos se tienen que seguir manteniendo.

Estos tres casos de posibles reinfecciones muestran lo que está pasando en la pandemia: investigadores que presentan sus hallazgos sin esperar a que se publiquen en revistas científicas. ¿La crisis sanitaria está transformando la forma en la que los científicos mostráis vuestros resultados?

Muchos trabajos están apareciendo en repositorios de prepublicación en los que todavía no ha pasado la revisión por pares. Claramente esto antes no pasaba y lo cierto es que está metiendo mucho ruido. Hay muchísimos trabajos en prepublicación, sobre todo del principio, que luego eran retirados o nunca llegaron a publicarse en revistas especializadas porque no cumplían los criterios al pasar la revisión por pares y, sin embargo, ahí quedan.

El conocimiento que hay en esos trabajos se disemina y hay que tener mucho cuidado. Los trabajos que están en prepublicación los miramos con cautela e incluso los que están publicados, miramos los datos en detalle. Con los trabajos que están en prepublicación, más todavía. En el caso de esta pandemia es cierto que eso ha sido un boom. Ya no sé cuántas publicaciones hay al día de este virus y hay que ser muy selectivo.

Fuente: SINC
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Ann Druyan, escritora científica: “Precisamos más que nunca de historias que nos den esperanzas”

A 40 años de su estreno, en 2020 ha vuelto Cosmos en una nueva temporada, Cosmos: Possible Worlds. Su productora y guionista explica las razones por las cuales esta serie documental es más importante que nunca y por qué es necesario el optimismo en esta época marcada por el cambio climático, pandemias y los movimientos anticientíficos. 
  

Ann Druyan / © NG

La voz de Ann Druyan suena débil, distante como un eco en una profunda cueva. Parece diluirse en el teléfono. Sin embargo, sus ideas son potentes. Ganadora del Premio Peabody y del Emmy, esta mujer de 70 años es escritora, productora, directora y una de las comunicadoras de ciencia más importantes de nuestro tiempo. Escribió libros como Sombras de antepasados olvidadosEl mundo y sus demonios y la novela en la que se basó la película Contact (1997). Y aún así para algunos es la “viuda de Carl Sagan”.

Hace 40 años, tuvo una epifanía. Druyan engendró con el popular astrónomo la serie Cosmos, a través de la cual llevó al público en un viaje por el espacio y el tiempo, al pasado, presente y futuro de la historia de nuestra especie. “Cuando empezamos a escribir Cosmos en 1978 —recuerda—, con Carl sentimos la urgencia de compartir el asombroso poder de la ciencia, de transmitir la elevación espiritual que nos revela el universo, así como la necesidad de amplificar las alarmas que los científicos estaban haciendo sonar sobre nuestro impacto en el planeta”.

En un escenario actual dominado no por la posibilidad de un armagedón nuclear sino por el cambio climático y los movimientos anticientíficos, esta escritora estadounidense sintió otra vez aquella necesidad.

Por eso, acompañada esta vez por el guionista Brannon Braga —conocido por su trabajo en Star Trek—, decidió que era hora de volver. En esta oportunidad con Cosmos: Possible Worlds, una producción de 13 episodios que, tras estar en un limbo durante meses por denuncias de conducta sexual inapropiada contra el famoso astrofísico Neil deGrasse Tyson —descartadas después de una investigación—, finalmente se estrenó por el canal National Geographic en marzo en España y en América Latina.

-En 2014, con el impulso del productor Seth MacFarlane, Cosmos volvió a la televisión con un nuevo conductor, el astrónomo del Museo Americano de Historia Natural, Neil deGrasse Tyson, en Cosmos: A Spacetime Odyssey. ¿Qué la llevó a apostar por una nueva temporada?

El universo es un lugar tan grande con un número casi infinito de historias para contar. Estamos en un momento crítico de nuestra historia en el que debemos dejar de ser sonámbulos. Debemos despertar, ponernos de pie. Precisamos más que nunca de historias que nos den esperanzas. Cosmos es un faro de inspiración.

“En esta nueva temporada de ‘Cosmos’ investigamos cómo podría ser nuestro futuro dentro de mil años si usáramos la ciencia y la tecnología con sabiduría”

-En los nuevos capítulos, el actor Patrick Stewart interpreta al astrónomo William Herschel y Judd Hirsch a Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica. ¿A qué se refieren los “mundos posibles” del título?

Exploramos exoplanetas recientemente descubiertos y también nuestro universo interior, como el conectoma o las iniciativas por cartografiar el genoma humano. En especial en esta nueva temporada investigamos cómo podría ser nuestro futuro dentro de mil años si usáramos la ciencia y la tecnología con sabiduría. Vivimos en una época en la que la cortina de la noche se ha levantado: ahora podemos conocer a la naturaleza como nunca antes. La ciencia es nuestra herramienta más poderosa para aprehender la realidad. Hemos puesto tantas veces nuestros sentidos en mundos distantes que prácticamente ya no es noticia. Podemos hacer cosas asombrosas pero a la vez estamos arruinando nuestro medio ambiente.

Imagen de ‘Cosmos Mundos Posibles’ / © Cosmos Studios- Nat Geo

-Los peligros también provienen de las fake news y los movimientos anticientíficos. ¿Cómo cree que los científicos deberían reaccionar ante los terraplanistas, antivacunas y demás negacionistas?

Creo que no deberían regodearse de lo que saben frente a las audiencias, sino buscar conectarse emocionalmente con ellas. Esa ha sido la misión de Cosmos: asombrar, entretener, incentivar la curiosidad, excitar, recordar que la ciencia nos rodea, que es relevante en nuestras vidas y en nuestra cultura. Transmitir información es solo una fracción del deber de la comunicación de la ciencia. Hay que conectar el cerebro con el corazón. Se trata de entablar un encuentro personal, debemos derribar los muros que rodean la ciencia y que nos han excluido e intimidado a muchos de nosotros y traducir las ideas de la jerga técnica al lenguaje que todos compartimos para poder apropiarnos de ellas.

-Cosmos es un poema visual. Combinan música y un gran despliegue visual. ¿Cree que estos elementos son necesarios para lograr esa conexión con la audiencia?

La narración de historias es clave para involucrar al público. La misión de Cosmos es similar a algo que Albert Einstein dijo en un discurso pronunciado en la Feria Mundial de Nueva York en 1939: “Si la ciencia, como el arte, ha de cumplir su misión de manera verdadera y plena, sus logros deben entrar no solo superficialmente sino con su significado interno en la conciencia de las personas”.

