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Guerras, gasto militar y hambrunas en tiempos de pandemia: una trilogía para la reflexión

Por: José Manuel Castellano, PhD
Islas Canarias

Desde mi perspectiva no me cabe la menor duda en calificar a esta sociedad de incivilizante y deshumanizante, al revisar el proceso evolutivo social y la situación actual, a pesar de sus leves y lentos avances. Es más que probable que usted estimado lector se alarme, repruebe y rechace de plano esta síntesis enunciada. No obstante, le invito a repensar tan solo sobre tres aspectos activos en estos momentos (guerras, gasto militar y hambrunas) y obtenga sus propias conclusiones.

La pervivencia milenaria de una conducta salvaje y primitiva frente al “otro”, basada en la imposición y en el dominio por medio de la fuerza y la violencia, donde intervienen diversas conductas de apropiación material, ideológica y/o religiosa, cimentadas sibilinamente en las propias macroestructuras organizativas y que son estimuladas para su reproducción en los círculos más reducidos y cotidianos (abusos, marginalización y discriminación), nos debería llevar a un profundo análisis no sólo para entender una parte de nuestra realidad sino esencialmente para transformarla. Evidentemente estos tres aspectos son meros indicios, sin embargo muy clarificadores al respecto, a los cuales se deben incorporar otros elementos que intervienen en su conformación para así apropiarnos de una visión más detallada.

En esta tercera década del siglo XXI ni la pandemia ha podido cerrar los nueve conflictos bélicos que se mantienen abiertos en este 2021: Camerún, Etiopía, Mozambique, Oriente Próximo, Sáhara Occidental–Marruecos, Sahel, Siria, República Centroafricana y Yemen. A los que se deben sumar los incalculables costos humanos ocasionados por las represivas acciones sobre los movimientos sociales, los atentados gubernamentales, los efectos de las guerrillas, de los narcoestados y las injerencias militares, los bloqueos económicos y sociales que desangran la vida de millones de ciudadanos, que provocan inseguridad alimentaria, que están expuestos a enfermedades y que los condenan a movimientos migratorios forzados en los que encuentran la muerte o la esclavitud. Un contexto originado por las hegemónicas potencias “democráticas”, a través de los desajustes-desequilibrios ocasionados y que son responsables directos de un genocidio y de una crisis humanitaria a nivel mundial sin precedentes en la historia.

Un reciente informe, elaborado por Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), señala que el gasto militar mundial durante el primer año de la pandemia (2020) ascendía a casi DOS BILLONES de dólares, un 2,6 % más que en 2019. Mientras que la inversión militar en América Latina en ese mismo periodo rondaba los 43.500 millones de dólares y marcaba una tendencia contrapuesta, al registrar un descenso de un 2%; originado principalmente por el recorte de inversión en Brasil con un 3% (país con el mayor gasto en la región), que pasaba de 25 mil millones a 19 mil millones. Mientras que en el resto de los territorios nacionales del subcontinente se mantiene una dinámica de gasto muy similar con respecto a 2019 y en el caso concreto de Ecuador, su recorte presupuestario en el gasto militar pasó de 2.400 a 2.244 millones, es decir, dos veces más que la cantidad de dinero destinada a Educación.

Desde otro oscuro ángulo, la descripción cartográfica actual del hambre en el mundo dibuja un panorama terriblemente desolador y catastrófico traducido numéricamente en 256 millones en África; 513 millones en Asia y 42 millones en América Latina. Si a ello se añade que en estos momentos 34 millones de personas se encuentran a un paso de la muerte por hambre, junto al incremento mensual de más de 10.000 niños fallecidos por hambruna como consecuencia de la crisis sanitaria actual; y que los índices de desnutrición aguda están en un constante crecimiento a nivel mundial (Ecuador es el segundo país en la región en desnutrición crónica infantil), problema que unido a los efectos devastadores de la actual crisis económica y laboral acentuarán aún más las ya precarias condiciones de millones de millones de ciudadanos, que verán perder en los próximos años sus derechos, prestaciones básicas y garantías sociales, además, de convertirse en los “paganinis” de esta crisis, a través de los sanguinarios reajustes tributarios que se están ya ejecutando en esos profanados santuarios legislativos.

