En 1996 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) decidió convocar una Conferencia Mundial sobre Educación Superior, puesto que se consideraba que era necesario enfrentar los retos planteados entre otros por los programas de globalización, reingeniería, la revolución científico-tecnológica, los problemas de obsolescencia del conocimiento, la urgencia de conciliar la demanda con la calidad y la equidad y la imperiosa necesidad de contribuir efectivamente a la constitución de la paz.
Estos y muchos otros aspectos se los ha recomendado en diversas reuniones, y las autoridades nacionales, especialmente de las instituciones de Educación Superior, deberían tomarlas en cuenta.
Considerar que la Educación Superior es un medio fundamental para abrir espacios, desarrollar valores culturales y científico-tecnológicos, contribuyendo a mejorar el nivel de vida. Las IES deben ser las instituciones que por iniciativa propia impulsan las transformaciones que las sociedades reclaman.
La Educación Superior debe preocuparse de la calidad, lo que involucra un reciclaje del plantel docente y de investigadores con el objeto que ellos se pongan al día con respecto a los conocimientos actuales de este mundo, con una ciencia y tecnología cambiante, para poder ellos transmitir a los educandos los conceptos nuevos y asimismo esta calidad se debe relacionar con el diseño y desarrollo curricular, haciendo que el alumno acentúe su condición de sujeto activo y protagonista de su propio aprendizaje y desarrollo.
En la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018) que finalizó el 15 de junio en Córdoba, Argentina, Stefania Giannini, sub directora general de la UNESCO para la Educación, dijo: “Reafirmar la educación para todos como un derecho humano básico, sin distingos de origen, es nuestra misión”, “La inclusión es nuestra única respuesta y el modelo que debemos proponer al mundo, ella puede reafirmar el derecho a la educación, ayudar a la movilización académica, mejorar la cooperación interuniversitaria, y el aseguramiento de la calidad en el mundo”.
Habló de la diversidad y la diferencia como riqueza de nuestros pueblos y de los retos que enfrentan las instituciones de educación superior para llevar adelante su papel en la contribución al desarrollo sostenible y en la construcción de la ciudadanía global”.
En su discurso Giannini habló sobre la importancia del Convenio de Reconocimiento de Estudios como un instrumento de internacionalización inclusivo. “Tenemos, expresó, que aumentar la movilidad estudiantil. El Convenio servirá para facilitar el acceso a los estudiantes a universidades del mundo; sería el logro de un sueño y permitirá a nuestras comunidades convertirse en realmente inclusivas”.
-Esta Conferencia (CRES 2018), anotó, representa una gran oportunidad para aprender e intercambiar conocimientos, información experiencias y buenas prácticas y ofrece también a la región la oportunidad de reafirmar el derecho a la educación. Es además una contribución al proceso de organización de la próxima Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO, que tendrá lugar en París en el 2021.
Enfatizó que la educación superior es una prioridad para el sector de la educación de la UNESCO y que durante la III CRES se conversó sobre el Convenio Regional de Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior, primer paso hacia la Convención Mundial de la UNESCO sobre reconocimiento de estudios, que será presentada en la Conferencia Mundial y que englobará todos los convenios regionales y facilitará la movilidad académica entre estudiantes y profesores.
Los ecuatorianos debemos tocar las puertas a la cooperación internacional con el fin de potenciar las capacidades sociales, intelectuales, científico-tecnológicas y humanistas relacionándonos con los países y centros de excelencia del mundo industrializado, mediante el establecimiento de pares, y así tomar en cuenta las nuevas condiciones del entorno económico, político y social del mundo exterior.
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