“Debemos derribar los muros que rodean la ciencia y traducir las ideas de la jerga técnica al lenguaje que todos compartimos para poder apropiarnos de ellas”

-¿Qué historias le interesan?

Vivimos en una época en la que nos sentimos indefensos, perdidos en estos tiempos oscuros, pero no lo somos: somos poderosos. Quería contar historias que mejoraran la autoestima humana, historias de nuestros antepasados y su coraje, cómo lucharon valientemente por una comprensión más profunda y precisa de la naturaleza. Si estos hombres y mujeres fueran nuestros ídolos, nuestras celebridades, si fueran personas admiradas por nuestros hijos e hijas, creo que estaríamos en otra situación.

-¿De qué personas habla?

En esta temporada, contamos historias de científicos que han sido ignorados por la historia. Conocemos a Einstein y Galileo, pero el edificio de la ciencia es resultado del trabajo de incontables personas, hombres y mujeres en su mayoría olvidados. Soy una coleccionista, una cazadora-recolectora de historias. Siempre quise contar lo que tuvo que atravesar Nikolay Vavilov, un científico ruso que tenía el sueño de erradicar el hambre y viajó por el mundo coleccionando semillas. En los peores días de las purgas estalinistas, fue perseguido y encarcelado por su enfrentamiento con Trofim Lysenko, propulsor de teorías pseudocientíficas, que además de negar a Darwin contaba con el apoyo de Stalin. Vavilov murió de hambre en prisión y su equipo pereció protegiendo el banco de semillas de Leningrado en un asedio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Imagen de ‘Cosmos Mundos Posibles’ con Neil deGrasse-Tyson / © Cosmos Studios- Nat Geo

-Las serie viene acompañada por un nuevo libro que usted escribió. Allí habla de la importancia del optimismo. En esta era de pandemias y cambio climático, ¿por qué cree que esta perspectiva optimista es necesaria?

Eso me pregunta mi hijo también. Baso mi optimismo en lo que sé de nuestros ancestros, en la tenacidad de la vida. Mi loco optimismo está basado en la ciencia y en la tecnología. Nuestra visión del futuro es distópica. Es un reflejo de los graves desafíos que enfrentamos. Todos sentimos la sombra que se cierne sobre nosotros. En Cosmos, contamos las historias de personas que en momentos críticos han defendido la ciencia. Esperamos que estas historias inspiren y nos ayuden a rechazar a aquellos líderes que niegan la realidad. La verdad importa. En materia climática, tenemos que empezar a tomar en serio lo que nos vienen diciendo los científicos desde hace 70 años.

“Contamos las historias de personas que en momentos críticos han defendido la ciencia. Esperamos que estas historias inspiren y nos ayuden a rechazar a aquellos líderes que niegan la realidad”

-Este año se festeja también el 30 aniversario del Pale Blue Dot (un punto azul pálido), una de las más famosas fotos de la Tierra tomadas por la sonda Voyager 1 cerca de Saturno. La imagen tuvo un gran impacto. ¿Necesitamos un sacudón similar en la actualidad?

Necesitamos una dosis saludable de escepticismo: probar ideas a través de la observación y la experimentación. Y cuestionar todo, incluida la autoridad. Debemos compartir estas historias de nuestros ancestros y su perseverancia. Somos sus descendientes. Nos sentimos impotentes, pero tenemos los medios para comunicarnos entre nosotros. No podemos tolerar líderes que nos engañan con sus mentiras. Los pasos hacia atrás que hemos dado en los Estados Unidos en los últimos años son desalentadores. Pero creo en la democracia. Es ahora nuestro turno de enfrentar los desafíos como lo hicieron en su momento nuestros antepasados. Debemos actuar en defensa de nuestra civilización para no ser manipulados tan fácilmente y rechazar a aquellos líderes que tienen desprecio por la ciencia y por la realidad.

-¿No cree que ya es un poco tarde?

Para nada. Hay otro futuro, otro mundo posible. El Antropoceno podría ser la era del despertar humano, cuando aprendemos a usar la ciencia y la alta tecnología en armonía con la naturaleza.

-¿Imagina en un futuro una conductora mujer en Cosmos?

Absolutamente. Conozco a un gran número de talentosas científicas que tienen el poder de comunicar. Ese ha sido un gran cambio que he visto a lo largo de mi vida.

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Lluís Serra Majem, portavoz del comité científico de Canarias para la COVID-19:“Si tenemos que cerrar los colegios en las primeras semanas de curso, habrá sido un fracaso”

Las Canarias necesitan poder recibir unos 14 millones de visitantes anuales. ¿Cómo hacerlo y a la vez controlar la pandemia? Este catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, apodado el ‘Fernando Simón canario’, explica que el principal riesgo no proviene de los turistas ni, menos aún, de los inmigrantes llegados en patera, sino de los propios isleños.

Además de portavoz del comité científico de Canarias para la COVID-19, Lluís Serra Majem es catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública e investigador en nutrición. / Foto cedida por el entrevistado

A Lluis Serra Majem (Barcelona, 1959) se le conoce como el ‘Fernando Simón canario’, pero él reniega del apodo: “Yo soy un profesor de universidad que estoy en esto voluntariamente, no he cobrado nada”, destaca. Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, es portavoz del comité científico asesor del Gobierno de Canarias en esta pandemia. Como Simón –aunque en menor medida– ha protagonizado ruedas de prensa, numerosas entrevistas e incluso viñetas. Asegura que las autoridades canarias “nos dieron total libertad y nos hicieron muchísimo caso”, pero admite que “estar en primera supone un gran desgaste”.

Con su asesoramiento, Canarias elaboró un plan propio de desescalada regional que era muy restrictivo con el ocio nocturno. Serra fue muy crítico con el rechazo de ese plan por parte del Gobierno central. Recalca que es preferible –como finalmente se ha hecho– “prohibir el botellón, las discotecas y las fiestas multitudinarias que, por no hacerlo, mantener cerrada la verdadera economía del país, o su sistema educativo”.

Recientemente, se han registrado varios brotes asociados a discotecas en Gran Canaria y se está produciendo un importante aumento en los contagios confirmados. La mayoría son asintomáticos y afectan a menores de 30 años. Las autoridades han restringido el ocio nocturno y establecido la obligatoriedad del uso de la mascarilla en todos los espacios.

