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La universidad de los futuros

Por: Héctor A. Loyaga Méndez Ph.D

Cuando se plantea la reflexión acerca de la Universidad, es una oportunidad para hacer una apología sobre su vida, dinámica y quehacer de esa institución armoniosa, que está desafiada a aportar y orientar a la sociedad en la que está inmersa.

En el marco de la pandemia de COVID-19 se ha ahondado, la incertidumbre, desigualdad y precariedad del sistema educativo en general, obligándonos a replantearnos nuestro futuro como humanidad y el cuidado de nuestro planeta (Jasso, 2021).

La UNESCO se replantea el papel que juega la educación en el futuro de la humanidad; allí se analiza “la crisis de deserción en la academia”, la pandemia ha hecho evidente la importancia de “la inclusión en las aulas”; las nuevas variantes han intensificado el miedo en la comunidad docente y familiar ante “la posible reapertura de las escuelas” (Jasso, 2021), colegios y universidades a modalidad presencial.

Siguiendo el formato de la UNESCO (2019) ésta se planteó tres preguntas guía, que se debatieron a propósito del tema “Los Futuros de la Educación hacia el 2050”. En este corto artículo reflexionaré alrededor de las tres preguntas que se dialogaron en este encuentro:

  1. Cuando piensas en el 2050, ¿qué es lo que le genera más preocupación? ¿Qué es lo que le genera más esperanza?

Las personas que participaron de este diálogo (estudiantes, profesores) coincidieron en la “preocupación por la corrupción”, generalizada en el continente Americano y en el mundo; “la desigualdad social y económica”, que se evidencia en las migraciones que vemos todos los días, desde otros continentes hacia Europa; en nuestro continente americano y del Caribe, observamos las caravanas desde Honduras, Guatemala, Venezuela y otros países, desplazándose hacia los países del Norte, como EE.UU y Canadá (ONU, Migraciones, 2020); “la inaccesibilidad y la poca calidad de la educación”, una gran preocupación por la “contaminación, el medio ambiente y los cambios climáticos” como desafíos urgentes de toda la humanidad. Una frase que resonó de forma elocuente fue: “Concibo que la educación está haciendo la brecha de desigualdad todavía más grande” (Jasso, 2021).

Los estudiantes que participaron de este diálogo expresaron su compromiso con ellos mismos y su responsabilidad como ciudadanos: piensan que “el cambio no está en otros, sino en ellos mismos”, “la responsabilidad del cambio es de todos”. La expresión de uno de ellos es muy elocuente cuando manifiesta: “Me da esperanza creer que somos nosotros quienes vamos a modificar el futuro, somos una nueva generación que va a impulsar cambios, que generaciones pasadas no pensaron en hacer” (Jasso, 2021). Las expresiones vertidas por estos estudiantes nos dejan con un sabor a esperanza, su compromiso y responsabilidad nos muestra que el presente está en manos de los jóvenes, esto significa que el futuro ha empezado con esta conciencia global, regional y sectorial por parte de estudiantes que experimentan día a día su educación en la universidad.

Hubo diferencias de opiniones entre los estudiantes y los profesores en lo que se refiere a la esperanza, “los profesores observan la esperanza en las futuras generaciones” y “las generaciones jóvenes ponen su esperanza en el buen uso de la tecnología” (Jasso, 2021).

Los aspectos que se han señalado como resultado de este diálogo académico promovido por la UNESCO (2020), ponen en evidencia lo que está pensando y proyectando la Universidad Latinoamericana y mundial. Si miramos la realidad de nuestra Universidad ecuatoriana, vemos que ha caído en un silencio cómplice y nada propositivo; en esta carrera electoral que estamos viviendo los ecuatorianos, no se ha pronunciado la universidad, no ha levantado su voz de orientación y luz para una sociedad confundida y sumida en la incertidumbre política, económica y social (Loyaga, 2020)

  • Tomando en consideración las visiones hacia el 2050, ¿cuáles deberían ser los objetivos colectivos de la educación en 2050?

Para responder a esta pregunta, los dos “grupos hablaron de cuatro características que debieran ser conceptos colectivos: Inclusión, Persona, Presente y Democratización de los saberes” (Jasso, 2021, p. 3).

