Uno de los mayores retos que tienen los programas de postgrados en las universidades ecuatorianas consiste en configurar su portafolio de productos y servicios de manera sistemática y efectiva, de acuerdo con las demandas del entorno, a corto, medio y largo plazos. La segmentación de estas demandas suele encontrarse en las expectativas del mercado laboral y del sistema productivo, en las necesidades de desarrollo científico y tecnológico y en los problemas del contexto político e institucional, derivados de los procesos de globalización e internacionalización de la economía.
Por tanto es importante analizar las prácticas que utilizan las universidades y los responsables de los programas de postgrados para identificar sus líneas prioritarias de formación en el nivel superior, para establecer el ciclo de vida de la oferta académica y para hacer alianzas estratégicas que les permita vincularse, efectivamente, a redes de conocimiento.
También hay que hacer un ejercicio de planificación con visión de futuro, conocido como pensamiento estratégico, a través del cual es posible intentar establecer, construyendo distintos escenarios y definiendo alternativas probables de acción, a dónde podemos llegar.
Además, los profesores-investigadores que participen en los cursos de postgrado deben realizar su trabajo de investigación en estrecho contacto con sus alumnos. Enfatizamos este hecho porque estamos convencidos de que un investigador en contacto con sus alumnos comparte con ellos, valores, hábitos, habilidades y actitudes que permiten la indagación de la realidad, la generación o recreación del conocimiento, el despliegue de la crítica razonada, el trabajo métodico y la constante búsqueda de nuevos desafíos. Estas cualidades están en la base de sus logros científicos y permiten la formación de profesionales sobresalientes, pero sobretodo promueven el mejor desarrollo de las personas y de la Universidad.
EcuadorUniversitario.Com