Evidentemente esa realidad en tiempos pretéritos a la pandemia era ya de por si extremadamente alarmante y terrible, como han puesto sobre la mesa diversos estudios de organizaciones internacionales. Uno de ellos, el Informe Global de Nutrición (ONU) publicado en mayo de 2020, revelaba ya que la desnutrición constituía la principal causa de muerte a nivel mundial y que, indudablemente, se agudizará aún más en estos tiempos de Covid-19.

Ante ello, una “sociedad formada” se apropiaría del aprendizaje proporcionado por la pandemia para descubrir y detectar una realidad que se encontraba tapada a los ojos de la humanidad con sus propias manos. En ese sentido, podemos concluir afirmando con total rotundidad nuestra desconfianza absoluta a esos “brindis al sol”, vacíos de contenidos sobre los valores democráticos, de libertad, de igualdad y de solidaridad, que son promovidos por esos clanes políticos de rango local, nacional y mundial; por esos viciados y vividores que conforman las organizaciones internacionales; y por una sociedad global indiferente e indolente.

La democracia, la libertad, la igualdad y la solidaridad se proclaman a través de un diseño presupuestario que fortalezca un orden y un estado en todas sus dimensiones. Todo lo demás es puro cuento y más de lo mismo: demagogia, manipulación y engaño social, que ejerce un reducido grupo sobre la inmensa mayoría. La única vacuna esperanzadora de futuro en estos tiempos es la generación de un cambio radical en el proceso productivo que pueda organizar una nueva forma de relación social en el escenario local e internacional ¡O eso, o nada!

 

PREMIOS CES-AL-2020

Por: José Manuel Castellano PhD.

Desde nuestro Huacayñan, desde este sagrado espacio digital comprometido por el conocimiento colectivo, libre, abierto y participativo, que intenta representar con suma modestia pero con alta dignidad la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, surgida poco antes del gran diluvio universal del Covid-19, instauramos en este 2020 y con una periodicidad anual los PREMIOS CES-AL, en sus tres modalidades: Investigación, Literaria y Jóvenes Creadores.

Un acto de reconocimiento a la trayectoria profesional y una acción de estímulo dirigida a nuestros jóvenes bajo la idea de promover e impulsar un nuevo marco social y cultural, que enraizamos al mito de la Guacamaya: un renacer, en su sentido más pleno. De ahí, que hayamos adoptado y adaptada esa carga simbólica a nuestra acción para distinguir a una serie de referentes necesarios en el mundo de la cultura ecuatoriana.

La estatuilla, que ahora concedemos encierra esos principios y valores enunciados, ha sido diseñada y elaborada exclusivamente para este homenaje por el artesano Segundo Gallegos, otro símbolo identitario que nos vincula a las propias raíces originarias y que intenta fortalecer los cimientos de la interculturalidad.

Este evento, a celebrarse el próximo miércoles 30 de septiembre a las 19:00 h. a través de la plataforma Zoom y conducido por la Mgs. Brígida San Martín, como maestra de ceremonia junto a invitados especiales, constituye para la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) un alto honor y orgullo poder conceder la Guacamaya en su modalidad de Investigación a la Dra. Ruth Moya; en la parcela Literaria al Dr. Jorge Dávila; y en la sección de Jóvenes Creadores a los benjamines Isabel y Andrés Sequera. Más que felicitar a nuestros apreciados premiados en esta edición, pretendemos hacerles llegar nuestra inmensa gratitud, estima y consideración por su labor y trayectoria, que va más allá de ser hacedores culturales de gran altura, ya que se han convertido en modelos integrales de referencia social que han abierto una estela limpia en el tránsito formativo de nuestra juventud. Quedan, pues, todos invitados a esta ceremonia de premiación.

Cuenca-Ecuador, septiembre 2020

 

VOLVER A CASA

Por: José Manuel Castellano PhD.

La pasada semana tenía lugar el acto de presentación de la pieza teatral, intitulada “Volver a casa”, del doctor y amigo, Manuel Ferrer Muñoz, que ha sido coeditado entre el Ayuntamiento de Benamocarra (Málaga-España) y la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina.