Investigador en el área de nutrición con un alto índice de impacto, llegó al comité científico a propuesta del vicepresidente del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez. En esta entrevista subraya que la pandemia en Canarias la diseminan los propios canarios y no los turistas ni los inmigrantes que llegan en patera.

“La tregua que esperábamos en verano no se está produciendo. Pero ahora lo importante es la concienciación y la educación”

-¿Qué le parece la situación actual, con todos estos rebrotes?

La tregua que esperábamos en verano no se está produciendo. Pero ahora lo importante es la concienciación y la educación. Muchos de los contagios se están produciendo por reuniones en domicilios, y es el momento de extremar la vigilancia porque es cuando vamos y volvemos de vacaciones, a ver a la familia, los abuelos… Tenemos que recordar cómo al principio pensamos que podríamos controlarlo y luego se vio que no. Hay que recordarlo porque está volviendo a pasar.

-¿Sería una solución, como ha pedido el Gobierno de Canarias, solicitar a los viajeros una PCR antes de subirse al avión?

Es lo que siempre hemos defendido: pedir una PCR en origen. ¿Que te cuesta 100 euros? Bueno, es parte del pasaje. Pero para una región es difícil gestionar esto. Es una competencia que depende del Gobierno central. Sin embargo, tenemos el ejemplo de Madeira, donde se exige la PCR a los que llegan y a quienes no la tienen se les hace, pagada por la Administración local. Desde luego, es más engorroso, pero se hace. Estamos pendientes del resultado allí, aunque en Madeira tienen un millón de turistas al año y nosotros 14. Las cifras son distintas.

-¿Es factible hacer una PCR a todo el que llega a las islas?

No es factible por ahora hacer la PCR a los turistas en los aeropuertos en Canarias. Hemos visto que el turismo, a excepción quizás de los cruceros, no es determinante en la difusión de la enfermedad entra la población canaria, porque la actividad turística está bastante limitada a algunas zonas. Aunque llegue una persona contagiada, si controlas un poco las condiciones sanitarias e higiénicas no se va a diseminar el virus en la población canaria. Y lo mismo sucede con los inmigrantes que llegan en patera, a quienes sí se les hace el test.

Además, antes de exigir hay que pensar en las implicaciones. Por ejemplo Noruega tiene un caso cada 200.000 habitantes, así que para detectar un positivo habría que hacer 200.000 PCR, lo que supone un coste varios millones de euros. Pero a lo mejor a un vuelo que venga de Barcelona yo sí que le daría un tratamiento especial.

-Si los turistas no diseminan la COVID-19, ¿cómo llegó la epidemia a Canarias?

La epidemia en Canarias no vino ni de los turistas, ni de las pateras, sino de los canarios que estaban fuera y volvieron cuando se decretó el estado de alarma. No se insistió lo bastante en que los estudiantes que volvían, sin síntomas, tenían que guardar cuarentena.

“La epidemia en Canarias no vino ni de los turistas, ni de las pateras, sino de los canarios que estaban fuera y volvieron cuando se decretó el estado de alarma”

-O sea que ahora, en verano, el principal riesgo está en los isleños que regresan.

Sí, donde realmente tenemos que hacer énfasis es en los canarios, no en los turistas. El que va de vacaciones y vuelve, el pariente que se incorpora a fiestas familiares… Ahí es donde debemos poner nuestra capacidad de seguimiento, de aislamiento, de consejo, a través de la propia red de atención primaria.

-Canarias, en conjunto, ha mantenido unas cifras relativamente bajas de contagios y por ahora no ha habido rebrotes graves. ¿Cómo lo han hecho?

Hemos tenido una tasa de contagio de alrededor del 2,5 %, es decir, no hemos estado sometidos a un gran estrés; no sé qué pasaría si tuviéramos una gran oleada. Así que, sí, tenemos un equipo de rastreadores y de atención telefónica y la sanidad está preparada, pero la gente tiene muchas ganas de divertirse en verano y es difícil convencer a los contactos de un positivo de que deben estar en casa y hacerse un análisis.

-Canarias acaba de hacer obligatorio el uso permanente de la mascarilla. Usted insiste en que es importante la educación de la población.

Debemos tener en cuenta no solo lo que funciona sino cómo se controla, es decir, la capacidad de las fuerzas de seguridad para penalizar una conducta. Los contagios en reuniones familiares, por ejemplo, no los controlas obligando a llevar la mascarilla, sino educando a la gente.

Lluís Serra Majem en una de sus intervenciones como portavoz del comité científico asesor del Gobierno de Canarias en la pandemia. / Foto cedida por el investigador

-¿Cómo fue el trabajo del comité científico en Canarias durante la pandemia?

Al principio tratamos de tranquilizar a la población y apaciguar el miedo. Había mucho miedo. Supimos conectar y la gente confió. Y, en general, [el Gobierno de Canarias] nos han dado total autonomía y nos han hecho muchísimo caso, sobre todo durante el estado de alarma. Hemos tenido 35 reuniones en total, hemos consultado con muchos expertos de numerosas áreas, también de fuera de España.

-¿Siguen trabajando ahora?

No podemos seguir en primera línea como en el punto máximo de la epidemia, que es algo que desgasta muchísimo. Pero seguimos colaborando, desde luego. Ahora hemos estudiado el documento del reinicio del curso.

Con respecto a la carta publicada en ‘The Lancet’: “Se trata de aprender de lo ocurrido, no sé si con una auditoría externa o con otro tipo de análisis interno. Francamente nadie, ni la propia OMS, está para dar lecciones en esta pandemia”

-¿Qué opina de la carta publicada en The Lancet en la que científicos españoles piden una evaluación externa de la gestión de la pendemia en España?

Entre los firmantes hay investigadores que fueron muy críticos con las primeras voces que denunciaron los errores en la gestión sanitaria de la pandemia o con las que pedían un precoz o mayor confinamiento en marzo. Ahora expresan unas críticas que, a mi modo de ver, son en general acertadas, pues la gestión sanitaria de la pandemia ha sido muy cuestionable y es necesario dimensionar los errores, aunque están muy poco argumentadas y no inciden en lo que, en mi criterio, es lo más importante.

-¿Y qué es lo más importante?

No podemos hacer que toda la respuesta dependa del sistema sanitario. Sucede como con la obesidad que, cuando llega al sistema sanitario, ya es tarde y nadie se ha preocupado del sistema alimentario. La COVID-19 tiene una base en las relaciones sociales y el ocio que es determinante.