  1. “La Educación Inclusiva”.- uno de los puntos de encuentro fue que la inclusión se plantea desde la posibilidad de personalizar la educación para adaptarla a los intereses particulares: “Hay alumnos que creen que no se les entiende y no se ve su talento porque no se potencian los talentos individuales” (Jasso, 2021, p. 3). Es un llamado a personalizar e identificar e cada persona sus talentos.
  2. “La Educación enfocada en la Persona”.-  Con respecto a esto, el “objetivo debe ser, fomentar la autoconfianza y la seguridad, dar herramientas para conocerse, ser feliz y construir el propósito de vida, centrarse en la salud mental y emocional, en forjar el carácter y fomentar la ciudadanía responsable” (Jasso, 2021, p. 4). Además se dijo que, “El desarrollo de la empatía va a ser súper importante, para que se entienda que la sociedad somos todos”, de allí que “el objetivo colectivo debe ser el fomento de valores que debe tener un ser humano para entender el espectro de la dignidad humana”, una educación quese ajuste a todos los desafíos y demandas del presente y futuro (Loyaga, 2020).
  3. “Una Educación para el Presente”. Los participantes añaden que “una educación debiera ser mucho más práctica, centrada en los problemas reales y complejos a los que se enfrentan los alumnos actualmente”, una “educación centrada en la ciudadanía, basada en retos y problemas actuales, comprendiendo el por qué y para qué se aprende” (Jasso, 2021, p. 4). Se refieren a una educación contextualizada y vigente, que responda a la diversidad de desafíos que experimentan en su vida estudiantil y académica.
  4. “La democratización de los saberes”, es decir, “valorar por igual es muy distinto a evaluar de la misma manera a todos: hay demasiada diversidad como para querer estandarizarnos a todos” (Jasso, 2021).

Estos conceptos colectivos ayudan a clarificar por dónde se perfila nuestra sociedad del conocimiento y la educación sostenida por las tecnologías (Loyaga, 2020).

  • ¿En el futuro, cómo debería cambiar aquello que aprendemos, cómo aprendemos y dónde aprendemos?

Se abordaron de manera coincidente, “¿el dónde se aprende y el cómo se aprende?” para responder a la primera pregunta, los participantes propusieron “espacios abiertos, sin aulas, a ritmo personalizado, con aprendizaje entre pares, basado en proyectos y retos, fomentando el error como forma de conocimiento, y cambiando el rol del profesor por el de “árbitro” o asesor de proyectos”, una educación más experiencial (Jasso, 2021, p. 4). Sobre el ¿cómo aprendemos? Los dos grupos propusieron un “aprendizaje de habilidades básicas cómo la autonomía, autogestión, autoconocimiento, automotivación y autodescubrimiento”. Además, concluyeron que se “debe poner la educación en manos del que está aprendiendo” y preguntarse, ¿qué te gusta a ti aprender?, ¿qué quieres saber?, ¿qué quieres descubrir del mundo?” (Jasso, 2021, p. 5). Observamos que tanto los estudiantes como los profesores, orientan su reflexión a una educación de las aptitudes y actitudes personales que tienen como base lo emocional y personal-crítico (Loyaga, 2020).

Conclusión

Después de analizar y leer este artículo, se evidencia lo siguiente: cuando se habla de “objetivos colectivos” para el futuro, se exige que todos los individuos estén representados, es decir, tenemos que ser “ciudadanos respetuosos de la dignidad humana, para un mundo más inclusivo”. Para los estudiantes, “la educación es el motor del cambio social, y para los docentes, “el aprecio por la diversidad humana, como fundamento de la educación” (Jasso, 2021, p.5). Como hemos visto, se resaltan objetivos comunes, colectivos y de interés social, relevando la dignidad del ser humano como puerta a una verdadera inclusión. La valoración de la diversidad es el secreto de una educación que transforme el futuro de la universidad y por ende de la sociedad.

Referencias Bibliográficas

  • Jessica Jasso (2021). (jessicajasso@tec.mx) Doctora en Literatura y Estética. Actualmente, cursa un posgrado en Educación Inclusiva. Es profesora de Literatura e Investigación del Bachillerato Internacional en PrepaTec.

https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/los-futuros-de-la-educacion-de-la-unesco

  • Loyaga M. Héctor, (2020). Análisis comparativo de la política pública en la Universidad Ecuatoriana (2004-2017). Editorial Centro de Estudio Sociales de América Latina (CES—AL.) Cuenca (Ecuador) 2020.
  • INFORME SOBRE LAS MIGRACIONES EN EL MUNDO 2020 (OIM). ONU MIGRACIÓN:

https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2020_es.pdf