El 13 de abril fue consagrado por el Congreso Nacional como el Día del Maestro. Es la fecha aniversaria del nacimiento de Juan Montalvo, el maestro por antonomasia. Maestro del buen decir, maestro del estilo luminoso, maestro de la prosa poética y sobre todo, maestro de la moral laica, maestro de la brava lucha contra el absolutismo, contra el despotismo, contra la tiranía, maestro en el batallar por la libertad, la justicia y el bienestar del pueblo, como bien lo señalara el Dr. Plutarco Naranjo, uno de los grandes especialistas y estudiosos de la vida y obra del famoso escritor ambateño.
El Gran Benjamín Carrión en el Nuevo relato ecuatoriano escribió, en 1951, con letras mayúsculas: “NUESTRA FIGURA LITERARIA MAYOR: Don Juan Montalvo es sin contradicción posible, la primera figura de nuestra historia, excluyendo toda opinión, todo plebiscito, toda disparidad “
¿Alguien lo ha superado?
Este día rendimos un justo y merecido homenaje al Maestro Don Juan Montalvo. El ilustre ambateño merece permanente veneración como paradigma de docencia cívica y en ese ánimo también saludamos a miles de maestros de nuestras escuelas, colegios y universidades que día a día contribuyen con sus enseñanzas a la formación de los recursos humanos y por ende al progreso y desarrollo del país.
Hacemos propicia la ocasión para subrayar que en general, el profesor de hoy día debe ser más un experto en pedagogía que un especialista competente en un terreno particular. Y si queremos un verdadero cambio de la educación en el país, los profesores deben recibir una remuneración que les permita vivir decentemente.
Un alto nivel de vida para los profesores debe ser meta prioritaria para una Institución de Educación Superior de calidad y es imperioso el compromiso interno de todas las instituciones, con el apoyo de las políticas públicas.
Por su aporte a la construcción de la sociedad y al desarrollo científico y académico en tanto que formador, investigador y profesional, los profesores de las universidades no sólo deben tener regímenes de ingreso, promoción y remuneración acordes a sus capacidades, niveles de formación y producción, sino que las instituciones deben promover dentro de sus planes de desarrollo y dentro de sus presupuestos, programas y servicios que contribuyan a un mejor bienestar y a una vida más digna de los profesores y de sus familias.
También consideramos importante que en el manejo y administración de las instituciones se requiere mejorar y retribuir adecuadamente el desempeño docente y propiciar su formación permanente. Creemos que es necesario propiciar las modificaciones estructurales y tecnológicas que les permitan a los profesores universitarios actuar, desde una exigente y alta formación para la excelencia académica, como sujetos transformadores de la sociedad, de la universidad y de la realidad en el ámbito de sus propias disciplinas. Es necesario que la Asamblea Nacional apruebe, lo más pronto posible, las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).