En cualquier caso, se trata de aprender de lo ocurrido, no sé si con una auditoría externa o con otro tipo de análisis interno, pues francamente nadie, ni la propia OMS, está para dar lecciones. Lo importante es que el resultado de ese proceso ayude a que esto no se vuelva a repetir. A toro pasado y desde un despacho es muy fácil criticar y los expertos surgen de todos lados en busca del efecto de un titular. Esta pandemia está siendo un reto descomunal.

“Es preferible prohibir el botellón, las discotecas y las fiestas multitudinarias que, por no hacerlo, mantener cerrada la verdadera economía de un país o su sistema educativo“

-El comité científico canario participó en la elaboración de un plan de desescalada para Canarias que era más restrictivo en lo relativo al ocio.

Durante la desescalada fuimos muy críticos con la improvisación de Madrid. Han hecho una desescalada en que lo más importante era mantener los bares abiertos, antes que las aulas. Nuestro plan prohibía el ocio nocturno y exigía más controles sanitarios a la movilidad. Estas medidas hubieran servido quizás para prevenir rebrotes o incluso una segunda oleada de la pandemia. Es preferible prohibir el botellón, las discotecas y las fiestas multitudinarias que, por no hacerlo, mantener cerrada la verdadera economía de un país o su sistema educativo.

-¿Cómo se puede controlar mejor la movilidad?

Eso supone también un reto crucial en estos momentos y para eso tenemos la tecnología. Lo cierto, es que el sistema sanitario no se puede reforzar indefinidamente sin poner límite a las actividades que están multiplicando y propagando la pandemia. No es tarea fácil.

-¿Qué le parece el trabajo de Fernando Simón?

Como digo, a toro pasado es fácil criticar. Hay decisiones técnicas y decisiones políticas y claramente en el caso de Simón ha habido conflicto. Pero creo que es difícil hacerlo mejor. Otras personas lo hubieran hecho peor.

-Han evaluado las medidas para la apertura de los colegios en septiembre. ¿Qué se prevé en Canarias?

Se aplicará el modelo burbuja para que se pueda actuar quirúrgicamente en esa aula si aparece un caso. Al niño que presente síntomas en el colegio se le aislará, se le hará una PCR y se le mandará a casa. Si es positivo, se actuará sobre su aula. Se harán varios turnos y se reducirá la presencialidad en una hora aproximadamente. Queda por definir cuántos profesores habrá que contratar.

Es importante que haya un responsable COVID-19 en los colegios para establecer una buena comunicación con la atención primaria. Y montar el sistema para resistir. Si tenemos que cerrar los colegios las primeras semanas, habrá sido un fracaso. Es evidente que hay una brecha educativa clarísima, enorme, entre los distintos niveles económicos que no podemos permitir.

“La pandemia ha abierto una brecha educativa clarísima entre los distintos niveles económicos que no nos podemos permitir”

-¿Cómo se le puede hacer frente?

El reto en educación pasa obligatoriamente por que no nos vuelva a pillar un confinamiento con un 35 % de los niños que no tienen donde conectarse. Los alumnos de colegios privados van con sus tabletas, donde llevan todos los libros de texto, y desde el primer día estaban conectados. No es tan difícil. Lo que vale una tableta es ya casi lo que valen los libros; se trata de orientar el esfuerzo hacia este tipo de modelo y garantizar la conectividad.

-El problema son los más pequeños, que necesitan una atención presencial.

Sí, desde luego.

-Ha mencionado a los inmigrantes que llegan en patera. ¿Existe el riesgo de que como a ellos sí se les hacen pruebas se les asocie con el virus?

Sí, esta distorsión es grave. Desde el punto de vista sanitario, la inmigración no supone un riesgo significativo en absoluto.

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Adrián Hugo Aginagalde, director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria: “El rastreo puede disminuir la segunda ola, pero es difícil que la pare”

En los últimos meses se ha incidido en la importancia de los rastreadores como herramienta para frenar la pandemia. Hablamos con este médico e investigador de epidemiología histórica sobre los recursos con los que cuentan estas personas y la dificultad de su trabajo.

Adrián Hugo Aginagalde. / Foto cedida por el entrevistado

A mediados de marzo, el director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, analizó el fracaso europeo a la hora de contener el SARS-CoV-2 en un contexto en el que todas las miradas estaban puestas en los test. “Lo difícil es, cuando detectas un caso, tener la capacidad de identificar los contactos, seguirlos y ponerlos en cuarentena. Entonces necesitas una respuesta sanitaria mucho más grande, que va por detrás de las pruebas”, aseguró entonces.

Es ahí donde España, como muchos otros países, falló. El médico y director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria, Adrián Hugo Aginagalde (San Sebastián, 1989), es una de las personas que intenta que esto no vuelva a pasar. Para ello, cuenta con una herramienta denominada ‘rastreo’, cuyo objetivo es cortar las cadenas de transmisión antes de que se produzcan, mediante la detección de casos y el seguimiento de sus contactos estrechos que hayan podido infectarse.

SINC habla con este investigador en epidemiolgía histórica horas antes de que se anuncie el confinamiento de Aranda del Duero y que Euskadi asuma que la segunda ola de COVID-19 ha llegado.

-En España tradujimos las “tres t” (test, seguimiento y rastreo, del inglés test, track, trace) que pidió la OMS como “test, test, test”. ¿Nos olvidamos de las otras dos?

Reconozcamos que llevábamos tiempo avisando de que se necesitaban rastreadores. Los epidemiólogos lo teníamos claro porque sabíamos que con los efectivos actuales era imposible. Por eso muchas consejerías han apostado por reforzar con todo lo que han podido y abrir bolsas de trabajo.

-Pero no ha sido suficiente.

Hay menos de un epidemiólogo por 100 000 habitantes en España. Somos muy pocos y estamos en la Administración, no en los servicios de salud. No tenemos un sistema de guardias y producimos una enorme cantidad de datos para vigilancia, además de actuaciones de prevención y control. Nos falta tiempo material y queremos seguir haciendo todo eso además de una actividad de rastreo que consume una enorme cantidad de esfuerzo.

