Como parte de sus competencias, la Secretaría Técnica de Drogas (Seted) tiene a su cargo la destrucción del alcaloide incautado por la Policía Nacional, durante los diferentes operativos antinarcóticos ejecutados en el país. Para iniciar el proceso de quema de la droga es necesaria la respectiva autorización legal que recibe la Seted, tras cerrarse el proceso penal en contra de los implicados en cada caso.
Este lunes 27 de marzo, Rodrigo Suárez, secretario Técnico de Drogas, Andrés de la Vega, viceministro de Seguridad y el agente Fiscal de Pichincha, Diego Bolaños, participaron de la destrucción de 500 kilos de producto ilícito, correspondiente a 143 casos, en su mayoría clorhidrato de cocaína.
A través de una conferencia de prensa, la primera autoridad de la SETED informó sobre los resultados de destrucción de droga desde la creación de la Secretaría en 2016. En total se han incinerado 95 toneladas, entre ellas droga represada desde el año 1992.
“Conforme a lo dispuesto en el artículo 22, numeral 8, de la Ley Orgánica de Prevención Integral del Fenómeno Socio Económico de las Drogas y de Regulación y Control del Uso de Sustancias Catalogadas Sujetas a Fiscalización; en concordancia con lo dispuesto en el artículo 474 numerales 2 y 3 del Código Orgánico Integral Penal, la SETED tiene la atribución de recibir en depósito las sustancias catalogadas previa orden judicial y de intervenir en su destrucción”, afirmó Suárez.
Por su parte, Andrés de la Vega manifestó que el Estado ecuatoriano, como un todo, da respuesta a la necesidad de reducir la oferta y la demanda de estupefacientes en el país, desde los ejes de seguridad y prevención.
El proceso
El depositario de sustancias, delegado del secretario Técnico de Drogas, explicó que para cumplir con el procedimiento legal es necesaria la presencia de un juez y su secretario, a cargo del trámite. Las envolturas de la droga que estuvieron custodiadas las 24 horas del día, por personal a cargo de la zona de bodega, son abiertas.
Con el fin de corroborar que la cadena de custodia de la droga no se rompa, el primer paso es verificar que los sellos colocados en los vagones al momento de su bodegaje estén en su lugar, además se comprueba que los candados numerados puestos en cada estructura no hayan sido sacados o destruidos.
A continuación se ejecuta el pesaje del contenido bruto y neto de la sustancia sujeta a fiscalización y de sus respectivas envolturas, esto para asegurar que no se registren faltantes en la carga. El valor registrado en las actas de entrega debe coincidir con el físico existente, como lo estipula la ley.
“En presencia de la autoridad judicial y de los oficiales de la Policía Nacional realizamos la Prueba de Identificación Preliminar Homologada (PIPH) que consiste en cotejar en el sitio con el uso de reactivos químicos que el contenido de los bloques o sacos con droga, según sea el caso, sea estupefaciente”, agregó.
Concluido este paso, la droga a ser incinerada ingresa al horno, todo en presencia de las autoridades judiciales, de Seted y de la Policía Nacional. ¨Tenemos un equipo de última generación que cumple con las normas ambientales, el producto ingresa a una cámara primaria, luego los gases pasan a una cámara secundaria la cual se encuentra en 1.150 grados centígrados donde se va quemando todos los fluidos que pueden contaminar. Finalmente pasa a una serie de filtros y enfriamiento y sale un vapor de agua que no contamina el ambiente¨, señaló el gerente del gestor ambiental.
Este proceso se llevó a cabo con la participación de un grupo de ciudadanos de la zona, que evidenciaron el trabajo de las instituciones del Estado en la destrucción de droga. “Es bueno que podamos participar de actos como este, de esa manera sabemos que en realidad la droga que captura la Policía Nacional se destruye y no pasa a circular nuevamente entre nuestros jóvenes”, señaló Olga Estevez, una vez que concluyó la demostración.
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