Los alumnos de universidades y escuelas politécnicas, sean públicas o privadas, deben preocuparse por el nivel académico, por la calidad de los profesores, por el éxito profesional de los graduados en su IES, la proyección social de la universidad, lo moderno y avanzado de sus programas académicos, el contacto de las empresas con su universidad, la cantidad y calidad de estudios de postgrado que ofrece y la utilización de casos prácticos para estudio y análisis en clase.
Los estudiantes deben cambiar algunas de sus percepciones sobre las universidades en las que estudian.
A raíz de que el CEAACES se pusiera a evaluar a las universidades de Categoría “E” ubicadas por el informe del ex CONEA elaborado en el 2009, los estudiantes deben considerar por lo menos tres factores para valorar la educación universitaria que están recibiendo o piensan recibir, en orden de importancia: el nivel académico, las actividades extracurriculares y las instalaciones.
Hay, quienes piensan que lo primero es fijarse en que lo que estén pagando por su educación les reditúe en beneficios.
Si se quiere recibir educación superior de calidad los estudiantes universitarios deben exigir laboratorios, tecnología de punta, bibliotecas virtuales, la modernidad de los programas académicos, la internacionalización, el contacto con las empresas y la calidad y cantidad de postgrados.
Este es un mensaje importante para los dueños y directivas universitarias, pues revela cómo se están preocupando más por el desarrollo tecnológico y por las oportunidades que brindan para que sus estudiantes puedan abrirse al mundo.
Para tener una formación integral, los estudiantes deben exigir: actividades deportivas, actividades culturales, realización de conferencias, seminarios o congresos, atención médica y psicológica; y, que las autoridades tomen en cuenta las opiniones de los alumnos.
Finalmente, la mayoría de estudiantes debe exigir una educación superior de calidad y que la universidad les prepare para competir internacionalmente.