A Manuel Ferrer, malagueño de origen y con vinculación vital con el Archipiélago canario, lo conocí hace ya unos años en Ecuador. Nuestra América nos permitió ese encuentro y me brindó la oportunidad de conocer a un intelectual, a un investigador, a un docente universitario, a un profesional nato y de gran altura. Pero por encima de todo a un hombre íntegro con una condición humana excepcional.

Ese evento conseguía fusionar una serie de ingredientes sugestivos y muy atractivos de reencuentros con el pasado, de la afectividad de amigos consolidados a través de seis décadas, del amplio recorrido profesional y geográfico del autor, un trotamundos académico (España, Italia, Colombia, México y Ecuador); su primera incursión en el espacio literario; las circunstancias creativa de esa obra en una cama de hospital luchando por la vida; la búsqueda de sus raíces malagueñas; el abordaje fratricida de esas dos Españas, el inmenso regalo de un prólogo firmado por una de las principales figuras contemporánea de la literatura ecuatoriana e internacional, como Catalina Sojos, quien también descubría en directo el respeto y admiración hacia su obra por lectores foráneos, que al final pusieron cara a las palabras que habían sido leídas en sus libros tiempos atrás.

Junto a las elegantes intervenciones con fondo y profundo contenido de Antonio Clavero Barranquero, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Profesor Titular de la Universidad de Málaga y co-Director de la Cátedra de Economía de la Salud y Uso Racional del Medicamento, y Miguel Moreta Lara, Filólogo y Catedrático de Lengua y Literatura, profesor en diversas universidades de Marruecos y Hungría, además, de asesor, agregado y consejero de Educación en las Embajadas de España en Rabat, Budapest y Ciudad de México y crítico literario. Ese acto se enriquecía con una amplia asistencia y participación de público y con un nutrido grupo de estudiantes universitarios ecuatorianos.

Felicitaciones amigo y abrazos desde la Sierra Andina.

José Manuel Castellano

¡CHAPEAU!

Por: José Manuel Castellano PhD.

No es cuestión de educación o elegancia, aunque también, sino de reconocer y valorar al “otro”, para seguir avanzando en mejorar nuestra relación con los demás y, muy especialmente, con nosotros mismos. Sin embargo, una actitud muy generalizada en estos tiempos que corren y que brilla por su ausencia en esta sociedad, enfermiza por un patógeno de individualismo egocéntrico pandémico, donde la arrogancia y el despecho parece concebirse como un mérito; donde la descalificación es la práctica común de aquellos que se creen premios nobeles de las esquinas de sus barrios; y otros el pozo de conocimiento y sabiduría, sin fondo claro está, y que usan como signo de distinción discriminatorio ante los demás. Los hay incluso más atrevidos, aquellos quienes presumen y alardean de cartones adquiridos en ferias libres y que se disfrazan con traje y corbata; también están aquellos ejemplares que creen que saben de todo; y la manada caníbal de criticones-envidiosos, es decir, aquellos que no ven con buenos ojos, que balbucean sin parar pero que no saben hacer ni una “o” con un canuto.

Sin duda alguna, conviven muchos otros especímenes variados en esa fauna de tinieblas pero las líneas que siguen van dedicadas a mujeres y hombres que viven en la luz y que iluminan a los demás, que nos enseñan en valores, que nos animan a soñar, a volar, a amar, a acariciar los sueños y a abrazar las utopías desde la sencillez, desde el compromiso y desde la consideración al otro. No son dioses pero casi, son simples poetas, mujeres y hombres de carne y hueso, de extrema sensibilidad, de pasiones encendidas y luchadores por la vida y la libertad.

Estas palabras van dirigidas especialmente para Catalina Sojos, Francisco Viña, Jorge Dávila Vázquez, Cecilia Domínguez Luis, Iván Petroff, Fernando Senante, Sara Vanegas, Rubén Díaz y Luis Almeida, grandes poetas y poetisas pero especialmente grandes mujeres y hombres por encima de todo, que a pesar del largo camino que han recorrido en su carrera literaria se muestran humildes y ansiosos de aprender de los demás. Uno que ya es perro viejo y que peina canas no quiere pasar por alto ese ejemplo y esa enseñanza que nos ofrecen: respeto, sencillez, humildad y humanidad hacia el otro ¡Chapeau!