En la facultad de Ciencias de la Educación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, se inauguró el martes 12 de enero de 2016 el seminario: “Los retos de la educación superior en el nuevo milenio”. La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación ha planteado una serie de programas y proyectos orientados a articular acciones entre la academia y el sector productivo.
Esta temática fue abordada por la Subsecretaria General de Ciencia, Tecnología e Innovación, Rina Pazos, y el Vicepresidente de la Cámara de la Industria y Producción de Pichincha, Pablo Zambrano. En su exposición, Pazos señaló que la universidad debe articularse al sector productivo para generar innovación.
Según la encuesta de Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (2009-2011), ACTI, realizada en 2013, de una muestra de 3.188 empresas, el 7,39 % introdujo un nuevo producto al mercado y apenas el 1,30 % introdujo algo novedoso en el mercado mundial.
Existe además una escasa interacción entre el sector productivo, las universidades y el sector público al momento de desarrollar una innovación. “El sector productivo se relaciona directamente con clientes, consumidores, consultores, competidores y centros de investigación, mientras que con la academia lo hace en apenas un 7,04 % y 6,38 %”, aseguró Rina Pazos. Es por ello que la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación busca repotenciar la relación entre el sector productivo y las universidades.
El Código Ingenios, por ejemplo, dijo Pazos, establece los mecanismos adecuados para canalizar el financiamiento público en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación; impulsa la creación de emprendimientos de base tecnológica; fomenta la generación de innovación en el sector productivo, impulsa la investigación y la transferencia de tecnología, mediante incentivos tributarios, financieros y administrativos que impulsan el relacionamiento entre la academia y el sector productivo.
Entre los programas implementados figura el Banco de Ideas, a través del cual se busca construir un Ecuador que fundamente su economía en los recursos infinitos de las ideas y la creatividad, generando un espacio que “desarrolle una sociedad del conocimiento y la innovación y así poder sellar un pacto social entre Estado, academia, sector productivo y ciudadanía”, indicó Pazos.
Por medio del Banco de Ideas, la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación otorga hasta 50 mil dólares a cada proyecto con potencial de innovación, 40 ya han sido financiados. Con una inversión de 1.8 millones de dólares han sido 269 beneficiarios por medio de capital semilla y/o asesoramiento técnico de las 16 incubadoras acreditadas por esta Secretaría de Estado.
En este mismo contexto, se ha implementado el concurso “INGENIATEC”, dirigido a empresas que promuevan el desarrollo tecnológico, el cual tiene por objetivo impulsar el diseño y la construcción de prototipos que respondan a las necesidades nacionales, en el marco del cambio de la matriz productiva. Estos productos están directamente relacionados con la sustitución estratégica de importaciones y el fortalecimiento de capacidades locales. De esta manera, INGENIATEC fomenta el desarrollo de tecnología y encadenamientos productivos nacionales, mediante la articulación entre el gobierno, la academia y el sector productivo.
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