La Universidad de las Artes y Guayaquil

Por: María Teresa Córdova

En el 2009, como parte de la celebración del Bicentenario de la Independencia, el gobierno invitó al cantautor cubano, Silvio Rodríguez, a dar un concierto en Guayaquil.  Durante su saludo, dijo que había estado algunas veces en Ecuador, pero siempre en Quito. Nunca en Guayaquil. Según los empresarios artísticos, acá no había público para un músico como él. Y esa opinión, fue siempre una “resignación” de la mayoría. Sin embargo, al concierto en mención, asistieron aproximadamente 25.000 personas. Según los noticieros, “no cabía una persona más”.

La Universidad de las Artes y Guayaquil

Qué es lo que realmente pasó. ¿Estuvimos equivocados  todo este tiempo?  ¿el gobierno hizo una promoción acertada? ¿Funcionó la gratuidad del evento?  ¡Quién sabe! Lo cierto es que, durante mucho tiempo se habló de este “fenómeno” musical; y del tema: ¿Es Guayaquil un espacio importante para el Arte?

Hoy, el asunto resurge: El anuncio del  gobierno de que, dentro de los cambios que hace en el nivel superior de la educación, está el de construir la Universidad de las Artes acá, en Guayaquil provoca diferentes reacciones: de sorpresa, de satisfacción, de extrañeza…etc., y con ello la pregunta: ¿por qué en Guayaquil? ¿Cómo?  ¿Funcionará?…

Y, en nuestro interés por los asuntos trascendentes para la ciudad, abrimos las discusiones y hemos salido a conversar con la población guayaquileña: potenciales estudiantes, artistas, profesores, profesionales vinculados a la actividad y público en general. Uno de esos representantes, el primero de nuestra lista, es Nerio Pérez C., argentino que vive 33 años en la ciudad en la que se casó y engendró sus hijos. Es cantante, autor, compositor, arreglista, poeta, escritor de cuentos para niños y, desde hace unos meses, trabaja en su primera novela. Amigo extraordinario.

Está convencido de que el Arte es el camino para desarrollar la calidad de las personas, por eso, la propuesta  le parece “buenísima”, pero reconoce que sabe muy poco acerca de ella por lo que cree que, el primer paso, sería difundirla y con ello, discutirla.

Le parece que la población guayaquileña contiene la misma sensitividad que otras, pero no ha sido preparada para el Arte.  En las escuelas y colegios, dice, por ejemplo, se enseña música pero no como una expresión artística, sino como una materia más que hay que cumplir obligatoriamente dentro del pensum. No hay ni el material ni los espacios que esta enseñanza requiere.  ¿Cómo puede encontrarse la habilidad de los chicos  y desarrollarse su interés?  Hay que darle al Arte el valor que le corresponde, afirma, elevando su calidad y volviéndolo una actividad constante de la población, a todos los niveles.  Estudiando a los mejores para crear, a partir de ellos.  Uno de sus principios en el área es: “Aunque todos vayamos en una misma dirección, cada quien tiene que dejar sus propias huellas”

Sugiere reflexionar al respecto y revisar el concepto de la enseñanza que, en su experiencia,  debería considerar lo Holístico para, a través de esta renovación, llegar a la comunidad y provocar el cambio necesario para que dejemos de pensar que “el arte no sirve” ni es importante  pues solo es para las elites.

Por último, está convencido de que la planificación de esta Universidad de las Artes, debe ser, esencialmente científica para que sea útil y duradera, de lo contrario, el gobierno cumplirá su promesa, pero no tendrá el resultado que se esperaría de un esfuerzo como éste.

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