Fander Falconí: La única solución para el caso de Assange es que Londres entregue el salvoconducto

Fander Falconí, secretario nacional de Planificación y Desarrollo concedió una entrevista al diario español Gara sobre la decisión del Gobierno de dar asilo diplomático a Julian Assange, el fundador de Wikileaks refugiado actualmente en la legación ecuatoriana de Londres.

Falconí rehusa caer en especulaciones. Lanza un discurso basado en la soberanía y un “mundo multipolar” que se contrapone a los tics coloniales que se evidencian a través de las amenazas de Gran Bretaña.

A continuación se reproduce la entrevista realizada por el periodista Alberto Pradilla:

El Gobierno de Ecuador ya ha anunciado que concede el asilo diplomático a Julian Assange. Un día antes de que esta decisión se hiciese pública llegó la denuncia de la amenaza lanzada por Gran Bretaña de asaltar la Embajada en Londres para detener al fundador de Wikileaks. ¿Cree que puede llegar este escenario?

Se trata de una flagrante amenaza a la soberanía de un país. La decisión ecuatoriana ha sido tomada bajo la lógica del derecho internacional, que es conceder el asilo diplomático a una persona que así lo ha solicitado. La decisión ha sido lo suficientemente ponderada y dentro del contexto del derecho internacional. No me parece prudente especular sobre un tema tan complejo. Una eventualidad así, sería una flagrante violación de la soberanía de un país y entiendo que tendría el rechazo de la comunidad internacional.

¿Cómo interpreta la beligerancia de Londres? En el caso de la detención de Augusto Pinochet en 2005 su postura fue radicalmente contraria.

No hay una comprensión de que el mundo ha cambiado. Seguimos con unos designios imperiales, arrastrando una óptica de un país colonial que no entiende que estamos dentro de un mundo diverso, cambiante y multipolar donde los estados tienen el derecho a ejercer la autodeterminación en política y a responder a la lógica de sus propios intereses. En este caso, Ecuador ha tomado una decisión soberana amparado en los principios constitucionales y ha fundamentado esta decisión, que está enmarcada en la lógica del derecho internacional.

¿Cómo ha percibido la población ecuatoriana esa amenaza lanzada por el Gobierno británico ante una decisión como la de otorgar asilo?

En este caso concreto hay un rechazo total de la sociedad ecuatoriana sobre esta flagrante intimidación respecto a una decisión soberana.

Llegados a este punto, en el que el Gobierno de Ecuador ha concedido el asilo diplomático a Julian Assange y Londres insiste en que no le permitirá salir de su territorio, ¿qué salida se plantea? ¿Existe la posibilidad de que el fundador de Wikileaks pueda abandonar la legación como valija diplomática sin correr el riesgo de ser arrestado? El Ejecutivo británico ya ha rechazado públicamente esta posibilidad.

La única solución es que otorguen el salvoconducto. Me parece que, si bien en estricto rigor no tienen la obligación de hacerlo, este es un condicional político y ético que debería de ser aplicado aquí para otorgar el salvoconducto al señor Assange.

¿Tiene esperanza en que finalmente así sea?

No se puede especular sobre un tema tan complejo. Esperanza, claro, espero que sea así. Pero no puedo afirmarlo. No puedo especular con lo que vaya a hacer el Gobierno británico.

El argumento que esgrime Gran Bretaña para arrestar a Assange es la solicitud de extradición cursada por Suecia por un supuesto delito de agresión sexual. Sin embargo, a nadie se le escapa su condición de promotor de una de las mayores filtraciones de documentos secretos de la historia. Además, se ha especulado con su posible traslado a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por un tribunal militar. ¿Cree que Assange tiene garantías de un proceso justo?

No creo que tuviese ninguna garantía para que la presunción de acoso sexual sea adecuadamente tratada. Esa fue la argumentación que presentó la Cancillería, que no existía ninguna garantía para que se hiciese un juicio justo. Y yo comparto esa opinión.

Ha mencionado que el Gobierno británico no toma en cuenta los cambios internacionales y ha hecho hincapié en un mundo multipolar. ¿Qué relevancia cree que tiene este caso en relación con América Latina?

Es un caso muy emblemático. No solo por la valiente decisión que ha tomado el Gobierno de Ecuador, sino también por lo que significa América Latina en este momento. América Latina es una región de paz que está enfrentando problemas del pasado como pobreza y falta de igualdad. Ahí están sus énfasis en términos de estrategias de desarrollo. Además, busca una distinta articulación con un mundo global. Creo que hay que partir del reconocimiento de que Ecuador, así como América Latina, es un país de paz, de tradición de paz, y no nos interesa ningún tipo de conflicto con ninguna potencia que no termina de entender que el mundo ha cambiado, que estamos en un mundo global y multipolar.

Hoy mismo (por ayer) la Asamblea Nacional de Ecuador ha respaldado la decisión del Gobierno y también su diplomacia se ha puesto en marcha para defender su soberanía. ¿Confía en recoger el respaldo de la comunidad internacional y, más concretamente, de los países latinoamericanos?

Ecuador ha pedido reuniones urgentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América). No tengo la menor duda de que los países latinoamericanos y caribeños tendrán un compromiso férreo con los derechos humanos, la libertad de expresión y la garantía del asilo que está incluida en el caso del señor Assange.

Por el contrario, ¿cree que la decisión adoptada tendrá consecuencias en sus relaciones diplomáticas con Gran Bretaña?

No debería. Gran Bretaña tendría que aceptar una decisión soberana adoptada por un país, más aún cuando Londres ha hecho uso y ha exigido el asilo en otras ocasiones.

Foto: Presidencia de la República

Fuente: Luis Padilla | ANDES

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