La gente no me cree, pero la mayoría de comunidades autónomas tienen menos epidemiólogos que el personal que pueda tener un centro de salud aleatorio. Imagina tener a cinco personas produciendo todos los datos y, al mismo tiempo, ocupándose de aislamientos y rastreo. Ese es el motivo de que en la primera ola pandémica no se pudiera hacer el rastreo bien. No había recursos materiales para hacerlo.

-¿Y ahora?

Ahora siguen sin ser suficientes y, además, tenemos un incremento en la carga de trabajo porque se solicita información que no sabemos ni para qué. La vigilancia está devorando a la prevención y el control y eso es un problema.

-¿Cuántos rastreadores necesitamos?

Lo ideal es tener un rastreador por cada 20.000 habitantes y es aconsejable acercarse a uno por cada 5.000, pero depende del número de casos que tenga cada comunidad autónoma. Por eso en mi opinión hay que calcularlo por casos y no tanto por habitante. Asturias tiene un número bajo [de casos] y, por lo tanto, no necesita tantos [rastreadores]. Aun así todos se han visto finalmente superados por las circunstancias y han tenido que reforzar.

-¿Qué carga de trabajo supone el rastreo?

Es una persona por caso y cada uno supone una media de 14 horas. Se puede bajar si se disminuye el seguimiento y se integra en la actividad asistencial, pero es difícil que sean menos de seis horas. Y eso con tres contactos. Si son veinte, ya no es una persona por caso y tienes a alguien más bloqueado todo el día.

-¿Sobrevaloramos la importancia del rastreador en nuestro sistema de salud, tan centrado en la atención primaria?

Es verdad que tenemos un modelo ejemplar de atención primaria a nivel de la UE y la OCDE, pero no le carguemos lo que no tiene capacidad para hacer porque ningún país lo está haciendo. Hemos confiado en exceso en que el rastreo pudiera ser asumido por los servicios de salud de forma plena y no es factible, por mucho que puedan servir de refuerzo. Nos hemos hecho trampas, una cosa es que nuestro sistema sanitario permita delegar un pequeño porcentaje [del seguimiento] y otra romper las reglas del juego. Tiene que haber un mínimo de rastreadores por habitante, con dedicación exclusiva medida en jornadas laborales.

-¿Hasta qué punto pueden ayudar los servicios de salud?

La mayor parte de los casos no afloran en atención primaria por sintomatología, sino como asintomáticos dentro de las actividades de rastreo. Si detectas la mayor parte de los casos en atención primaria tienes un problema.

Los estudios de contactos son actividades que corresponden a salud pública, no a atención primaria. Está en la ley. Otra cosa es que realicen parte, pero los médicos no pueden mirar todos los contactos laborales y sociales, ni solicitar un listado de clientes de un establecimiento. Como mucho preguntan con quién ha estado [el paciente] y con quién vive. Por eso salen cifras de tres contactos, cuando lo normal es tener cifras elevadísimas de hasta veinte.

Además, si vuelcan la información en la historia clínica digital y no en una aplicación creada adrede no se conectan los contactos y se termina duplicando trabajo.

-¿Cómo puede resistir un sistema de rastreo conforme aumentan los casos y los contactos?

El modelo de rastreo centralizado se bloquea rápidamente porque no tiene una red en la que apoyarse. La salud pública nunca puede hacerlo todo. Los modelos descentralizados funcionan mejor. Ningún ámbito puede asumir en exclusiva todo el rastreo, pero si juntas salud pública, local y autonómica tus posibilidades de éxito aumentan. También debe ser cooperativo porque en un brote las fronteras se desdibujan y siempre surgen situaciones no contempladas: empieza en un hospital, pasa a un domicilio y de ahí a un centro sociosanitario. O los diferentes ámbitos colaboran o el rastreo es imposible.

-¿Cómo lograr un sistema robusto sin sobredimensionarlo?

El modelo debe tener una escala. A medida que se incrementan los casos, se tienen que aumentar los efectivos. Debe ser flexible para poder asumir cribados puntuales ante situaciones de riesgo cuando sea preciso. Una opción es el modelo cooperativo. También contar con personal que se pueda incorporar con facilidad, pero esto no es fácil. Hay que formarles, pagarles, contratarles, buscarles un sitio y darles acceso a los sistemas. Deben conocer lo que es un servicio de salud e incluso prescribir las PCR. Si con la flexibilidad eres capaz de absorber el pico mientras vas ampliando los efectivos puedes intentarlo, pero no es fácil.

-¿Es lo que ha pasado en lugares como Madrid?

El modelo de Madrid es descentralizado, pero no está bien conectado y no tienen una herramienta que una los casos y los contactos. Más allá de los efectivos que necesiten, tienen una situación muy difícil. No han podido ampliar su modelo ni implicar a atención primaria, medicina preventiva ni a salud laboral. Por eso han tenido que buscar a un aluvión de gente para reforzar el núcleo que tienen en salud pública, y eso es difícil.

-¿Pueden servir los voluntarios para salir del paso?

Lo deseable es que haya un contrato, por los cauces de la legislación vigente y mediante bolsas de interinos eventuales, porque estás poniendo gente en cuarentena, actuando sobre establecimientos, obteniendo información amparada bajo la ley de protección de datos… Es una actuación de salud pública, no de unos voluntarios. Aun así, no podemos negar que en mitad de la pandemia vivimos circunstancias en las que los buscamos debajo de las piedras, incluso hijos de los trabajadores y estudiantes. Se hizo durante el estado de alarma porque este lo permitía y hay que darles las gracias, pero también formalizar mecanismos para evitar recurrir a ellos de nuevo.

-¿Cuánto tarda en estar listo un rastreador?

Es muy difícil que esté listo en menos de una semana; dos si no ha trabajado antes en un servicio de salud. Por eso el modelo escalonado tiene dificultades: me suben cincuenta casos y de repente cojo cincuenta rastreadores. No, primero, porque las contrataciones públicas no funcionan así, pero también porque si no ha manejado un historial clínico digital ni conoce cómo funcionan estas estructuras necesitará un tiempo de incorporación que retrasa todo mucho. Lo más eficaz para salir del paso mientras vas ampliando es reaprovechar los recursos en atención primaria, medicina preventiva y salud laboral.

-¿La COVID-19 ha sacado a la luz algunos de los problemas endémicos de nuestras administraciones?

Las leyes son un serio obstáculo para la contratación de personal en salud pública. Es un problema muy gordo y bien conocido. Son muy rígidas, no permiten la contratación en situaciones extraordinarias de forma rápida y, además, el personal que se obtiene viene sin enseñar. Esto provoca la paradoja de que un becario que lleva tres años especializándose acabe formando a un contratado que llega sin formación alguna.

