Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
Todos sabemos lo que ocurrió con la Universidad Alfredo Pérez Guerrero, UNAP, fundada por el doctor Jorge Enríquez Páez que, lamentablemente, fue cerrada por el gobierno de la década perdida.
Se debe seguir investigando la forma como esta Universidad fue cerrada, con una serie de arbitrariedades en su evaluación. Su rector-fundador, un ciudadano de bien, fue perseguido en la oscura etapa correísta.
La sociedad ha cuestionado esta evaluación, la confiscación de sus bienes y el destino de su biblioteca, porque han desaparecido sus libros y no se sabe dónde están. Se está investigando estas realidades en el Ecuador.
El doctor Enríquez tiene prohibición de salir del país; esta prohibición debe levantarse inmediatamente y devolverle sus bienes confiscados, a más de reivindicar su buen nombre ante la sociedad ecuatoriana.
Los ecuatorianos, tenemos pleno derecho a expresarnos de manera positiva sobre la personalidad del doctor Jorge Enríquez Páez, quien fue Secretario del Dr. Alfredo Pérez Guerrero, cuando ejerció como rector de la Universidad Central del Ecuador.
El doctor Jorge Enríquez Páez , siguiendo el ejemplo del doctor Pérez Guerrero, fundó la universidad que llevó su buen nombre. Esta institución de educación superior tenía gran prestigio y grandes proyecciones para el futuro.
En el mes de abril de 2018, el doctor Jorge Enríquez Páez, puso en circulación su libro “La verdad”, en el cual expone su lucha en defensa de la UNAP.
Esta verdad tiene que ser conocida por todos los ecuatorianos para reivindicar el buen nombre de la UNAP, así como también, el buen nombre del ilustre educador doctor Jorge Enríquez Páez, porque se le ha impedido su derecho a educar a las nuevas generaciones, al cerrar su centro de educación superior, altamente reconocido por la intelectualidad del país.