-No tenemos años para solucionar fallos estructurales, ¿qué hacemos ahora?

La reorganización de la fuerza de trabajo es una solución y una obligación. Se pueden aumentar los efectivos, no lo demos por imposible. Se hizo durante el estado de alarma, fue eficaz y funcionó, y lo están volviendo a hacer algunas comunidades. Hay que apelar a sectores que pueden aportar muchísimo: universidades, administración pública, fuerzas y cuerpos de seguridad y trabajadores sociales. Francia lo ha demostrado.

-Recientemente ha finalizado en La Gomera el piloto de Radar COVID, la ‘app’ de rastreo que se espera implementar a nivel nacional. ¿Qué opina de estas herramientas?

No tenemos evidencia en su favor ni nada que las evalúe. [En el piloto de La Gomera de Radar COVID] contaban tres contactos en el rastreo manual y seis en la aplicación, pero eso no coincide con la realidad del rastreo, que es bastante más elevada. Los resultados no son acordes con la realidad, se tendría que haber testado en una comunidad autónoma con transmisión.

Las apps pueden servir de apoyo si se integra la información, si no vamos a tener un doble rastreo. No nos ahorra trabajo porque hay que picar la información igual y también llamar al contacto, convencerle de que guarde cuarentena, darle la incapacidad temporal y responder sus dudas, que tienen muchísimas. Nos habría gustado que los recursos dedicados a las aplicaciones se hubieran usado para mejorar los sistemas de información ya existentes. Hay que desarrollar el código de lo que ya tenemos, no reinventar la rueda.

-Entonces, ¿temen que la app les dé más trabajo?

Si los epidemiólogos no recibimos datos no sabemos por qué la app le ha dicho que es un contacto estrecho. Tampoco si había un muro de por medio o estuvieron dos horas comiendo juntos. Además, si introduces el positivo en la aplicación, como los sistemas no están conectados, vamos a pillar la cadena de transmisión de manera desmanejada y no podremos vincularla. Descubriremos que ha sido contacto de un caso que no nos consta y nos distorsionará todo.

Por eso necesitamos herramientas de soporte tecnológico que sean capaces de entenderse entre distintos sistemas informáticos y entre gente que de normal no trabaja junta. No es fácil, porque la historia clínica digital no sirve.

-¿Y qué pasa con Alemania? Allí la app se ha vendido como un éxito.

Alemania no está descontenta, pero le cuesta mucho evaluar la efectividad de la intervención porque el Instituto Robert Koch no recibe los datos, solo un agregado de cuánta gente ha sido invitada a realizarse una PCR por ser contacto. En nuestro modelo el número de test sigue una cadena logística difícil de mantener si hay exceso de demanda. En Roma no están entusiasmados ni han obtenido grandes resultados.

-Pero en Corea del Sur sí han sido útiles.

Su modelo proporciona una amplísima batería de información, muy intrusiva, sobre lo que ha hecho la persona durante todo el día. Eso sí ayuda a salud pública, pero no se automatizan los casos. Aunque les llegue a través de la aplicación, son los epidemiólogos los que deciden. Además, se contacta y pregunta a cada caso.

-Mencionaba al principio que la vigilancia “está devorando” a la prevención y el control. ¿Se ha convertido el dataísmo en un problema?

Los datos no son elementos de consumo, sirven para la prevención y el control. Debemos informar de esas medidas, no del propio brote. Lo importante no son los excel y no podemos discutir porque falte un caso, porque quien da los datos y quien toma las decisiones y actuaciones es la misma persona y no tiene tiempo. La salud pública no tiene que hacer un ejercicio de transparencia, sino comunicar el riesgo. Esto implica proporcionar el dato, evaluarlo e informar de las medidas que debe adoptar la población.

La clave no es decir que hoy hay un caso más, sino que se ha producido en un ámbito que ya está seguido, que no hay que preocuparse porque la localidad esté en rojo en el mapa porque las medidas se están adoptando y que debemos seguir las siguientes recomendaciones.

-Habla de la importancia de comunicar el riesgo. ¿Qué errores se han cometido en este sentido?

[Dar] el dato diario, que es muy difícil de interpretar y nosotros ni lo usamos. Por eso la valoración del dato tampoco puede ser diaria sino periódica, porque lo importante es la tendencia y media semanal. Necesitamos portavoces técnicos que interpreten la información con sus matices y limitaciones. Los asteriscos del CCAES provocan quejas, pero te están diciendo la problemática que hay y esa información vale mucho. También señalamos a veces a colectivos vulnerables, aunque ahí se ha mejorado y pedido perdón.

-Detrás de cada contacto hay una persona. ¿Cómo hacer un trabajo que depende de la colaboración ciudadana?

Son minoritarios quienes no colaboran, aunque es verdad que complican mucho nuestro trabajo. Las actuaciones en eventos masivos tienen sus dificultades porque la PCR inicial, muy cercana a la fecha de exposición, suele dar negativo. Entonces muchos se sienten libres de la enfermedad y hay que explicar que la cuarentena es una obligación legal, cuyo incumplimiento puede estar sancionado. Es duro porque estas privando a alguien de libertad, aunque sea de forma limitada, y hay que explicarlo muy bien y concienciar de que el peligro existe.

Los jóvenes tienen una menor percepción del riesgo y cuesta más, pero también tienen una capacidad de cooperación mayor y un sentido del voluntariado muy importante que ha sido vital en la primera ola pandémica.

-¿Cómo convencer a esa persona que da negativo en su primera PCR de que todavía puede estar infectada y contagiar?

Lo más útil es apelar a la solidaridad: no es por ti, sino por tus familiares y allegados que tienen un riesgo real. Aunque hayas dado negativo, tienes que permanecer diez días hasta que veamos la última PCR. Las campañas informativas deberían impulsar esta educación para la salud, porque ir a la fiscalía no es viable en una pandemia.

Quizá debamos de valorar si hacer la PCR tan cerca de la fecha de exposición es aconsejable, aunque tiene sentido para buscar asintomáticos que hayan podido ser el caso primario en núcleos familiares y así evitar la cadena de transmisión. Una opción sería no hacer test sin avisar a salud pública, o que el resultado vaya acompañado de un aviso legal. Algunas comunidades autónomas lo están probando, junto a SMS automatizados, porque la gente, cuando se le explicas, coopera.

-¿Son útiles los cribados en lugares como bares y discotectas? En lugares como Valencia se ha visto poca colaboración ciudadana.

El cribado no puede sustituir a la investigación de epidemiología. Hay que investigar el brote y encuestar, si no no se ataja el origen del problema. El cribado mucha gente lo interpreta como una medida de control masivo, pero deja pasar a demasiados casos. Si ha sido una fiesta en una discoteca, hay que preguntar por el día, si ha tenido contacto con un enfermo, la fecha de inicio de los síntomas… Tampoco es la herramienta perfecta. La actitud mayoritaria en los cribados masivos está siendo no indicar cuarentena es una limitación de libertades y derechos.

-Valore la situación actual en España.

No tiene importancia si estamos en una segunda ola, pero actuemos como si hubiera llegado. El número de casos no es una variable fiable para evaluarlo, habría que usar hospitalizados graves o fallecimientos. Según estos, la mayor parte del territorio no estaría todavía en ese punto, pero podría empezar y algunas partes pueden alcanzar esta situación. Sí hay una aceleración, aunque todavía no tengamos impacto asistencial y demográfico y el registro histórico indique que deberíamos tener una segunda y tercera ola. Yo no afirmaría que estemos en una segunda ola, pero hay que actuar como si ya estuviera aquí.

-¿Qué ha pasado para que volvamos a estar en esta situación?

Los factores estructurales que favorecen la pandemia siguen presentes. Las medidas de prevención y control siguen siendo débiles, en comparación con el resto de países de la UE. Y luego tenemos unas dinámicas demográficas que lo favorecen. En otros lugares los brotes se han producido en ámbitos laborales fácilmente acotables y aquí ha sido mucho más difícil. No se ha podido intervenir de forma eficaz sobre los factores que favorecían el brote incluso cuando ya había ocurrido. Además, seguimos sin tener unas estructuras de epidemiología, prevención y control lo suficientemente fuertes. No tenemos los efectivos de Alemania, Francia e Italia.

-¿Hasta qué punto podemos detener una pandemia?

Las pandemias son fenómenos que no están bajo nuestro control y sobre los que es muy difícil intervenir. Mitigamos su impacto e intentamos contenerla al máximo, sobre todo en poblaciones vulnerables. Las gripes de 1889, 1918, 1957 y 1968 no pudieron ser detenidas por las intervenciones de la autoridad sanitaria. En la de 1918 EE UU consiguió disminuir el impacto de alguna de las olas pandémicas confinando algunas ciudades, pero levemente. Ni las mascarillas ni el rastreo han conseguido detener una pandemia. De hecho, nunca hemos detenido una a lo largo de la historia.

-Pero si miramos la COVID-19, es innegable que algunos países están mejor que otros.

Algunos países han conseguido contener esta pandemia sin llegar a la fase de mitigación, pero normalmente son lugares con un único punto de entrada, como islas, poblaciones pequeñas con una salud pública importante y que han detectado con rapidez los casos iniciales y tenían la capacidad de limitar la entrada. Y, a pesar de ello, en estos momentos están teniendo brotes, como todos.

-Dice que nunca hemos detenido una pandemia. Eso es algo difícil de aceptar para muchos.

En otras pandemias las medidas a veces funcionaron, pero en la mayor parte de situaciones, no. Con patologías infecciosas respiratorias que tienen un alto porcentaje de asintomáticos como la COVID-19 tenemos pocas opciones para intervenir, y su impacto está condicionado por factores que no están bajo nuestro control.

Mira las mascarillas: en Japón hubo una gran implantación social tras la gripe de 1918, pero no ha impedido que el país tenga incidencias ni un impacto menor en la gripe que otros, porque la dinámica de las enfermedades es compleja y tiene factores sociales y biológicos sobre los cuales es muy difícil intervenir. Logramos controlar pandemias ‘viejas’ como el cólera, pero no lo hemos conseguido con infecciones respiratorias como la gripe y el SARS, o solo se habrían producido en China. Por eso solemos tener segundas, terceras y cuartas olas. Si los factores estructurales no pueden ser atajados, la enfermedad termina reproduciéndose de nuevo.

-Entonces, ¿hasta qué punto puede ayudar el rastreo?

Nunca hemos detenido una pandemia con el rastreo. El único intento en la primera ola fue infructuoso. El virus ha alcanzado semejante cota de transmisión comunitaria silente que no estamos como los países que lo contuvieron. Hicimos mitigación y el virus circula con naturalidad. Ante eso, y aunque los programas de rastreo tuvieran todos los recursos necesarios, que ni tenemos claro cuáles son, tampoco tendríamos la seguridad [de que funcionara] porque nunca se ha hecho.

Estamos recurriendo a una herramienta pensada para infecciones de transmisión sexual, que va muy bien cuando hay un alto período de latencia, síntomas, fármacos y vacunas. Con la COVID-19 el rastreo es a palo seco y el escenario más plausible es una segunda ola pandémica. Es difícil que esa curva pueda ser detenida por el rastreo; otra cosa es que la retrase, disminuya su intensidad y la aplane lo suficiente como para que el confinamiento sea el menor posible. Ojalá que los programas de rastreo eviten tener que aplicar unas medidas que distorsionaron mucho el sistema económico, político y social. Puede disminuir, pero parar… lo veo difícil.

-¿Quién querrá ser epidemiólogo cuando todo esto pase?

La persecución de funcionarios de la salud pública es un fenómeno habitual en todas las pandemias, junto a los medicamentos milagro y los expertos que intentan colocar su discurso. Muchos compañeros creían se iba a poner de moda, pero yo opino al revés. Con el SARS y la gripe pandémica se vio que, tras una crisis, la salud pública queda muy desprestigiada y tiene abandonos masivos. Es muy difícil soportar esta tensión a lo largo de una ola, no digamos ante tres o cuatro. Es lógico que casi nadie quiera ser epidemiólogo. Las pandemias los desprestigian y se convierten en apestados.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Helios Pareja, investigador de la Universidad Europea: “Durante el confinamiento han crecido los pseudogurús del deporte sin especialización”

El confinamiento supuso que muchas personas dejaran de hacer ejercicio casi por completo. Otras, sin embargo, buscaron nuevas formas de realizarlo. Este experto en actividad física y deporte explica qué debemos tener en cuenta si queremos entrenar en casa, junto a los pros y contras de este tipo de práctica.

Hoy contamos con gran variedad de plataformas y soportes para ver vídeos de entrenadores (cualificados o no) y seguirlos desde cualquier lugar. / Adobe Stock

Ante la obligada restricción de la actividad física durante el estado de alarma, muchas personas modificaron su forma de hacer deporte con entrenamientos online desde casa. ¿Se afianzarán estos nuevos formatos o cuando el miedo al contagio pase todo volverá a ser presencial?

Helios Pareja, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Europea, ha analizado los riesgos para la salud que conlleva una reducción drástica del ejercicio debido al confinamiento y cómo realizarlo puede ayudar en momentos difíciles.

-¿La pandemia por COVID-19 ha provocado un verdadero auge del deporte en casa?

Teniendo en cuenta que las alternativas a practicar ejercicio en casa son hacerlo al aire libre –donde ahora las altas temperaturas son incompatibles con gran cantidad de deportes en un amplio abanico horario– o en el gimnasio –con su reducido aforo actual y el posible miedo de infección de muchos usuarios–, puede que esta modalidad nos acompañe durante al menos unos meses más.

-¿Se pueden alcanzar los mismos objetivos en este tipo de modalidad?

“Un gran problema a la hora de realizar ejercicio en casa es elegir una fuente o guía fiable que, además de motivar, tenga suficientes conocimientos para que el entrenamiento sea eficaz y seguro”

La práctica de ejercicio puede llevarse a cabo con distintos propósitos. Además del estético o saludable, es un potente socializador y catártico. Podemos adaptar la mayoría de protocolos de entrenamiento que persiguen adelgazar, tonificar o incrementar la masa muscular para seguir realizándolos en casa sin apenas limitaciones técnicas o funcionales.

Sin embargo, los objetivos sociales y psicológicos pueden ser más difíciles de adaptar. Un caso aparte es el entrenamiento con fines deportivos o de rendimiento, ya que requiere una infraestructura y unos espacios que hacen que sea muy complicado adaptarlo al entorno habitual del hogar.

-¿Cuáles son los beneficios y perjuicios del deporte en casa?

Normalmente los entrenadores de gimnasios y club de runners son profesionales cualificados (licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte), por lo que podemos entrenar con eficacia y seguridad. Un importante problema a la hora de realizar ejercicio en casa es elegir una fuente o guía fiable de información que, además de motivar, tenga suficientes conocimientos para que el entrenamiento sea eficaz y seguro para la salud.

Durante el confinamiento han crecido los pseudogurús del entrenamiento, sin especialización y apenas conocimientos, que han conseguido llegar a un importante grueso de la población gracias a su cuidada estética, carisma y gratuidad. Igual que asumimos y exigimos un médico acreditado cuando acudimos al hospital, deberíamos hacer lo propio cuando buscamos mejorar nuestra salud o estética a través de entrenadores o educadores físico deportivos acreditados.

El investigador Helios Pareja, en el campus de la Universidad Europea. / U. E.

-El encierro también animó a algunas personas a comenzar con el deporte. ¿Cómo pudo ayudar la práctica de actividad física en situaciones tan complicadas?

Uno de los motivos más frecuentes para no practicar ejercicio es la falta de tiempo. Durante el confinamiento, muchas personas encontraron un periodo extra que decidieron emplear en esta tarea. El ejercicio físico tiene múltiples beneficios biológicos que mejoran el estado psicológico de la persona que lo practica siguiendo ciertas pautas de intensidad, volumen y tipo de ejercicio.

El músculo, cuando es sometido a contracciones repetidas, es capaz de estimular ciertas sustancias que son liberadas a la sangre por la que viajan hasta órganos como el cerebro, donde modulan numerosas acciones neurotróficas. De hecho, la práctica de ejercicio se ha relacionado con la prevención de distintas alteraciones psicológicas y psiquiátricas como la ansiedad, depresión y trastornos del ánimo.

“Concienciarse de que practicar ejercicio no es solo ocio, sino una práctica de salud, ayudará a mantener la conexión durante la vuelta a la normalidad en la que la vorágine nos llevará de nuevo a menospreciar su importancia”

-¿La adherencia es mayor o menor en casa que con clases o entrenamientos presenciales?

La presencialidad siempre se ha asociado con una mayor adherencia mientras que la autogestión de un tiempo que erróneamente consideramos de ocio, suele llevar a una mayor tasa de abandono. Concienciarse de que practicar ejercicio físico no es (solo) ocio, sino una práctica de salud, ayudará a mantener la conexión durante la vuelta a la normalidad en la que la vorágine de tareas nos llevará de nuevo a menospreciar su importancia o necesidad.

-En los años 90 la gente compraba vídeos de ejercicios para hacerlos en casa. ¿Cómo han cambiado los formatos desde entonces? ¿Ahora somos más propensos a usar pantallas para todo?

En la actualidad contamos con una amplia variedad de plataformas y soportes desde los cuales podemos ver vídeos de entrenadores (cualificados o no) y seguirlos desde cualquier lugar. El acceso a estos vídeos se ha democratizado para los usuarios, pero también para los entrenadores, con la consecuente publicación de contenido poco (o nada) filtrado que nos puede llevar a seguir indicaciones que pongan en riesgo nuestra salud.

Qué debemos tener en cuenta si queremos entrenar en casa

– Seleccionar de forma responsable la fuente de información sobre la que basamos nuestro entrenamiento. Hay que priorizar siempre a los entrenadores acreditados (con licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte).

– Elegir el tipo de ejercicio que nos guste. Esto ayudará a mantener la adherencia durante más tiempo. La efectividad a corto plazo sirve de poco si no nos motiva el ejercicio que realizamos.

– Controlar la intensidad del entrenamiento con pulsómetros, pulseras de actividad u otros dispositivos.

– Evitar correr largas distancias dentro de casa. El objetivo es evitar alteraciones en el patrón de la marcha que incrementen el riesgo de lesiones.

– Hacer ejercicio en casa no es sinónimo de montarse un gimnasio dentro. Podemos entrenar para cualquier objetivo sin tener que adquirir aparatos. Modalidades como la calistenia o el pilates nos enseñan que el material es secundario.

– Eso sí, siempre que sea posible conviene hacer ejercicio aeróbico y preferiblemente fuera de casa.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas SINC
Derechos: Creative Commons